Redacción El País
El show de la tarde llegó a su fin el pasado viernes 29 de setiembre en el marco de una reestructura de Canal 10. En tres temporadas al aire, el programa cosechó altos registros de audiencia y dejó el hito del debut del emblemático parodista Aldo Martínez en el rol de conductor televisivo junto a Paola Bianco. “A pesar de que no sigamos al aire yo quedé feliz por el resultado”, se consuela a ocho días del final. En diálogo con El País, el referente de Carnaval hace un balance del ciclo y ya pone la mira en el próximo desafío: debutar en murga luego de 40 años saliendo con parodistas.

-¿Qué balance hacés de tu participación en El Show de la Tarde a una semana del final del ciclo?

-El balance es muy positivo, yo me siento muy feliz. Estoy muy agradecido con el canal, que me permitió mostrarme en este nuevo perfil de conductor de televisión. Y el programa me dejó un montón de cosas divinas. Me reencontré con Paola Bianco, con quien tengo un vínculo hermoso desde hace un montón de años. Su papá Jorge Bianco fue mi primer libretista y el que me dio la primera oportunidad en Carnaval, así que la conozco desde aquella época. Siempre mantuvimos el vínculo a la distancia, pero nunca habíamos tenido la posibilidad de trabajar juntos y lo pudimos hacer ahora. Yo aprendí mucho de ella sobre el trabajo en televisión.

-¿Cómo te sentiste en este nuevo rol de conductor?

-Muy bien. La consigna era mostrar al Aldo Martínez real, no al de Carnaval o al de la música tropical. Me pedían que fuera auténtico, y eso era lo que más me gustaba. Al principio hubo muchos códigos nuevos de la televisión que tuve que incorporar y para eso me facilitó mucho estar con Paola. Ella y los compañeros del canal me tiraban muchos piques y yo les pedía que me avisen si estaba haciendo algo mal. Con el tiempo a medida de que fui agarrando confianza me permitieron aportar ideas al programa. A pesar de que no estemos más en el aire yo quedé muy feliz con el resultado que obtuvimos.

-¿Cómo se sintieron al tener que despedir el ciclo?

-Obviamente hubo sentimientos encontrados. Estábamos muy felices con el producto, pero ese último día no dejó de ser triste por no seguir al aire. Hay que aceptarlo porque el canal está en un proceso de reestructura, pero las puertas siguen abiertas. Fue doloroso, pero nosotros tenemos que quedarnos con lo positivo.

Darwin Borrelli/Archivo El Pais

-¿Cómo tomaron la noticia al momento que se la comunicaron?

-La noticia nos dejó el sinsabor de saber que se terminaba el ciclo, pero nosotros somos profesionales y sabíamos que teníamos que seguir manteniendo el programa en el lugar que se había ganado hasta el final. Claro que nos dolió un poco, pero sabíamos que el canal estaba enfrentando un proceso de reestructura en su programación y esto podía pasar.

-¿El optimismo fue unánime en el grupo o hubo quienes procesaron la noticia con más dolor?

-Todos somos diferentes, pero el denominador común fue estar conformes de que habíamos logrado un buen producto. Es obvio que no fue alegre saber que se terminaba y cada uno lo procesó de distinta manera, pero en general primó la felicidad por todo lo que conseguimos. Empezamos como una prueba y duramos tres temporadas.

-¿Cómo se reorganizan los horarios de tu tarde ahora?

-Yo nunca dejé de trabajar con mis shows y ahora le sumo lo de Carnaval. Me estoy poniendo al día con muchas composiciones que tenía pendientes. Estoy reordenando mis actividades.

-¿Cómo te sentís en los meses previos al próximo carnaval en el que vas a debutar en la categoría Murga?

-Estoy con un entusiasmo tremendo. Estoy cambiando de categoría después de estar 40 años en parodistas y voy a debutar en una gran murga como La Gran Muñeca.

-¿Cómo te llevás con el género?

-Es un mundo distinto. Se manejan otras formas de actuar, de cantar. El proceso de adaptación no fue muy difícil porque la barra de la murga me hizo muy fácil el ingreso. Yo igualmente soy de adaptarme rápido, en especial a algo que me apasiona tanto como el Carnaval. Yo sé de la murga por verla en el escenario, pero el mundo interno es muy distinto y es de lo que estoy aprendiendo. Me encanta seguir experimentando y aprendiendo a esta altura. Es un desafío enorme. Lo estoy viviendo como si saliera en Carnaval por primera vez.

-¿Desde lo artístico qué es lo que te implica un mayor desafío?

-Cantar más tiempo y participar del cuplé. Si bien en parodistas hay mucha actuación, acá es uno mismo con la murga. El cupletero tiene que amalgamarse cantando con el resto, y eso es un desafío increíble.

-La murga también tiene un perfil más politizado, ¿cómo te sentís frente a eso?

-Esto pasa por los estilos. En el parodismo no se maneja tanto la crítica política. La murga sí es crítica desde siempre, después depende del estilo que cada murga tenga para hacerlo. Yo ahora estoy en esta categoría y sé que la murga va a criticar lo que pasó en el año, más ahora que viene un año de elecciones. Sin embargo, hay que saber que eso pasa por lo que proponga el conjunto, no Aldo Martínez. Yo soy un componente más de la murga y me voy a adaptar.

-¿No te preocupa quedar identificado con el discurso o el contenido político de la murga?

-Uno está dentro de una murga que toma un estilo pero hay 15 integrantes. Uno puede tener cualquier alineación y la murga va hacia un lado y hay que ser profesional. Uno tiene que estar adaptado a lo que propone el conjunto.

-¿Incluso cuando no estés del todo de acuerdo con lo que estás cantando?

-Eso puede pasar en cualquier conjunto y ha pasado. No necesariamente todos los componentes están de acuerdo con cada cosa que dice la murga. Hay que aceptar que es así. Uno es un componente y son las reglas del Carnaval.