¿MÓVIL POLÍTICO?
Una denuncia de acoso en el Maciel y otra hacia el propio Villar tendieron un manto de dudas sobre el candidato del FA. Hay quienes cuestionan que aparezcan ahora, pero no niegan su veracidad.
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Denuncias mediáticas y formales sobre acoso sexual, laboral y violencia de género interfirieron en la campaña del neurocirujano Álvaro Villar a la intendencia de Montevideo, y cubrieron de cuestionamientos su gestión frente al Hospital Maciel. Dentro del Frente Amplio hubo silencio de un lado y señales de apoyo de otro. Dirigentes de la oposición defendieron al candidato, alegando una campaña de enchastre en su contra. Otros aseguran que la aparición de denuncias en plena campaña electoral obedece a un móvil político que se gesta, no desde la oposición, sino dentro del mismo Frente Amplio en respuesta a una campaña activa de Villar y a su crecimiento en las encuestas. Pero más allá de esto, todavía pesan incógnitas sobre las denuncias.
El relato de abuso sexual sufrido por la doctora Marianna Carbón a manos del cirujano M.G., contado por ella misma en el programa Santo y Seña, abrió una caja de pandora. Por un lado circularon miles de testimonios en redes sociales sobre acoso perpetuado a estudiantes de medicina de la Universidad de la República (Udelar). Se dijo en voz alta lo que siempre fue vox pópuli en los pasillos de la facultad y entre la propia comunidad médica. Los testimonios sacudieron hasta la cúpula universitaria y agilizaron la puesta en marcha de una comisión de género dentro de ese centro de estudios.
Y por otro lado, el testimonio de Carbón repercutió, como era de suponer, en la esfera política: la candidata opositora, Laura Raffo, apoyó a estas mujeres; y sobre presuntas denuncias previas a Villar, se manifestó en una conferencia de prensa: “Si estas denuncias de acoso laboral y violencia de género contra el doctor Villar son verdaderas, a mí me parece gravísimo y me parece indefendible”.
Los compañeros de partido —y también competencia— del candidato no se pronunciaron activamente. “Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Bien lo dijo Álvaro: que se investigue”, se limitó a pronunciar Daniel Martínez al ser consultado en radio Universal.
En respuesta a la denuncia televisada, Villar, que como director del hospital medió en el conflicto entre Carbón y M.G., primero eligió el silencio. Después, en una carta que circuló en redes sociales y que Villar dio por válida, manifestó su versión de la implicancia en el caso. Allí negó estar al tanto del acoso sexual y afirmó que la denuncia era “falsa y temeraria”.
Después, en una serie de tweets, señaló que tras unos días de reflexión tuvo tiempo para “pensar sobre la situación y sobre todo aprender del hecho”.
Ahora, a una semana del testimonio de Carbón en televisión, el directorio de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) inició una investigación administrativa por las denuncias de acoso sexual, según informó el periodista Ignacio Álvarez. Además, ASSE presentó el viernes un nuevo Protocolo de Actuación ante Situaciones de Acoso Laboral. Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿cuánto sabía Villar realmente?
Una fuente vinculada al Sindicato Médico del Uruguay (SMU) asegura que el acoso sexual fue mencionado en las quejas presentadas por la doctora Carbón cuando sucedió el episodio, tanto en la dirección del Maciel como en el sindicato. “Se sabía desde el inicio. Todos los que estaban relacionados con el departamento de emergencia del hospital lo sabían, y la dirección lo sabía. No se tomó en cuenta el hecho”, señala, y sostiene que la dirección optó por “enfocarse en la personalidad conflictiva” de la doctora.
El País tuvo acceso a dos cartas de M.G. dirigidas a los jefes de emergencia y cirugía. En la primera, enviada a través de un mail fechado en octubre de 2015, el cirujano M.G. solicita cambiar la guardia que compartía con la doctora Carbón “a la brevedad posible” debido a una relación de conflicto con él y con “anestesistas, cirujanos, residentes a cargo, enfermería, instrumentistas e incluso a situaciones de violencia verbal extrema con colegas”.
Los jefes del hospital determinaron que no compartieran guardia, pero el 6 de marzo de 2016 sí lo hicieron, y allí tuvo lugar el hecho que motivó una denuncia por violencia de género de la doctora en la comisaría. En el testimonio brindado en Santo y Seña, ella relata un episodio violento tras diferencias en la atención a un paciente. “Me intentó agarrar de un brazo, yo me escapé”, señala Carbón, y cuenta que M.G. la persiguió y la violentó al punto de que tuvo que interceder un interno.
