Alejandro Camino y Lorena Bomio: la historia de amor que nació en la tele y ya lleva 15 años

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Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

ENTREVISTA

La pareja de comunicadores habla de su historia de amor, dicen cómo se balancea el trabajo y la vida familiar, y recuerdan su primera cita

Aclaran que no se acuerdan el momento exacto que comenzó la relación, pero desde una cita que incluyó una obra de teatro y una cena, no se separaron más. Alejandro Camino y Lorena Bomio conforman una pareja querida por el público y el próximo mes cumplen 13 años de su paso por el registro civil. Han trabajado juntos, en radio y televisión, y llegaron a estar al aire al mismo tiempo pero en dos canales distintos. Para ellos algo normal.

Ella conduce el magazine informativo Arriba gente y además trabaja en el informativo Subrayado, y él todavía es recordado por el ciclo infantil El club de Tom y Jerry, el programa de entretenimientos Sote, la obra Toc Toc y el programa de radio que todavía conduce: La mañana en Camino.

"Hace como 15 años que comenzamos a salir, pero no tenemos una fecha de inicio", dice Lorena Bomio. "El próximo 13 de diciembre se cumplen 13 años que nos casamos. Antes vivimos juntos como un año y medio, y estuvimos como un año antes de novios, así que estamos juntos desde hace como 15 años".

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

Se conocieron trabajando, ambos en VTV. Camino era el conductor de Diapositivo y Bomio se sumó a trabajar a fines de 2003 en la producción de ese y otros programas del canal. Después ella pasó a ocupar el cargo de movilera y generaron un vínculo más estrecho. Igualmente ella aclara: "empezamos a salir cuando Ale se fue del canal". Eso sería a fines de 2006.

"Era un programa que empezaba temprano en la mañana, y un día tuvimos una mini crisis porque un invitado había faltado y otra cosa había fallado, y Lorena tuvo una actitud muy proactiva de solucionar la crisis con liderazgo. Y yo que la conocía como una compañera con la que en general no había interactuado tanto, fue como una epifanía. Me dije: ‘esta mujer, además de linda, es corajuda’, y me fijé en ella. Pero nada pasó porque ella estaba en pareja y yo también. Recuerdo ese hecho como una especie de antes y después a todo lo que ocurrió después", cuenta Camino.

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

—¿Se acuerdan cuál fue su primera salida juntos?

Bomio: Me acuerdo que la primera salida fue ir a verlo al teatro. Estaba haciendo Orquesta de señoritas en el Teatro Alianza. Fui sola y después fuimos a cenar.

Camino: Fue un plan de cita.

Bomio: Un año antes me había dicho que yo le gustaba, pero no pasó nada. Solo le agradecí el comentario (risas). Pasó el tiempo, me invitó al teatro y fui.

—Han compartido dial y también han trabajado en distintos canales. ¿Cómo se maneja eso?

Bomio: Lo laboral, siempre lo vivimos con mucha naturalidad.

Camino: Estuvimos juntos en la radio, en el arranque de La mañana en Camino, vos estabas en la mañana conmigo, y después conseguiste trabajo.

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

Bomio: En el inicio de La mañana en Camino que ya van 16 temporada, estábamos saliendo. Fue un proyecto que hicimos juntos después que Ale había dejado VTV y yo también, y empezamos a trabajar juntos. Al poco tiempo conseguí trabajo y hacía las dos cosas. Me tomaba el ómnibus a la mitad del programa; de 8 a 9 estábamos en la radio y después me iba hasta la Red.

—¿Cómo se vivió el estar uno en un canal y otro en otro?

Camino: En un momento un amigo nos sacó una foto a los monitores porque estábamos al aire a la misma hora en distintos canales. Lola haciendo el movil en La tarde en casa, y yo como panelista en Esta boca es mía. No solo trabajábamos en canales distintos sino que hubo días en los que estábamos en la pantalla en el mismo momento en canales distintos.

Bomio: Igual siempre fue natural para nosotros y te diré que hablamos muy poco de trabajo en casa. La rutina nos va llevando por otras conversaciones. Cuestiones más sencillas como: ¿qué cenamos? o ¿quién va a buscar a Juan mañana?.

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

—¿Cómo se dividen esas tareas?

Bomio: Ale hace gran parte de las tareas de la casa.

Camino: Sucede que Lola entra muy temprano al canal y yo que inicialmente tenía el programa de radio desde las 8.00 de la mañana, cuando Juan empezó a hacer el doble horario, tomé la decisión de empezar más tarde el programa. De lo contrario Juan tenía que despertarse, vestirse y que alguien lo llevara a la escuela. Tenía que tomar la decisión de que si la posibilidad existía, fuera su padre quien se encargara de eso. Eso implicó que el programa empezara a las 10.00 de la mañana, pero también implica que desde entonces inexorablemente todas las mañanas estamos juntos Juan y yo, y procuro que eso genere un lazo que perdure por siempre en nuestras vidas, y que sirva para hacernos mejores a los dos y a la familia.

