VERANO
Avance del COVID-19 frenó las reservas. Algunos creen que la situación es dramática, otros confían en que mejorará y unos pocos prevén superar la temporada anterior. Cuál es el plan de los operadores.
El futuro de la próxima temporada se reescribe día a día, y dependiendo de a quién se le pregunte cómo se lo percibe. Están los operadores turísticos que lo ven negro; otros nublado e incluso quienes proyectan que vivirán una zafra mejor que la pasada, cuando el COVID-19 no era un problema nuestro.
En los últimos días, mientras miraban por el rabillo del ojo el incremento de los casos positivos, varios destinos lanzaron su propuesta para este verano atípico y presentaron sus campañas publicitarias. El gobierno también lo hizo, alentando a disfrutar de un turismo “natural y sano”, indica Remo Monzeglio, el subsecretario de la cartera.
Los referentes de los polos turísticos concuerdan que, tras el anuncio de Presidencia de que se aplicarían medidas para restringir la movilidad, el ritmo de las reservas se frenó. Los últimos dos fines de semana el movimiento fue nulo. Los dueños de hoteles, restaurantes, agentes inmobiliarios, los voceros de las gremiales y los distintos directores de turismo de las intendencias departamentales saben que están “sentados sobre una bomba de tiempo”, pero también confían en que el turista interno se mantiene aferrado al “chip de las vacaciones”.
El desafío es blindar la salud de la actividady transmitirles a los eventuales visitantes la tranquilidad de que los destinos están preparados y comprometidos con el cuidado de sus clientes. En ese sentido, Marina Cantera, la flamante presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo (Camtur), tiene un as bajo la manga que ahora está sacando a relucir: hasta el momento no se han producido contagios en ningún recinto turístico. Ni uno, asegura.
Aunque eso sí: aquella expectativa que el sector tenía dos meses atrás de incrementar del 30% al 50% el volumen del turismo interno de las divisas del país (que en 2019 se tradujo en 513.000 uruguayos que vacacionaron en casa), ya no corre. “Hoy el nivel de incertidumbre es tan grande que no se pueden hacer proyecciones más que semana a semana. Hay muchos destinos para los cuales el turismo interno incide muy poquito y ellos estarán mucho peor. Cuando empezó esta pandemia el anhelo era mantener vivas a las empresas y sin bien no hemos registrado grandes cierres cada vez el final del túnel se alarga más”, advierte Cantera.
Entre la esperanza y el pánico, el golpeado sector recibe señales de todo tipo. Empecemos por las buenas. Algunos hostels en Rocha vienen con un buen nivel de reservas; en Punta del Este celebran la reapertura del gigante Enjoy —con aproximadamente el 50% de su plantilla de empleados— y de algún que otro restaurante nuevo. En las termas del Daymán se sorprenden por las atípicas consultas por estadías de entre cuatro a siete noches de hotel para enero; mientras que en la costa de Canelones, en los balnearios cercanos a La Floresta y Atlántida, se pronostica que esta podría ser una temporada que los posicione.
Pero el rubro es amplísimo y las comparaciones de porcentajes de ocupación con respecto a temporadas anteriores pueden ser engañosas debido al peso de los aforos reducidos. El otro lado de la moneda lo expone Francisco Rodríguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay (AHRU): plantea que muchos de los hoteles que viven del turismo están trabajando con 20% de ocupación. “La única diferencia con estar cerrados es que perderían menos”, dice.
En Colonia, por ejemplo, a golpe de vista puede sonar alentador el dato de que la visita de uruguayos se haya duplicado, pero no es tan así. Tal y como lo explica Andrés Castellano, el nuevo presidente de la Asociación Turística local, “subir del 5% que representaban a 10%, ¿para qué me alcanza?”. En este destino abrirán 30 y algo de hoteles de los más de 50 que operan, y otros tantos aguardan a ver el comportamiento de los turistas para decidir cuántos días a la semana abrir, o a partir de qué fecha hacerlo.