Ese mismo día, el cirujano elevó a los jefes una carta que contradice la versión de Carbón. Tras la discusión por la atención a una paciente, M.G. relata: “La conversación termina cuando le pregunto quién hizo la última noche de 20 a 8 (no recuerdo) y me responde que ella por lo que me retiro sin más. Le pido disculpas al residente e interno por el momento que han tenido que presenciar y me voy al cuarto”.
Funcionarios del Hospital Maciel dan cuenta del conflicto entre los médicos, pero también señalan que la doctora “no había empezado a trabajar hacía un día” en la institución. Una fuente médica sostiene: “Si en el episodio de acoso sexual se hubiese mencionado a otro compañero, mas allá de la investigación correspondiente, se le podría dar el beneficio de la duda. Pero cuando se habla de M.G. no puede darse el beneficio de la duda, sino todo lo contrario. Dentro de la comunidad médica hay convicción de que sus conductas son de ese estilo”.
Por otro lado, una fuente vinculada al SMU niega que la comunidad médica no supiera sobre el episodio que relató Carbón. “No nos enteramos ahora, de esa historia relatada así nos enteramos el día que sucedió. Creímos que iba a haber una dirección que iba a actuar”, dice.
“No hubo convicción de parte de Álvaro (Villar) de tomar ese tema. Cometió el mismo error que han cometido muchos: profundizar en la personalidad compleja y desestimar el otro aspecto u ocultarlo, porque le dieron preponderancia a la personalidad conflictiva que tiene Marianna, pero eso lo sesgó respecto a lo otro que sucedía”, revela una fuente que conoce el caso.
Al mismo tiempo, diversas personas consultadas para este informe hacen énfasis en que a Villar “no se le pueden reprochar actitudes de violencia u ofensivas hacia las mujeres”, aunque reconocen que el acoso sexual perpetrado por M.G. era conocido por todo el hospital.
Mujica sale al cruce: "¿Ahora se acuerdan? No me jodan"
En el marco del lanzamiento de la lista 609 para las elecciones departamentales, Álvaro Villar fue consultado por la prensa sobre la investigación administrativa que inició ASSE por la denuncia de acoso sexual en el Maciel. “Es lo correcto”, dijo. Sobre si la denuncia se trataba de una campaña de “enchastre”, respondió: “Es muy doloroso que en medio de una campaña electoral, justo ahora, se vengan a sacar estas cosas, se busquen este tipo de cosas”, dijo. “De todas maneras, uno tiene que responder por las vidas de la gente; hay que ser muy estricto en tomar las medidas correctas”. Señaló que, de llegar a la intendencia, será “igual de estricto en controlar que las cosas se hagan bien y que los fondos públicos se cuiden”. Además, descartó que la denuncia le quite votos en las elecciones. Por su parte, el expresidente José Mujica fue contundente: “Manejar un hospital de casi cuatro mil tipos, ¿no vas a tener líos?”, dijo. “Si ustedes tiene una casa y tienen tres, cuatro o cinco en la casa, ¿no tienen lío? Por favor. Lidiar con cuatro o cinco mil es una garantía de que tenés lío”. Y agregó: “Pero qué casualidad. ¿Ahora se acuerdan? No me jodan. Pero no hay que retrucar con ese juego, hay que tener altura y cultivar la altura”, remató.
La otra denuncia.
“Acoso laboral, violencia de género y abuso de poder contra el exdirector del hospital Maciel Álvaro Villar”, dice la carátula de un expediente en trámite en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
La denuncia fue radicada el 27 de julio y dada a conocer tres días después en el programa radial Bajo la lupa. El periodista de Radio Nacional Esteban Queimada aseguró que existían dos más. Sin embargo, El País constató que en el MTSS solo existe el expediente mencionado, sobre el que el Villar fue notificado formalmente el pasado miércoles 12 de agosto.
El día en que la denuncia tomó estado público, Villar explicó que no tenía contacto con la denunciante, una exfuncionaria del hospital, desde noviembre. Además, sostuvo que recordaba un solo “inconveniente” con ella.
“La denunciante fue secretaria de la comisión de apoyo del hospital durante muchos años y estuvo encargada de los sueldos dentro del Maciel. Presentó una renuncia al cargo de la comisión de apoyo, y luego de tres meses de eso, me entero de que la renuncia no se había hecho efectiva, así que lo que hice fue solicitarle a la jefa de personal que le diera curso a la renuncia que había presentado. Ese fue el único inconveniente que tuve con ella. Nunca tuve una discusión y cuando ella se fue del hospital se le hizo un homenaje”, explicó Villar a El País. “Me extraña mucho que esto se presente ahora”, agregó el candidato.