Bomio: Juan entra a las nueve así que Ale lo despierta, le da el desayuno y lo lleva. Yo dejo el desayuno pronto, la fruta picada, la ropa y mochila pronta. De la logística me encargo yo. Después, las tareas de la casa las tenemos divididas. Ale como viene más temprano, viene después de la radio, y lava la ropa y después se va a otras tareas. La cocina es más mía.

—¿Hay algún plato estrella?

Camino: Lola hace muy bien todo, y además tiene mucha capacidad creativa para armar combinaciones con lo que quedó del día anterior, y cuando lo tenés frente a vos parece una propuesta gourmet.

Bomio: Tampoco para tanto, soy una simple recicladora.

Camino: Yo estuve en Masterchef, pero soy de los que piensa que a Lola le iría muy bien. Además es particularmente buena en la repostería.

Bomio: Me parece que me da más brillo del que tengo. (risas)

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

—Hace 15 años que están juntos. ¿Hay alguna fórmula?

Camino: Tengo la convicción que mi vida siempre fue buena, no puedo quejarme, y se volvió mucho mejor desde que estoy con Lola, e inmensamente mejor desde que Juan vino a nuestras vidas. Entonces, somos una familia que disfruta mucho del estar juntos los tres, hacemos mucha cosa de a tres y lo vivimos con mucha alegría, sin idealizar ni generar la idea que todo es miel. Pero en realidad, el plan que a mí me gusta es estar en casa con mi esposa y mi hijo.

Bomio: Sí, eso a los dos nos pasa. Y eso que tenemos varias actividades.

—Ambos tienen agendas cargadas por sus trabajos.

Bomio: Sí, salgo a las 17.00, y algunos días tengo actividades vinculadas a Juan como llevarlo al futbol o a natación. Además, Ale el año pasado hizo un curso que también le exigía varias horas al día.

Camino: Cursé una diplomatura a distancia en la Universidad de Buenos Aires de Comunicación Política, me entusiasmé y este año estoy haciendo otra, esta vez en el Claeh. Esto provoca que dos veces a la semana tengo muchas horas de clase hasta tarde. Igualmente, en nuestro caso vivimos la consolidación de cada uno de los integrantes, el desarrollo de cada uno y enriquecimiento, como un enriquecimiento para toda la familia. Por eso no hay ni por asomo gestos ni de reproches o celos. Todo lo contrario, es alegría plena, convicción de que todo lo que hagamos, si nos sirve para mejorar, va a ser bueno para todos. En ese aspecto estamos ilusionados con nuestras vidas.

Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos
Alejandro Camino y Lorena Bomio. Foto: Juan Manuel Ramos

—¿Qué más se puede pedir?

Bomio: Tal vez estar un poco más en casa.

Camino: Lola trabaja muchas horas por día, quizás demasiadas, y además dos domingos al mes. Si pudiera trabajar un poco menos, sería grato para todos. Pero los días que Lola trabaja, con Juan la llevamos al trabajo y la vamos a buscar, para que también forme parte del proyecto familiar.

Bomio: La llevamos bien y Juan ya tiene muy naturalizado los horarios que pueden llegar a ser no tan comunes. Por ejemplo durante el Carnaval en el Velódromo, Ale se va desde fines de enero a principios de marzo y trabaja todas las noches ininterrumpidamente, salvo que llueva mucho. Estamos acostumbrados.

Camino: También sucede, aunque este año con menor intensidad, que estoy con funciones teatrales, porque la de actor es mi profesión madre. Y hay momentos del año que trabajás todos los días, literalmente. Pero siempre tenés el consuelo hermoso de que trabajás en cosas que te gustan, te hacen bien, necesitás, y por lo tanto ese entusiasmo termina imponiéndose ante la posible queja.

—Hacen lo posible por complementarse.

Bomio: Cuando uno va creciendo en la profesión, el otro acompaña y también crece. Este año, por cuestiones de horario, Ale hizo otro curso y me encantaba, porque escuchaba lo que estudiaba y también aprendía.

Camino: Lola también hizo otro curso, de perfeccionamiento de inglés, pero mi reacción no fue la misma. Escuchaba pero no aprendía. (risas). Pero siento que con esto también le estamos dando una señal clara a Juan, que siempre hay que adquirir nuevos conocimientos, estar estudiando y asumiendo nuevas responsabilidades. Me parece que implícitamente también le mandamos un mensaje bien claro.

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