Los restaurantes, en tanto, se habían ilusionado con que el gobierno podría darles el visto bueno a la propuesta que había presentado Camtur días pasados para extender su horario de funcionamiento hasta las dos de la mañana y habilitar a que ciertas avenidas pasaran a ser peatonales pudiendo ubicar allí —según la distancia definida por los protocolos— las mesas que el aforo les impide ocupar puertas adentro. La respuesta fue negativa, aunque en La Paloma el alcalde Alcides Perdomo seguirá delante únicamente con la segunda parte de la propuesta.
Solicitan prórroga para abonar créditos
Pasaron los meses y algunas de las medidas que el gobierno lanzó para sostener a las empresas del sector “ya no son suficientes”, según los operadores. Por ejemplo, de parte de la Intendencia de Montevideo se aguarda la exoneración de impuestos por el uso de decks en restaurantes y una reducción en la contribución inmobiliaria (que ya aprobaron Maldonado, Rocha y Colonia). A UTE se le solicitó que además de mantener la exoneración del costo fijo por potencia contratada, se reduzca el valor de la tarifa comercial en emprendimientos turísticos. Respecto a los créditos con garantía del Estado, ya se vencieron los seis meses de gracia y los operadores piden extender este beneficio por otros 12 meses.
Mientras que cada destino muestra su mejor estampa y afinan los planes para hacer cumplir los protocolos, se agudizó una vieja pelea. El objetivo es erradicar a los informales. “Las camas de hotelería en Punta del Este no llegan a 15.000 y los alojamientos informales sin registro son más de 100.000. A ellos nadie los está controlando. Si mañana pasa algo, daña a todo el destino”, apunta Rodríguez, de AHRU.
Que esta ola se controle.
Delvair Amarilla, presidenta de la Corporación Rochense de Turismo, lleva las estadísticas con recelo: cada vecino recuperado de COVID-19 vale oro para que el turismo interno siga eligiendo a Rocha para vacacionar. Fue uno de los destinos más elegidos durante el invierno —se incrementaron 30% las ventas en supermercados— y el índice de reservas venía “muy bien” hasta que comenzó diciembre con sus malas noticias.
Rocha cuenta con el aliciente de que el 65% de sus visitantes tradicionales son uruguayos y esto lleva a que algunos operadores fantaseen con que la temporada que viene será mejor que la última, y a que el nuevo director de Turismo Federico Zerbino prediga que el departamento está “en una inmejorable posición de competición”.
Pero esta certeza pende de un hilo y sobrevuela el temor a vivir una escena digna del episodio —y película— “El baño del Papa”, según relatan algunos operadores. Así lo explica el propietario de un par de restaurantes: “Es que en La Paloma estamos todos abiertos, pero por ahí nos preparamos para que vengan 50 y llegan siete. Nosotros estamos con el corazón en la boca porque la inversión ya la hicimos y eso nos preocupa”.
Asse despliega plan especial para el verano
ASSE presentó un plan especial previendo un incremento de la demanda en los balnearios durante la temporada de verano. Entre varias medidas, se reforzarán con más de 50 auxiliares de enfermería y unos 20 médicos la red de policlínicas y hospitales de Rocha y Maldonado, según publicó El País. En Maldonado se reforzará el personal de salud en policlínicas de Piriápolis, balneario Buenos Aires y José Ignacio. En Rocha, se dispondrá una nueva puerta de emergencia en la policlínica de La Paloma y se extenderá el horario de atención a los usuarios en la misma. Además se prevé que de empeorar la situación y requerirse más camas de CTI en el este del país, se podrían asignar seis camas nuevas al Hospital de Maldonado (que ya cuenta con ocho). En Rocha las camas de CTI se compran a distintas mutualistas.
