Los conductores prueban nuevas sillas y se sorprenden con lo lejos que quedan del piso. Son lo suficientemente altas para llegar cómodos al escritorio que estrenaron el día anterior. Aldo Silva, Malena Castaldi y Mariano López todavía se están acostumbrando a los cambios en Telemundo, el noticiero que se renovó por completo y se transformó, como enfatizan los periodistas, en una "plataforma de información".
El noticiero luce distinto desde el 19 de agosto. Hay nuevas formas de presentar las noticias, una gráfica en la que el tradicional azul se mezcla con un color salmón y hay otro decorado. La parte visual estuvo a cargo del equipo de realización encabezado por Damián Rodríguez, que en enero presentó distintas propuestas y la gerencia resolvió por la que se ve al aire. Sin embargo, el cambio es más profundo que lo que está a la vista. Los conductores y los directores del noticiero Federico Sierra y Gaston Solé apuestan a ampliar el noticiero para convertirlo en una usina de contenidos informativos que se vierten en distintas plataformas. Por eso, entre otras novedades, los periodistas graban contenido exclusivo para redes sociales.
Minutos antes de grabar el flash informativo, otra de las innovaciones, los tres conductores se acomodan en el living de una de las salas de la gerencia del canal, frente a un mueble que acumula premios y reconocimientos para la empresa. De un lado de la mesa se coloca Aldo Silva, que revisa el reloj antes de tener que bajar a presentar el flash. El periodista ostenta tras la salida de Blanca Rodríguez de Subrayado la marca de ser el conductor con más años al frente de la edición central de un noticiero al haber debutado en 2003. Al otro lado se ubican Malena Castaldi y Mariano López, que se incorporaron a la edición central en 2019 con la última gran transformación que tuvo Telemundo. Aquí, la charla sobre periodismo, política y redes sociales.
—¿Cuál es la primera reacción cuando les plantean que existe la idea de renovar Telemundo?
—(Castaldi) Siempre un cambio es positivo. Es aggiornarse y actualizarse. Hubo una primera movida hace cinco años que implicó hacer las cosas de una manera distinta a lo que se venía haciendo. Ahora entramos en una segunda generación de cambios. Hay que mostrar que uno está en constante movimiento.
—(López) A mí me gustó apenas me lo dijeron porque me imaginé que iba a haber un cambio en la mesa. Lo que pasa al estar tantas horas en el canal es que el estudio pasa a ser parte de tu vida, entonces es como cambiar la mesa de tu casa. Todos teníamos ganas de tener una nueva y esta es buenísima, es lo que más valoramos nosotros.
—(Silva) A mí me parece emocionante, me gusta mucho. Hay un departamento gráfico exclusivamente dedicado a Telemundo. Así como hay una redacción con periodistas, hay otra parte de diseñadores gráficos que trabajan en base a las noticias. Eso fue toda una innovación. Y más allá del cambio estético que es muy importante, lo central es que ahora somos una plataforma de información. Es algo nuevo. No solamente estamos dando noticias sino que nos retroalimentamos de una plataforma de redes.
—¿Cómo se adaptan ustedes a estos cambios?
—(López) Hoy mucha gente ve la noticia que diste pero no sabe dónde lo vio. Puede haber sido en la televisión, pero también en un video de Twitter, Instagram, porque se lo mandaron por WhatsApp o se metieron en la página web. Yo solo tengo un Twitter que no uso mucho entonces me cuesta adaptarme a esto, pero soy consciente de que hoy la gente nos consume por distintos lados. No todo el mundo mira el noticiero entero sino que las noticias le llegan por varios lugares. Por eso decimos que somos una plataforma más que un noticiero.
—(Castaldi) Está medido que cambió la forma de la que la gente se informa. Ya no estamos en la época en la que la gente esperaba a las siete de la tarde para prepararse el mate y prender la televisión para enterarse de lo que había pasado en el día. La primicia se agota enseguida, la noticis se actualiza durante todo el día y estamos consumiendo información todo el tiempo. Nosotros tenemos que acompañar eso.
