Alejandro Fantino: la noticia de su paternidad, la campaña de Milei y Massa y su opinión sobre Lacalle Pou

El periodista se refiere a los candidatos presidenciales mientras corre la cuenta regresiva para el día en el que los argentinos definan su futuro en las urnas. "No creo en el periodismo a las piñas", señala.

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Alejandro Fantino en America Business Forum.
Alejandro Fantino en America Business Forum.
Foto: difusión

La carrera de Alejandro Fantino no se parece a la de ninguno de sus colegas del periodismo político. Antes de convertirse en uno de los comunicadores que marcan el pulso de la campaña electoral fue relator, periodista deportivo y conductor de los programas de entretenimientos más desfachatados de la televisión. Sus ciclos anteriores le permitieron pulir el arma con la que hace escuela, la entrevista. Pero también le dieron la posibilidad de alcanzar un arraigo popular que consiguen pocos conductores del ambiente políticos. Su más reciente desafío fue la creación del streaming Neura, donde entrevistó mano a mano a todos los candidatos presidenciales antes de la reciente elección nacional.

Por su éxito indiscutible en los medios de comunicación, su espíritu de emprendedor y capacidad para reinventarse es que fue la figura elegida para cerrar la reciente edición de America Business Forum en Punta del Este. Durante su paso por Uruguay, el conductor dialogó con El País sobre el futuro de la televisión abierta, el clima electoral en Argentina, la figura de Lacalle Pou y, por supuesto, la reciente noticia de que espera un hijo junto a su esposa Coni Mosqueira.

-¿Cómo fue adaptarte a la lógica del streaming para tu emprendimiento Neura?

-Yo tuve que encargarme de reformular lo que ya venía haciendo: entrevistar y entretener. Tronco (Sergio Figliuolo) se encarga de la parte técnica y yo de la artística. Nos fuimos encontrando y esto nació sano. Nos está yendo bien. Los pibes que consumen streaming te compran mucho si sos. Hay que ser. El público capta más eso que en la televisión abierta, donde podés representar a un personaje. Acá no. Tenés que ser. Si los pibes captan que sos, te compran. A nosotros nos compraron. Me pasa con Neura algo que no me pasaba desde Mar de Fondo: la energía, la onda entre nosotros, la amistad, las bromas, podemos rompernos y terminamos amigos. Se replica lo que pasaba con aquel programa.

-¿Por qué le elegiste ese nombre?

-A mí me gusta mucho la psicología y estamos viviendo en neurosis. Neura tiene que ver con eso y me da como algo ligado a lo mental, a lo psíquico.

-¿El que hace solo streaming pierde algo por no estar en televisión abierta?

-Al contrario. Se está empezando a dar que esto está dominando tanto o más que la televisión abierta. Hay recortes de lo que hacemos en Neura que se expanden en Tiktok y llegan a grupos de Whatsapp. Y la gente mira mucho más el celular que la televisión. La sensación es que lo que producimos ahí llega a todos lados. Eso sopesa el hecho de no estar en televisión abierta. La televisión abierta era “te vi anoche”, pero ahora te ven todo el día.

-¿La televisión abierta empieza a ser el pasado?

-No, ni va a terminar. Van a convivir. La tele abierta se va a tener que aggiornar en algunas cosas, pero tiene grandes conductores y periodistas. Por otro lado, si bien como licenciado en filosofía no creo en el concepto de “verdad” porque es una construcción desde el poder, yo creo que todavía aquello a lo que se le llama “verdad” sigue estando construido por los medios de comunicación tradicionales.

-¿La iniciativa de Neura tuvo que ver con adaptarte a los tiempos que corren o también con generar tus contenidos sin tener que rendirle cuentas a nadie?

-Un poco y un poco. Quería tener mi propio lugar, mi propio medio; no tanto en lo que pueda llegar a decir porque siempre dije lo que quise, pero sí en los tiempos. Ahora si viene un político y si quiero hablar dos horas de corrido lo hago. En televisión abierta no se puede porque viene otro programa después. O si quiero hacer un programa con tres filósofos, un pensador o una profesora de latín lo puedo hacer. En televisión abierta no lo hubieran aceptado. Neura nació también para poder hacer las cosas que tenía ganas de hacer.

-¿Pero te cansaste de lo anterior?, ¿te diste muchas veces la cabeza contra la pared cuando tenías ganas de generar cierto tipo de contenido?

-Sí, te chocás contra el “esto no va a medir”, “esto no va a interesar”. Yo no soy dueño de un canal y soy muy respetuoso de eso. Lamentablemente esas son las reglas de juego.

Ignacio González Castro, Ismael Cala y Alejandro Fantino.
Ignacio González Castro, Ismael Cala y Alejandro Fantino.
Foto: Difusión America Business Forum

-En los últimos días se hizo viral un video de Universo Fantino (Neura) en el que tu amigo y compañero "Tronco" tira los auriculares y abandona el estudio después de una discusión con vos, ¿qué pasó?

-Tronco es más que mi amigo, es mi familia. Ese día implosionó, colapsó. Estaba con quilombos personales, yo le jugué un chiste de más, me fui a la mierda con algún comentario y él reaccionó de una forma rara. Lo fui a buscar al estacionamiento, se dio cuenta, nos abrazamos y después nos fuimos a comer. Somos dos amigos que discutieron y al rato estaban juntos de nuevo.

-¿Fue una anécdota aislada o responde a un clima generalizado de crispación en Argentina?

-La sociedad argentina te psicotiza. Estás siempre solucionando una cosa nueva y viendo cómo sacar adelante otra. Yo imagino que la vida en Uruguay es bastante más previsible. Creo que los uruguayos viven sabiendo cómo va a terminar el mes. En Argentina no sabés cómo va a terminar el día. Eso te psicotiza. No te digo que estamos en un brote psicótico pero por momentos tenemos brotes como el que tuvo Tronco y es aceptable porque la sociedad te lleva a eso.

