Es el conductor de la previa de Gran Hermano junto a Eliana Dide y seguramente no sepa quién es este joven que desde hace más de dos meses se encarga de contar lo que ocurre dentro de la casa más famosa de la televisión. Agustín Gil no estaba destinado a trabajar en la pantalla, su vida rumbeaba hacia las relaciones internacionales, pero decidió dejarlo todo para seguir su instinto. Primero llegó a Twitter, de allí a la radio Del Sol y ahora está al frente del programa que repasa momentos del formato. Sobre su cambio de carrera, sus jugadores favoritos en el programa y la posibilidad de un Gran hermano uruguayo, habló Agustín Gil con Sábado Show.
Agustín Gil comenzó en los medios gracias a “Pueblo fantasma”, el programa de Del Sol donde tuvo una columna llamada “Nada especial”. Hablaba de cultura pop y farándula. Desde 2021 se sumó al equipo conductores del programa.
—Desde el inicio de Gran Hermano conducís la previa junto a Eliana Dide. ¿Cómo llegás a la televisión?
—Pasó todo muy rápido. Fue circunstancial pero también buscado. Estudiaba Relaciones internacionales, estaba a nada de recibirme y por trabajos que iba haciendo, todo lo enfocaba para el lado de la comunicación y el marketing. Dejé todo y arranqué Comunicación en la Udelar. Una cosa fue llevando a la otra y pasé por varios trabajos. En febrero de 2020 entré a una agencia de viajes pero al mes tuve que salir a buscar otro trabajo. Llegué a una agencia de publicidad y después surgió la oportunidad de trabajar en el canal, pero en el área de marketing. Estuve en eso este año y cuando se confirma que el canal va a transmitir Gran Hermano ya había hecho bastante ruido como fanático del formato que soy, surgió este programa satélite que repasa tapes del día anterior y terminé en la pantalla.
—¿Te costo cambiar de carrera?
—Hice esa carrera con una mentalidad liceal, porque el sistema te dice que a los 18 tenés que elegir una carrera. En un momento me di cuenta que tenía que hacer lo que me apasionaba y tiene sentido que con 25 años no me moviera lo mismo que con 18 cuando es más difícil encontrar una pasión. Por suerte me llegó la comunicación y me di cuenta que era por ahí.
—En pantalla te mostrás divertido y se nota que te gusta el formato.
—Me encanta, y eso es lo que me gusta del programa y de la dupla que hacemos con Eliana: los dos somos fanáticos. Hablaríamos de esto fuera de cámaras también.
—El lunes se te vio triste por la eliminación de Constanza.
—(risas) Era tremenda jugadora. Me pelean con que jugó mal, pero creo que los mejores jugadores no son los que ganan o llegan más lejos, son los que demostraron que jugaron, por eso para mí fue un homenaje a Coti. Eso es lo lindo del formato, por más que todo es un juego, lo básico de Gran Hermano es la convivencia, y está lindo ver cuando chocan personalidades. Alguien caprichoso tenía que haber, y ella era perfecta para eso.
—Esta temporada tuvo varios villanos. Primero Tomás, después Juan y ahora Coti. Pareciera que a la gente le gusta odiar a algunos participantes.
—Sí, nos gusta odiar, nos gusta identificar al villano y lo que tiene Gran Hermano es que el voto de la gente es negativo. Así que si te gusta odiar, tenés la chance de votar a quien querés que se vaya. Normalmente es distinto, uno vota a quien quiere que gane y esta diferencia incentiva, y es parte del éxito del formato que tiene esa democracia de la gente que determina quién se va cada semana.
—No se va el que juega peor o mejor, sino el que tenga más haters.
—Sí, se va el que tiene más odio que suele ser quien juega más, el que tiene el perfil más alto en la casa. El favorito es Marcos que si bien se habla de él, en la semana no ves que haga mucho, tiene un perfil más bajo. Lo que pasó con los primeros villanos, el grupo de “Los monitos” es que eran muy artificiales. Querían hacer maldades solo por hacerlas. Entraron con la mente de Tiktokers, de generar contenido y eso no se veía natural. Por eso a los villanos los castigaron temprano. Ahora con Coti villana vimos un personaje que se desenvolvía, era mala pero desde un lugar más natural a nivel de convivencia, pero igualmente al público no le gustó.
—Igualmente, cuando salió de la casa, Coti fue bien recibida por el panel del programa que suele criticar a los participantes eliminados.
—Sí, ella salió con la cabeza en alto, a diferencia de los otros que salieron pidiendo perdón. En un momento ella dijo algo como “no me juzguen como persona por lo que hice en la casa”, y eso me parece que es algo básico para quien mira este formato: saber que estamos juzgando personajes televisivos donde la producción presenta una narrativa de ellos y si bien se basa en la realidad, en reacciones genuinas de ellos dentro de la casa, la casa de Gran Hermano no deja de ser un escenario artificial de la vida real. Eso hay que tenerlo claro.
—Se rumorea de un Gran Hermano uruguayo, ¿te gustaría ver una versión local?
—Me encantaría y creo que el público lo está pidiendo. Para todos los que somos fanáticos de la televisión, nos merecemos tener un formato así, histórico. Es el reality madre de todos los realities que vinieron después, y cumple un rol en la historia de la televisión del mundo y merece que nosotros también lo tengamos.