ENTREVISTA

nicolás lauber

La última vez que Alex Ubago estuvo en Uruguay fue durante una gira que lo trajo a Montevideo y Punta del Este. Dice que guarda buenos recuerdos de esa visita. Hace unas semanas regresó a nuestro país para ser jurado invitado de La Voz Uruguay, en suplencia de Agustín Casanova, quien no pudo estar para grabar la última de las batallas del concurso de canto de Canal 10. En esta entrevista con Sábado Show, Ubago habla de los participantes de La Voz, la fama de quienes surgen de este tipo de programas y el trabajo que requiere mantenerse por dos décadas en la industria de la música.

—Llegaste a Uruguay para ser jurado en La Voz, pero ya estuviste en la versión española y mexicana del reality. ¿Es lo mismo ser jurado que jurado invitado?

—No es lo mismo. Ser jurado invitado es un poco más relajado porque hay menos responsabilidad y menos implicación. Evidentemente uno se implica porque así me tomo todo lo que hago, pero al final cuando estás de coach principal estás más metido en el programa, tienes la obligación sobre todo en las batallas: tienes que elegir a un participante y para el otro se termina la aventura en el programa. Esa parte se hace dura. Todos los concursantes llegan al programa cargados de sueños e ilusión, y cuando llega el momento de terminar el programa no deja de ser una jarra de agua fría. Por eso les digo que lo tienen que ver como una oportunidad y no como un concurso, pero es complicado cuando toca elegir entre uno u otro. De esa parte me he librado en esta ocasión.

—En La voz no necesitás ganar para hacerte conocido, solo basta una buena audición. Eso alivia.

—Siempre digo que La Voz y cualquier programa así es una plataforma para que gente con talento se pueda mostrar al gran público y se de a conocer. Es una oportunidad. Mira Operación triunfo. La mayoría de los artistas que han salido de La Voz u Operación triunfo y luego han conseguido hacerse un nombre como artistas, la mayoría no son los ganadores. Están los David Bisbal o Manuel Carrasco y un larguísimo etcétera, para quienes al final el programa ha significado una plataforma para que la gente los conociera. Igualmente lo importante es el trabajo que viene después, el no tirar la toalla aunque salgas segundo o último. Hay que seguir remando y esforzándote porque al final una carrera musical requiere trabajo, esfuerzo y como se suele decir: el que la sigue la consigue.

—¿Cómo ves el nivel de los participantes de Uruguay?

—Espectacular. Me he quedado flipado como decimos. Hay muchísimo nivel. Lo pude ver en la grabación de la gala de batallas y con las cuatro chicas del equipo de Agustín, a cada cual mejor. Hay muy buenas voces. Es curioso porque te encuentras con concursantes que tienen experiencia y se han subido a escenarios, pero también con concursantes que no han cantado nunca más allá del living de su casa y de repente se suben a un escenario como el de La Voz y arrasan. Es maravilloso descubrir ese talento en bruto, sin pulir.

—Tu carrera comenzó cuando estaban surgiendo los primeros concursos de talento en España. ¿Hubieras participado en un concurso así?

—No lo sé. No tuve tiempo de planteármelo porque recuerdo que el nacimiento de este tipo de talent shows coincidió con el comienzo de mi carrera. De hecho el año que saco mi primer disco, en 2001, fue la primera edición de Operación triunfo en España, así que coincido con ese boom. De hecho en algunas entrevistas hasta me confunden y me preguntan cómo fue participar de esos programas. No sé qué decirte, porque no sé si hubiera participado de un programa de ese tipo. Yo empecé de otra manera. Mis comienzos no fueros dándole protagonismo a la interpretación sino como compositor. Empiezo componiendo canciones y es a partir de ahí que surge la oportunidad de firmar un contrato discográfico y sacar mi primer disco como artista; pero comienzo como compositor. En un inicio no tenía esa ambición o ese hambre de subirme a un escenario o ir a la televisión pero quién sabe lo que hubiera pasado.

—Por eso decía, estos programas, Youtube y las redes sociales, todo estaba surgiendo al inicio de tu carrera.

—Y ni eso, en mis comienzos no existía Facebook, las redes, ni Youtube. Son 20 años de carrera, ya soy un veterano en esto y en este tiempo he vivido esa transición o evolución de la industria musical y del espectáculo. La llegada de las plataformas digitales y las redes sociales, porque cuando empecé era a la vieja usanza. Tocábas en un bar y aparecía un tipo de una discográfica o un manager que te ponía un contrato en la mesa o movías tu demo en un casette y la llevabas por las discográficas. Yo empecé así, y ahora ha cambiado todo mucho. Hoy las discográficas descubren a los artistas por las redes sociales o Youtube.

—Hoy una persona graba una canción en su casa y en 24 horas es famoso en el mundo.

—Sí, está bien, es como funciona ahora. También es verdad y esto sigue funcionando igual que antes, para que un artista se consolide y tenga una carrera larga no basta con eso. Siento que todo es más fast food, quizás es más fácil llegar o hacerse famoso porque se viraliza un video o una canción sin tanta necesidad de inversión de una discográfica; las redes sociales tienen esa parte buena, pero no basta con eso. Ves muchos artistas que al igual que suben muy rápido, bajan o son olvidados muy rápido, y al final requiere como ha sido toda la vida, de trabajo, esfuerzo y seguir picando piedra, escribiendo, cantando y proponiendo cosas a la gente. Creo que es interesante que las nuevas tecnologías nos permiten por un lado grabar con más facilidad lo que uno crea, porque antes cuando tenías una canción y querías grabar un demo tenías que conseguir un estudio de grabación, técnicos y músicos, y hoy con un home studio, cuatro aparatos y un poco de destreza puedes grabar tus creaciones y llegar al público a través de las redes sociales. Entonces no estás atado a que te fiche una discográfica, aunque sigue siendo muy importante el trabajo de las discográficas y sobre todo el de los músicos, técnicos y estudios cuando queremos escuchar un trabajo de calidad. Pero hoy con un ordenador, un teclado midi y una tarjeta de sonido te grabas un disco. De hecho, muchas de las canciones que se escuchan en la radio se hacen así.

—¿Y el nombre o la carrera influye?

—Sí y no. A mí me da la sensación con cada disco que saco o cada vez que salgo a girar tengo la sensación que no me va a comprar ni Dios un disco ni que va a venir a verme nadie al concierto. Tengo ese miedo porque no doy por hecho las cosas, para nada, y creo que has podido conseguir muchas cosas a lo largo de la carrera pero cada disco y cada proyecto es casi que un nuevo comienzo. Es verdad que la gente ya te conoce, pero eso no quiere decir que vayas a triunfar, para nada. Igualmente un nombre conocido te abre muchas puertas a nivel de los medios, de colaboraciones con otros artistas, poder trabajar con ciertos productores, porque al final tienes un nombre, una trayectoria y eso tiene su peso, y menos mal.