-¿Cuál dirías que es el sentimiento que prima hoy en la sociedad argentina?

-Estamos tristes. La sociedad argentina está angustiada y el que está triste también reacciona. No merecemos vivir lo que vivimos. Hace años estamos en una decadencia económica que no nos merecemos porque somos buena gente, solidarios y nos rompemos el culo laburando.

-¿Cómo se le explica a un extranjero que el ministro de economía de un gobierno con 130% de inflación y 40% de pobres haya sido el más votado de la elección y tenga posibilidades de imponerse en la segunda vuelta?

-(Sergio) Massaen los últimos días tocó el tema del impuesto a las ganancias y sacó el IVA de alimentos. Pero en Argentina nada es lineal. Está fragmentada y es un caleidoscopio de cosas. No sé por qué motivos vota la gente, pero el voto de la gente hay que respetarlo. Si el 37% votó a Massa, yo respeto que lo hayan votado.

-Javier Milei te regaló el discurso escrito a mano que dijo el día que se impuso en las primarias, ¿qué hiciste con el obsequio?

-Lo tiene guardado Tronco. Le pedí que me lo guarde. Es más ordenado que yo, que soy muy despelotado. Sé que me lo va a guardar bien.

-En la campaña hacia la segunda vuelta cobró un inesperado protagonismo Mauricio Macri al aliarse con Milei, ¿cómo has visto su rol?

-La política es poder. Lo que se ve en Argentina son grupos de políticos intentando quedarse con el poder de la política. Macri mueve las piezas tratando de instalar una unificación entre La Libertad Avanza y el Pro, de la misma forma que del otro lado aparece Massa intentando hacer alianzas con gobernadores radicales o generando un gobierno de coalición. Es la política. Para hacer política necesitás una base de poder que te sostenga.

-Pero en el caso de Macri se le cuestionaron las formas, ya que lo hizo de espaldas a su propio partido.

-La política es así, no nos podemos sorprender de que estas cosas ocurran. Yo soy solo un periodista y a la hora de tomar decisiones las converso con mis equipos. Todo Juntos por el Cambio está diciendo que se apuró. Tal vez debería haberse tomado unos días para conversarlo.

-¿Vos vas a elegir alguna de las dos opciones de la segunda vuelta?

-Una de las cosas que me protege es no contar nunca lo que voy a hacer dentro del cuarto oscuro. Hay tanto enojo y tanta angustia que dar una mínima chance de contar lo que vas a hacer te coloca en un lugar que prefiero no transitar.

-Sos el único periodista que antes de la elección general recibió a todos los candidatos presidenciales para una entrevista mano a mano, ¿por qué creés que te eligen?

-Yo practico algo que se llama epojé, la suspensión de juicio. Para acercarte al fenómeno tenés que suspender el juicio previo. Cuando viene Milei lo entrevisto sin juicio previo y cuando viene Massa hago lo mismo. Eso no significa que sea liviano y no repregunte. Pero todos vienen porque saben que si meto una repregunta que es difícil no es con mala leche. No pego debajo del cinturón. No creo en el periodismo a las piñas. Creo en la conversación como un arte. Tal vez vienen a mí por esto.

-Antes de llegar al periodismo político fuiste relator, periodista deportivo y conductor de entretenimientos, ¿qué atributos identificás que aprendiste en esos primeros tiempos y estás aplicando hoy?

-Aprendí a cuidarme en algunas respuestas de mi época de relator de Boca. Y después hay cuestiones que me sobreviven de mi viejo Fantino de Mar de Fondo, en la forma de charlar. Cuando entrevisto soy yo de mi época de Mar de Fondo. Igualmente no soy un ser que permanece sino que trata de evolucionar, con todas las contradicciones.

-¿En aquel entonces te imaginabas cambiando de rumbo en tu carrera?

-No, no me lo imaginaba. Pensaba que iba a relatar mucho tiempo y que iba a ser periodismo deportivo. Después se empezó a dar y se abrieron las puertas.

-¿Pero tenías ese interés por el periodismo político o nació después?

-No, no lo tenía. Hubo un quiebre cuando una noche vino Rafael Bielsa a un programa de TyC Sports. Empezó a hablar de Gandhi y de la colonización inglesa en India. Yo sabía quién era Gandhi pero no tenía mucha idea más. Esa noche empecé a leer y a estudiar y se despertó algo en mí. Pero nunca pensé que iba a terminar haciendo lo que esto haciendo ahora.

-¿Qué impresión tenés sobre el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou?

-Lo conozco por los medios. Lo siento dialoguista. Sé que tiene idas y vueltas con el partido rival, pero nunca lo escuché desencajado agrediendo. Ojalá hubiera tipos así en la política argentina. Yo no sé si es un fenómeno que puede darse así porque está en Uruguay o esta forma que tiene podría exportarla. Lo que respeto y tomo del tipo es su sofrosine, no lo veo en cólera. Eso es lo que envidio de ustedes también. Viven calmos. Son una sociedad hermosa. A los uruguayos cada día los noto más evolucionados y mejor como sociedad.

-Para cerrar, el martes conmoviste a tus seguidores con la noticia de que estás esperando a un hijo con tu esposa Coni Mosqueira, ¿cómo transitás este momento?

-Tengo una felicidad que me emana del pecho y me explota en el corazón. Estoy volando de alegría. Este es un amor luminoso, que te ilumina desde adentro. Es como que me miro el pecho y lo tengo iluminado como si fuera el de Ironman. Es una cosa increíble, no tengo palabras.

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