En muchos casos las tarifas en dólares se pesificaron y se redujeron con respecto a las del año anterior, o se alinearon con las actuales de Montevideo, “para acompañar la situación”. Por estos días de discusiones, en la Corporación Rochense estudian si convendría tomar una decisión común sobre la devolución de señas en caso de cancelación de reservas. “Buscamos un criterio que caiga simpático, para reprogramar las reservas asegurándonos así que el turista vendrá y que el operador mantenga ese dinero”, detalla Amarilla.
Los hoteles de La Paloma han visto cancelarse el 10% de las reservas que tenían para enero —que rondaban el 35% de la oferta—, pero esperan ilusionados que luego del próximo día 10 —cuando se evalúe el efecto de las medidas que tomó Presidencia— esto se revierta. Cada jornada siguen al pie de la letra las rutinas de desinfección y el cumplimiento del protocolo, apunta Robert Caballero, secretario de la Liga de Fomento y Turismo. “Se nos va la vida en el tema. Algunos huéspedes te responden mal porque no se quieren poner el tapabocas. Nos cuentan los choferes que es toda una lucha en los ómnibus. Hay muchos jóvenes ofuscados porque se les han cortado los entretenimientos y no respetan el distanciamiento, no tienen empatía”, dice.
La falta de empatía preocupa al presidente de la ONG Comunidad Cabo Polonio, Daniel Machado. Dueño de un restaurante, achicó el aforo, puso una mampara que separa al cliente del cajero y exige el uso de tapaboca para desplazarse a pagar o para ir a los baños. “Algunos se burlan de mí por los cuidados, pero el miedo que tenemos quienes hacemos las cosas bien es que el virus circule y se cierre el parque”, dice.
Si bien hay alojamientos que reestructuraron la propiedad para mantener la distancia y priorizar las habitaciones privadas, con baño, donde solo pueden ingresar grupos cerrados, distintos vecinos entrevistados reconocen que no es la regla. Hay hostels y boliches que continúan realizando extensas fiestas al aire libre con unas 50 personas.
Machado cuenta que la ONG comunicó a las nuevas autoridades departamentales que hay hostels que no tienen la habilitación, no toman la temperatura de sus huéspedes al ingresar, ni les piden los datos necesarios, y que en algunos casos ponen hasta a seis personas por habitación y se comparte el baño entre muchos más. Al no estar registrados ni en BPS, ni en DGI, ni en el Ministerio de Turismo, ni en la intendencia, no son controlados.
Para este informe, algunos dueños de hospedajes mencionaron que para evitar que una persona ajena a “la burbuja” duerma en la misma pieza se debe cubrir ese costo. Otro aceptó sumar un colchón en el piso, superando así el máximo permitido por el protocolo. Ante la necesidad de concretar las reservas, quienes brindaron información iban tanteando los deseos del futuro huésped para adecuar el relato de los servicios. Así, hubo quién aclaró que el desayuno se organiza por turnos pero también se podía compartir con desconocidos la mesa si así se desea. También que el alojamiento dispone de lugares libres con distanciamiento aunque sería posible “conocer gente”. Sobre las fiestas, dos de estos operadores reconocieron que si bien los boliches deberían cerrar a la medianoche “cosas se arman”. Otra persona agregó: “Tenés que enterarte de dónde, pero esto es chico y enterarte te enterás.
Zerbino, el director de Turismo, anuncia que está creando una unidad de gestión para alojamientos turísticos con el objetivo de ponerle punto final al informalismo. La comuna contrató un software que cruzó toda la oferta rochense publicitada en internet con los registrados. El análisis arrojó que los alojamientos inhabilitados superan en 10 veces los que sí lo están.
El plan es visitarlos y ofrecerles regularizarse aprovechando promociones del 50% de exoneración en la contribución inmobiliaria, en la habilitación comercial y en la inscripción a la Corporación Rochense de Turismo. “El que se niegue recibirá sanciones muy duras”, advierte.
La llamita de Punta.