—¿Cuál es el rol de los periodistas en este nuevo paradigma?
—(Silva) El bombardeo de información es muy grande y ante eso nosotros ofrecemos trayectoria y rigor. De repente todo el mundo habla sobre algo y nosotros lo confirmamos. Ese es el desafío que tenemos: que la gente nos tome como referentes en materia de credibilidad.
—(Castaldi) Se valoriza el periodista porque es el que certifica la noticia. El lector puede enterarse por varios lugares, pero que lo diga un periodista en determinado medio es un sello de garantía.
—(López) En la pandemia pasó mucho eso. La gente te preguntaba “¿es verdad que se está muriendo la gente y lo están ocultando y que está todo colapsado?” porque lo había visto en redes sociales. Uno les decía que consuman medios serios. Si ninguno lo decía era porque lo que se decía en redes era un bolazo.
—¿Realmente se valora más el trabajo del periodista o la gente hoy desconfía más de todo, incluso de los periodistas y los medios?
—(Silva) Ahí está el rigor y en la forma de la que manejamos la información. Cuando pasa algo está la tentación de salir con eso cuanto antes, pero nosotros lo chequeamos muchas veces. Nos pasa todos los días. Cuando yo empecé era impensado que todos pudiéramos tener un medio de comunicación en nuestras manos, pero seguimos siendo los periodistas los que sabemos usarlo y nos dedicamos a eso. Entonces es común que una persona vea el comentario de que están robando niños en el shopping y enseguida lo comparta para ayudar a la comunidad, pero nosotros somos los que tenemos que decir que no es así. No hay que ignorar lo que dice la gente sino atenderlo.
—¿Con la cantidad de información falsa y de intereses cruzados que se denuncian o señalan en redes se sienten cada vez más interpelados por parte de la audiencia?
—(Castaldi) Está bien que la gente cuestione a los periodistas y le sume presión a nuestro trabajo. Eso eleva la vara para hacer las cosas bien. Al revés de ser un problema, es un desafío. Y hay que estar a la altura. Las redes tienen eso, pero también son una oportunidad y en ese marco es que Telemundo se refuerza como una plataforma de información con los valores que siempre caracterizaron al producto.
—Otro fenómeno que trajeron las redes es la mayor presencia de opinión, por encima muchas veces de la información, ¿ustedes sienten que hay un contexto en el que hay más margen para bajar línea?
—(López) Hay lugares para hacerlo. Aldo y yo hace años que trabajamos en radio y uno está acostumbrado a tomarse esa libertad y termina opinando. Si lo hace en un noticiero pasa a ser cuestionado porque en Telemundo lo que quiere la gente es ver noticias. Quieren verte informando y no opinando.
—(Silva) Yo no soy de opinar en términos generales y eso que también trabajo en radio en un espacio en el que los demás opinan. Yo trato de opinar lo menos posible. Priorizo lo otro. La gente precisa al que se la juega con una opinión pero también al que trata de apostar a una objetividad al dar la noticia. Es difícil ser objetivos, pero nosotros queremos contar el hecho tal cual es. Yo aposté mi carrera a eso. He pasado por etapas de opinión y no es lo mío.
—Pero en las entrevistas de noticieros, por ejemplo, pareciera que hay un mayor margen para repreguntar o retrucar a los invitados, lo cual hace años no se veía.
—(López) Es el único espacio del noticiero en el que uno puede mostrar algo de su opinión: el solo hecho de estar preguntando por un tema o en la forma de la que se hace puede mostrar algo del pensamiento del periodista.
—(Silva) Yo ni ahí.
—¿Algún dirigente político se ha ido ofendido de la entrevista?
—(Silva) Es natural que alguien se moleste. Es parte del juego. A lo largo de los años muchos se han enojado y se han desenojado. Algunos lo dicen y otros no, o te dicen “a mí me apretaste y a aquel no”.
—(López) A veces vienen con ganas de hablar de un tema y uno machaca sobre otro, entonces se van disconformes porque se insistió en un tema que no era el que ellos querían exponer. Los intereses del entrevistado por lo general no son los del entrevistador.