No es el único. Una fuente del Maciel comenta que la denuncia tomó a los funcionarios por sorpresa.
“Quedé perpleja”, asegura una trabajadora del hospital, que si bien da cuenta de ese entredicho entre la exfuncionaria y el director del centro, asegura que la denunciante se fue en “buenos términos”, que su renuncia había sido anunciada y que se le hizo un homenaje a modo de despedida a finales de julio del año pasado. En esa ocasión tuvieron la palabra la exfuncionaria y el propio Villar.
El orden de los hechos fue, de acuerdo a lo que se pudo averiguar, el siguiente: la denunciante presentó la renuncia verbal ante Villar a mediados de mayo de 2019. Siguió trabajando, hasta que en julio se le hizo el homenaje de despedida, según consta en un acta del hospital y relatan los funcionarios. La denunciante no volvió a concurrir al hospital ya que se encontraba de licencia médica. De hecho, no iba a trabajar desde marzo de 2019 debido a cuestiones de salud.
Pero corría noviembre y la renuncia no se había hecho efectiva. Según comenta una fuente cercana al caso, el “inconveniente” que menciona Villar fue que él la llamó ese mes para que la renuncia se hiciera efectiva por escrito, ya que no había constancia más allá de la palabra y la pequeña fiesta de despedida con sus compañeros. “La denunciante se niega, dice que va a renunciar cuando salga la jubilación, que va a seguir certificada. Como ella ya había presentado la renuncia y era necesario cubrir el cargo, se le dio de baja pese a que no la presentó en forma escrita”, señala una fuente vinculada al caso.
Una funcionaria del hospital comenta que lo ideal hubiera sido esperar la prórroga de la licencia médica —que finalizaba en diciembre— para hacer efectiva la desvinculación, pero que de todos modos la renuncia había sido verbalizada frente a Villar y luego frente a todos sus compañeros, y que además necesitaban cubrir el puesto.
La desvinculación se concretó en los últimos días de noviembre. Luego, según fuentes del caso, ASSE la notificó de que no le daban los años para jubilarse. “Hubo un pedido de reintegro que se le denegó y un pedido de indemnización millonario por despido, que también se le denegó”, señalan.
En febrero de este año hubo una audiencia de conciliación en la que la exfuncionaria reclamó una indemnización económica, pero el juicio sigue. La denuncia de acoso laboral, violencia de género y abuso de poder no llegó hasta cinco meses después de esa audiencia, en la que un testigo asegura haber escuchado a la exfuncionaria decir que “arruinaría la carrera política” de Villar, quien hacía un mes había oficializado su candidatura a la intendencia.
La denunciante fue contactada para este informe y negó esa acusación. Prefirió que no trascendiera su testimonio de los hechos hasta que se expida la Justicia. Su abogada, en tanto, no respondió el pedido de entrevista para este informe.
El favorito.
Hoy en día nadie cuestiona el éxito de la gestión de Álvaro Villar al frente del Maciel. “Uno entra y se encuentra con un hospital que podría ser el Británico. Los médicos que han sido residentes allí dicen: ‘Esto no es un hospital para pobres’. El Maciel dio un vuelco mayúsculo”, comenta una funcionaria con años en la institución. Pero una fuente médica matiza: “El Maciel cambió radicalmente, mejoró radicalmente. Pero también es verdad que fue muy protegido por la estructura de ASSE durante todos esos años”.
De hecho, este hospital fue un bastión de las políticas sanitarias del Frente Amplio; un ejemplo de cómo debía manejarse un centro de salud público. Y con lo bueno, llegó también un favoritismo de las autoridades y una suerte de recelo desde otras direcciones. “(Villar) generaba cosas muy buenas para el hospital, y también protección frente a cosas que en otros hospitales, en otras reparticiones de ASSE, no hubiesen sido admitidas”, señala un exjerarca de la salud.
Por ejemplo, fondos que eran para recursos humanos se destinaban a inversiones y viceversa. “Son irregularidades administrativas, que a veces pasan en la administración pública pero que no están bien. Él no se equivocó en un peso ni es un corrupto ni mucho menos. Pero esta protección de ASSE generó recelo y envidia desde sectores frenteamplistas y desde otras direcciones de hospitales, que veían que había un trato diferencial para la dirección del Maciel y para Álvaro (Villar) en particular. Esa protección se la ganó en función de lo que hizo; era una figura importante para el Frente Amplio”, asegura una fuente médica.
Esta protección de la estructura partidaria hacia Villar, “ahora, para algunos, se transforma en un problema porque pueden estar compitiendo por un mismo lugar”, sostiene.
