EN URUGUAY
"Marquitos" de la tercera temporada de "El Marginal" visitó Montevideo por primera vez tras ser contratado por un boliche para una presencia. En diálogo con Sábado Show, habló sobre los entretelones de la serie y de su relación con Nicolás Furtado, el actor uruguayo que la protagoniza.
-¿Cómo se dio tu ingreso a la tercera temporada de El Marginal?
-Yo estaba haciendo un curso de televisión y nos comentaron que había un casting para la serie. Me presenté y me dieron la escena que tenía que hacer: un robo adentro de la cárcel. A la semana me llamaron para decirme que quedaba, pero me eligieron para otro personaje. Fui seleccionado para “Marquitos”, un boxeador que es sobrino del personaje de Alejandro Awada.
-¿Cómo es el trabajo de los directores con los actores de la serie?
-Nos marcan muchísimas cosas. Yo me tuve que poner más las pilas de lo que pensaba, pero aprendí mucho y quedé muy contento. Me recomendaron que me adapte al ambiente en el que estaba grabando, y hacerlo en una cárcel de verdad que estuvo funcionando durante cuarenta años me ayudó mucho a armar el personaje. Ese lugar tiene una energía muy especial. Por otro lado, mis compañeros también me dieron varios consejos, por más que al principio yo me sentía inhibido porque ellos son muy famosos.
-¿Por ejemplo?
-Alejandro Awada me mostró que en muchos casos menos es más. Uno como actor a veces quiere mostrar muchas cosas, y por ahí hay que enfocarse más en el personaje de uno. Él es un actorazo, fue mágico actuar con él.
-¿Habías visto las temporadas anteriores de la serie?
-Sí, miraba la serie de antes. Mis hermanos eran fanáticos y no podían creer cuando les dije que iba a estar. Yo me acuerdo que cuando la miraba pensaba “cómo será grabar ahí”. Fue todo muy loco y muy rápido.
-¿Cómo fue tu relación con el uruguayo Nicolás Furtado en los rodajes?
-Él me parece increíble. Yo ya lo seguía de antes, había visto la película que hizo y también las anteriores de El Marginal, que es donde la rompe. Solo hice una escena con él, pero entablé una buena relación. Hablamos, nos reímos, comimos juntos. Siempre tuvimos un muy buen trato y cada vez que pudo me dio un consejo. Me recomendó cómo pararme frente a la cámara y cómo mirar de costado a la cámara. Tiene muy buena onda.
-¿Cómo se grabó la fuerte escena de tu pelea con el personaje de Ignacio Sureda?
-Fue una secuencia muy preparada. Ellos me pusieron a un entrenador de boxeo durante un mes y tuve que ir bastante al gimnasio. Me preparé físicamente para tener un poco más de masa corporal. La escena la tuvimos que armar con unos profesores de dobles de riesgo que nos fueron ayudando a diseñar como una coreografía. Igualmente, en la práctica a uno se le puede escapar una piña de verdad o se puede comer una. A mí se me escapó una primero cuando ensayábamos, y él (Sureda) se enojó y me la devolvió cuando estábamos grabando.
-¿Es calentón?
-Sí, es bastante calentón. Tiene su carácter. Pero entiendo que no está bueno que te pase eso... Lo importante es que al final la escena salió buenísima.
-También protagonizás una secuencia muy emotiva con Alejandro Awada, que interpreta al personaje de tu tío...
-Sí, es una escena muy fuerte porque me muero asfixiado. Me impactó mucho, no es algo muy lindo de ver (risas). Cuando me llegó el guión me gustó ver que iba a tener una escena tan fuerte. La forma de la que Awada interpretó esa escena fue increíble. Yo ya sabía lo que iba a decir, pero cuando lo escuché y lo vi haciéndolo no lo podía creer. Logró emocionar a todos los que estaban viendo mientras se grababa. Aparte fue una escena que abrió mucho debate en redes sociales entre los que estaban a favor y en contra de este personaje. Se logró exactamente lo que se buscaba.
-¿En qué viste reflejada la repercusión que tiene El Marginal?
-En Buenos Aires es una locura, la gente me saluda en la calle. El otro día fui con unos amigos a la plaza y no pude ni tomar un mate porque me tocaban el hombro todo el tiempo para pedirme fotos. Fue raro porque nunca me había pasado. No es lo que busco pero está buenísimo que la gente se acerque a saludar. Y en redes también pasan dos o tres días en los que no llego a contestar todos los mensajes.
-Naciste en Santa Fe y viajaste a Buenos Aires hace cuatro años, ¿fue para buscar un lugar en el medio artístico?
-En Santa Fe yo hacía deporte y trabajaba en una empresa que ofrece servicios de electricidad. Sin embargo, me gustaba escribir y me daba cuenta que tenía que hacer algo con todo lo que estaba escribiendo. Y además, me encanta actuar. Así que viajé a Buenos Aires y desde que llegué no paré de tomar cursos.
-¿En qué rol te gustaría desarrollarte después del final de El Marginal?
-Actué en una película que se llama El Cazador que se estrena este semestre, y en verano voy a hacer otra. Lo que más me gustaría hacer más adelante sería dirigir y poder hacer mis propias películas.
-¿Esta es tu primera vez en Uruguay?
-Es mi primera vez en Montevideo, me pareció una ciudad hermosa. Solo conocía Canelones y Punta del Este. Vine para hacer una presentación en el boliche Sueños en Minas junto a Sol Pérez. Fernando Cristino fue quien me contactó, me organizó una gira de prensa y me hizo un recorrido espectacular. Fuimos a comer a Ohm Carrasco y a El Puesto Carrasco.