Reservar un pasaje para ir a Maldonado el próximo 22 de diciembre conlleva 25 minutos de espera en el teléfono, pero no más sorpresas. Si bien el gobierno limitó al 50% el aforo de los ómnibus interdepartamentales subsidiando las pérdidas (hasta el 10 de enero), algunas líneas incrementaron su flota. Tal vez también influya el razonamiento que comparte Monzeglio, el subsecretario del ministerio de Turismo: “Al limitar el derecho de reunión automáticamente menos gente se va a desplazar en ómnibus, además no afecta gravemente a los destinos porque cada vez más parten de vacaciones en sus vehículos particulares”. Sobre esta reglamentación persisten dudas, el Centro Propietarios de Ómnibus de Turismo no sabe si la medida abarca a sus socios, aunque de todas formas el 90% de los mismos están ociosos y no han sido subcontratados por otras compañías para satisfacer la demanda.
El ánimo en Maldonado depende de qué tan atado está el destino al público nacional. Piriápolis, respira; Punta del Este y José Ignacio, dependientes en el 70% de la ocupación de los extranjeros, no. De los 78 socios del Centro de Hoteles de Punta del Este, solo 30 están abiertos y dos cerraron definitivamente. “El huésped va estar cuidado, pero no sabemos qué huésped va a venir porque las reservas para el verano son mínimas”, dice Alejandro D’Elía, directivo de la agrupación.
Reabrió el gigante Enjoy en Punta del Este
Tras ocho meses sin actividad volvió a abrir Enjoy, el gigante de Punta del Este. Lo hizo con la mitad de su plantilla (unos 500 empleados), “como una señal de esperanza para ellos y para el sector”, dijo una fuente de la empresa. El volumen de reservas “viene lento”, pero son optimistas en que repunte. Jugados al turismo local, Enjoy apostará a revisitar la gastronomía nacional desde la tradición charrúa, e inaugurará un bar para visualizar eventos deportivos y con máquinas de juegos.
La misma incertidumbre ronda en el arrendamiento de casas y apartamentos. Javier Sena, presidente de la cámara inmobiliaria local, dice que con la primera ola de contagios llegó el pánico y automáticamente se congelaron las consultas por alquileres. “Es decir que de ese 30% de turismo interno al que apelábamos, ahora se achicó. Habrá que esperar hasta febrero a ver qué sucede y si se abre la perilla para dejar entrar a los propietarios extranjeros que no tienen residencia pero ingresarían con el hisopado negativo y cumplirían con la cuarentena debidamente”, afirma.
Las inmobiliarias —continúa Sena— han recibido “muchísimas” llamadas de personas queriendo alquilar casas para despedidas por una noche o dos, y “se han negado”.
El nuevo director de Turismo Martín Laventure sabe de situaciones críticas: este cargo ya lo ocupó en 2002. “Aquella crisis fue peor, porque la esperanza que tenemos ahora es la de salir más rápido”, sostiene. Laventure es de los que se concentra en el día después del COVID-19 y en ese camino lo ayuda la reapertura del emblemático Enjoy y la inauguración de algunos restaurantes, que según explica pudieron aprovechar la rebaja de los alquileres y el estímulo de 8.000 pesos de descuento en los aportes al BPS que el gobierno otorga a quien toma empleados. “Esto indica que la llamita no se apagó del todo y que hay que confiar en que esto pasará”, dice.
La preocupación de este jerarca es fortalecer el mensaje de Punta del Este como un balneario con seguridad sanitaria. En ese sentido, cree que el límite de reunión y las sanciones a las aglomeraciones que conlleva, sumado a un trabajo de inteligencia por parte del Departamento de Higiene y Tránsito y las llamadas permanentes que está recibiendo el call center para denuncias, amenorará el estímulo de hacer fiestas clandestinas.