Nadie se anima a conjeturar de dónde proviene, pero la convicción de que se está frente a una campaña de “enchastre”, existe. “Si Álvaro no se hubiera presentado como candidato, esto no habría aparecido”, dice convencida una funcionaria del hospital Maciel en referencia a las denuncias que tomaron estado público.
A su vez, en círculos internos del Frente Amplio se comenta que las denuncias, el manto de dudas o las “puestas en escena” que han surgido sobre la conducción de Villar en el Maciel “no favorecen tanto a la oposición del Frente Amplio, sino a los sectores que compiten con Villar dentro de la interna frenteamplista”.
En esos círculos hay una convicción más: la de que esta presunta campaña contra el candidato viene desde las mismas filas del partido, porque de los tres, es el “más activo en campaña” y “el que más ha crecido en las encuestas”.
Las encuestas dadas a conocer hace un mes por Opción y Radar ponen a la senadora Carolina Cosse a la cabeza, aunque en el análisis de los números Opción explica que “las distancias entre los tres contendientes están todas dentro del margen de error”, por lo que hoy es posible hablar de “una competencia estructurada en tercios parejos”. Por otro lado, según una encuesta de Factum realizada entre el 15 y el 23 de julio, el exintendente Daniel Martínez lidera la interna del Frente Amplio con el 20% de intención de voto; en segundo lugar está Villar con 17%, mientras Cosse llega al 15%.
“No parece una cuestión espontánea. Incluso los últimos hechos tienen su tiempo y podrían haber sido expuestos en otro momento. Pero eso no inhabilita que los hechos sean así, ni que la persona que los quiere denunciar lo haga ahora. Es válido que alguien quiera perjudicar a una persona cuando aspira a algo político porque se sintió perjudicada”, sentencia una de las fuentes consultadas para este informe. “El ser humano es así”.
Cientos de testimonios de acoso en la Facultad de Medicina
Profesores que agregan a sus alumnas a redes sociales, que las invitan a corregir ejercicios “con una cerveza de por medio”; otros que utilizan los grupos de WhatsApp para acceder a los números de teléfono de las estudiantes y hablarles fuera del ámbito académico. Estos son solo algunos de los más de dos mil testimonios que se replicaron en redes sociales la semana pasada.
Después del relato de la doctora Marianna Carbón en Santo y Seña, un hashtag de Twitter reunió un sinnúmero de situaciones de acoso en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y en otros ámbitos médicos. La iniciativa fue lanzada por “Mujeres medicina”, un colectivo de estudiantes de ese centro de estudios conformado hace algunos meses. Los testimonios abarcan desde acoso de profesores a alumnas hasta el famoso “techo de cristal” al que se enfrentan las mujeres cuando intentan acceder a especialidades comúnmente dominadas por hombres.
El colectivo expresó en redes su solidaridad con la doctora Carbón ese domingo; y al mismo tiempo se desligaron de cualquier posición político partidaria. “Es inapropiado opacar con política partidaria todo lo que hay de fondo. Queremos apoyar a la doctora; todas tenemos amigas, conocidas, o escuchamos en clase situaciones similares”, comenta una de las integrantes. Respecto al tenor de las denuncias recibidas, comentan que hay decenas que podrían llevarse al ámbito formal, pero que ellas no tienen las herramientas para hacerlo. “Todo lo que pasó en redes son testimonios que nos llegaron. Muchas decían que habían denunciado, otras no. Nosotras no hacemos ninguna denuncia porque no podemos; no tenemos las herramientas. Además, respetamos la voluntad de la víctima”, señalan. Las jóvenes sostienen que su objetivo y lo que está a su alcance es brindar un espacio de contención. Pero además, en los últimos días se pusieron en contacto con una red de psicólogas y de abogadas para poder derivar algunos casos que les llegan.
Una médica que accedió a dar su testimonio a El País comenta que sufrió acoso durante toda la carrera, pero nunca pensó en dar transcendencia a los hechos para evitar verse perjudicada. “La medicina es un ambiente donde la jerarquía está muy marcada, y las mujeres dejan pasar estas situaciones por miedo a verse perjudicadas en la carrera. El mismo profesor que te invita a salir es también el que tiene que evaluarte”, comenta. En uno de los mails que intercambió con un profesor sobre una tarea, el docente la invitó a su casa en la noche, para “corregir el trabajo y tomar unas cervezas”, cuenta. En ese entonces, ella cursaba segundo año. “Está tan naturalizado que incluso nos avisan que tengamos cuidado en ciertas cátedras, porque los docentes suelen sacar los nombres de las listas, agregar a las estudiantes a Facebook y hablarles”, señala.