—¿Cómo están viviendo el año electoral?
—(Silva) A mí me encanta. Estamos en el mejor momento del quinquenio. Disfrutamos bastante de todo el período electoral: los actos, las encuestas. El día de las elecciones es lo más grande que hay, somos niños en la previa del Día de Reyes (risas).
—(López) Yo disfruto mucho, pero como conductor lo disfruto menos que antes. La campaña se disfruta más en la calle que en el estudio: estar en los actos, entrevistar a los candidatos en el lugar, ir al búnker el día de la elección.
—(Silva) Yo prefiero estar en el estudio, son gustos. Palpar la cuenta regresiva de los resultados es lo mejor.
—¿El año electoral viene acompañado de mayor violencia en redes sociales?
—(Silva) Lo disfrutamos pero no es todo color de rosas. Hay mucha violencia verbal. Publicás una noticia y hay que fumarse a los que insultan. Es complicado. Te encontrás con gente muy nerviosa en todos los partidos. No es que estamos cómodamente esperando el resultado y después brindamos por darlo primero y listo.
—¿Ese tipo de comentarios les implica un mayor desgaste de energía o no les hace mella?
—(Castaldi) Vas generando una coraza. Al principio no lo entendés, pero después ves que más allá del profesionalismo vas a ser blanco de críticas y quejas.
—(López) Un poco más de estrés genera, pero no nos chupa energía porque es nuestro oficio. Pasa incluso con grupos de amigos. Si la mayoría son blancos y opinás algo enseguida te dicen “qué zurdo que estás” y si vas a un grupo en el que hay más frenteamplistas te dicen “ahora estás multicolor”. Es gente que es irracional y no entiende que uno pueda criticar y cuestionar a los dos.
—En esta necesidad de los periodistas de dar muestras de imparcialidad, ¿no juega en contra que haya algunos que salgan del periodismo y enseguida se vinculen con un partido?
—(Silva) No afecta para nada. Cada cual elige su camino. Yo sé por dónde viene la pregunta (risas). Ha pasado toda la vida. He trabajado con periodistas que habían trabajado en un partido y con periodistas que trabajaron con un partido después.
—(López) Hay algunos que hicieron periodismo, se fueron a trabajar a intendencias o lugares del gobierno y después volvieron al periodismo. A veces uno piensa que esas cosas no tienen vuelta y sin embargo el periodismo los vuelve a recibir. Ese paso lo han dado un montón de periodistas.
—(Castaldi) Lo que es incompatible es hacer las dos cosas en paralelo.
—¿Qué les provocó la salida de Blanca Rodríguez de Subrayado?
—(Silva) Lo que dijimos al aire es lo que sentimos. Fue todo espontáneo.
—¿Fue realmente espontáneo?, ¿cómo se tomó la iniciativa de tocar el tema al aire?
—(López) Llegamos a la conclusión de que era algo muy importante y de lo que estaba hablando todo el mundo, entonces no podíamos esquivarlo. Estaba bueno hacer algún comentario. Además Blanca es una persona de tal magnitud que no podíamos eludirlo. Y en su caso es reconocida como buena persona.
—(Silva) Hay gente que más allá del medio en el que está, alcanza un nivel de trayectoria que se merece el respeto de todo el mundo. Me acuerdo de cuando se fue Néber (Araújo). Uno dice “se fue una institución”.
—(Castaldi) Saludarla al aire era una forma de reconocer a la persona y a la colega.
—No va a faltar quien diga que aprovecharon la salida de Blanca Rodríguez para aplicar los cambios en Telemundo.
—(Silva) Estos cambios en Telemundo se hablan desde el año pasado y hasta hay algunos que se frenaron en la pandemia. Nosotros queríamos una mesa más grande para estar los tres juntos y solamente eso llevó meses. Justo coincidió con la salida de Blanca.
—(López) En marzo empezaron las reuniones y la planificación. Este cambio estaba previsto para un mes antes de la interna, pero no llegamos por el estreno de Séptimo Día.