Por otro lado, al trabajo del cuerpo de 270 guardavidas, el personal de Prefectura y los prestadores de servicios en las playas, se sumará un equipo de una centena de jóvenes voluntarios “promotores de salud” que recorrerá los lugares públicos exhortando a cumplir con las reglas de distanciamiento. Además, en las playas se pondrá una bandera que indicará qué tan apretada está la convocatoria para evitar aglomeraciones.
La ilusión canaria.
“La Toscana está a 75 kilómetros”, dice Castellano, de la Asociación Turística de Colonia, destino que busca inspirar al uruguayo a cambiar el sol y la playa por un abanico que además de costa “con arenas blancas”, ofrece rutas del vino, del queso y tres enclaves patrimoniales. No es el único destino que sueña con ser el elegido.
Horacio Yanes, director de Turismo de Canelones, cree que esta temporada puede ser una oportunidad para que los balnearios canarios se posicionen. “Son lugares que están cerca pero parecen lejanos, con playas agrestes y menos visitadas, con tarifas económicas, y están ubicados a pocos kilómetros de los centros de salud. Ya vemos que Canelones va a ser el primer espacio de escape del turista interno”, asegura.
El éxito —de darse— no sería nuevo. En las últimas dos temporadas, el incremento de visitantes generó que inversionistas reciclaran antiguos hoteles o abrieran nuevos que ahora están a disposición. Los hoteles ya tienen entre 70% y 80% de reservas para enero y las casas de alquiler también avanzan con entusiasmo.
La próxima semana, el intendente Yamandú Orsi presentará un paquete de herramientas que será el aliado para mantener protegida la salud de los turistas. Según supo El País, se actualizó la aplicación que el año pasado se utilizaba para comunicar qué playas tenían cianobacterias y ahora también anunciarán el nivel de aglomeración en las paradas y en sus estacionamientos. También las ferias tendrán dispositivos electrónicos que alertarán cuando se alcance un número peligroso y la población recibirá notificaciones a través de las redes sociales.
No solo eso: además les llegarán sugerencias para ir conociendo distintos puntos del departamento e invitarlos a disfrutar de los atardeceres en lugares pocos concurridos. El objetivo de Canelones, como el de todo los destinos es ese: decirle al turista uruguayo que hay alternativas para disfrutar las vacaciones sanos y salvos.
¿Qué opina el sector sobre las últimas medidas?
Marina Cantera, presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo, dice que las últimas medidas anunciadas por el gobierno “están en la línea con lo que esperaba el sector”, aunque uno de los puntos los tomó por sorpresa y otro va en detrimento de una propuesta presentada. Unos días atrás, esta agrupación había planteado la posibilidad de extender el horario de atención al público de los restaurantes hasta las dos de la mañana, además de poder ubicar en la calle las mesas que se descartan debido a la reducción del aforo, conformando una especie de peatonales gastronómicas. De esta manera pretendían compensar la pérdida que les genera cumplir con el protocolo. Sin embargo, la sugerencia no prosperó y, según comunicó el presidente Luis Lacalle Pou, estos comercios deberán cerrar a la medianoche. La reducción del 50% del aforo en los ómnibus interdepartamentales (cuya pérdida económica para las empresas será subsidiada por el Estado) les tomó por sorpresa. Algunos operadores, como la Corporación Turística Rochense, mantienen diálogo con algunas compañías evaluando la posibilidad de aumentar las frecuencias para que esta medida no desestimule a los turistas a visitar ciertos destinos. Respecto a limitar temporalmente el derecho de reunión, es una iniciativa bien recibida por el sector puesto que se considera que ayudará a combatir el informalismo y las fiestas clandestinas. Sobre la suspensión de ingresos al país, salvo para uruguayos con pasajes comprados al 16 de diciembre, se calcula que serán unos 7.000 los que llegarán. Cantera estima que unos 40.000 no podrán ingresar y, aunque esto signifique un perjuicio para el sector, hay consenso en que lo primordial “es cuidar la salud”.