Redacción El País
Es uno de los participantes más carismáticos de la última edición argentina de Gran Hermano, que batió récords de audiencia y generó cientos de fanáticos de los dos lados del Río de la Plata. Alexis “Conejo” Quiroga, oriundo de Córdoba e instalado en Buenos Aires, disfruta de su popularidad y está decidido a abrirse un camino en el medio artístico. Con ese objetivo en la mira es que se prepara para participar en la próxima temporada de Bailando por un Sueño. Durante su paso por Uruguay, el flamante mediático habla de su experiencia en la casa más famosa y del episodio de inseguridad del que fue víctima en Montevideo.
-Sufriste un robo durante tu paso por Montevideo, ¿cómo fue?
-Me rompieron el vidrio de la camioneta para sacarme dos camperas. Yo estaba cenando con amigos en Jackson Bar, salimos de madrugada y cuando fuimos a buscar la camioneta nos encontramos con esa situación. La guardé en el hotel y al otro día la llevé para que le cambien el vidrio.
-Varios ex Gran Hermano están viniendo muy seguido para Uruguay, ¿hay muchas propuestas comerciales de este lado de Río de la Plata?
-En mi caso es la segunda vez que vengo. Viajo por placer y a trabajar. Nosotros tenemos mucho público uruguayo. Con Coti tenemos un fandom de Uruguay que nos manda regalos, así que viajamos para devolver parte de ese cariño. También es cierto que hay una situación económica que hace que nos convenga venir. El tipo de cambio hace que nos sirva agarrar trabajos en Uruguay, y por suerte nos están saliendo varias presencias.
-¿Cómo funcionan las “presencias”?
-Uno cobra por una especie de paquete que incluye la presencia en un local y quedarse interactuando y sacándose fotos con la gente, lo que sirve para promocionar el lugar.
-Y cuando en los boliches no estás haciendo presencias, ¿podés disfrutar con tus amigos o los fanáticos te lo impiden?
-Fue lo que me pasó en este boliche de Montevideo. Cuando bajaba a la pista se me complicaba mucho y me tenía que quedar detrás de la barra. De todos modos en Uruguay la gente es más respetuosa y te pregunta antes de sacarse una foto, en Argentina la gente se te acerca y se saca directamente. Yo me pongo en el lugar de la gente y la entiendo. Antes de que pasara todo esto yo también veía a alguien de la tele y se me hacía imposible no pedirle una foto.
-Tuviste que relegar tus salidas con amigos, entonces.
-Sí, totalmente. En Buenos Aires se me complica mucho. Al único lugar que voy es a la Bresh. Calculo que cuando pase el tiempo va a bajar la intensidad pero ahora no se puede.
-¿Vos estás preparado para que baje esa intensidad?
-La voy a extrañar. Yo disfruto mucho el contacto con la gente. No me molesta sacarme fotos. Si mañana se llega a apagar todo esto lo voy a extrañar mucho.
-¿Sentís que estás capitalizando toda la popularidad que te dio el programa?
-Es difícil mantenerse después de que termina el programa. Yo intento encontrar mi lugar en los medios para seguir vigente y sostener esa popularidad. Golpeo puertas, hablo, pregunto y pido trabajo, que no tiene nada de malo. Uno tiene que estar en la vuelta para el día que aparece la oportunidad ya estar ahí.
-Varios Gran Hermano se han quejado de que su situación contractual con Telefé les impide agarrar nuevos trabajos, ¿cómo es tu caso?
-Yo vengo de una familia de empresarios y entiendo la posición de Telefé. Ellos crean un producto y lo ponen allá arriba, entonces no les sirve que venga la competencia y se los saque. Yo opté por tomar consejos de gente que sabe y lo hablé con las autoridades del canal. Llegué a reunirme con Guillermo Pendino (responsable de contenidos y programación de Telefé), que me abrió las puertas de una forma muy linda y me agradeció lo que planteé. Me dijo que así se llegaba, hablando y pidiendo permiso, no como otros exparticipantes que fueron al choque. Entiendo a los que se enojaron porque quieren trabajar y este es el momento, pero entiendo también a la otra parte.
-¿Hablaste con Pendino sobre tu oferta para entrar al Bailando?
-Le comenté que tenía esa propuesta. Le dije que entendía que Telefé no tuviera nada para ofrecerme, así que le pedí que me aconseje. Me dijo que le parecía perfecto lo del Bailando y que no me iba a cortar las piernas. Se lo agradezco un montón y hoy ya estoy en el Bailando.
-¿Cómo te ves en el programa?, ¿te intimida?
-No, no tengo pudor. Me gusta el programa y me tengo fe. Lo miré durante muchos años.
-¿En qué etapa estás?
-Por firmar el contrato. Ya están todos los números hablados y también la situación con Telefé. Después me van a confirmar la bailarina y el coach, y empezaré con ensayos.
-¿Ya hablaste con Tinelli?
-Sí, ya estuve hablando con Marcelo. Yo estaba en México y le escribí. Tuve una respuesta magnífica y demostró interés en contar conmigo y con Coti en el programa.
-¿Fue difícil pasar de ser una parejita adentro de la casa a consolidar un noviazgo afuera del programa?
-Ni difícil ni fácil. Se basa en la madurez de cada uno. Nosotros sabemos lo que es la televisión y lo que son las redes, entonces lo supimos mantener. Los dos somos del interior del país y estamos viviendo en Buenos Aires que es la boca del lobo, así que si no nos cuidamos entre nosotros no nos cuida nadie. Hoy estamos muy bien, llevándola. De mi parte siempre le tuve fe a la relación. Mi único miedo fue cuando salí de la casa, que estaba atormentado después de estar cuatro meses encerrado. No sabía en qué situación iba a estar ella, si iba a querer seguir o no.
¡Triunfó el amor! Alexis se reencontró con Coti❤️ Seguí #GH2022 gratis, las 24hs y en vivo por https://t.co/f0OktsoMR2 #GranHermano pic.twitter.com/13SDkyk3vu
— Gran Hermano (@GranHermanoAr) January 11, 2023
-¿En qué aspecto dirías que no sos el mismo que entró a Gran Hermano?
-Me cambió la vida totalmente. Ahora valoro otras cosas. Antes buscaba una excusa para no irme de vacaciones con mis viejos, y ahora no veo la hora de tener a mis viejos enfrente para tomar un café. Los meses de aislamiento te hacen valorar otras cosas y te dan enseñanzas. Tenés tanto tiempo para pensar que se te vienen muchas cosas a la cabeza. Afuera de la casa uno puede tener muchos problemas pero con la rutina del día a día siempre tiene algo para hacer y no piensa en eso, pero en la casa yo pensaba en todo: lo que tenía en mi vida, lo que no tenía, las cosas en las que estuve bien, en las que estuve mal. Hay todo un trabajo psicológico. Coti fue un apoyo gigantesco que me hizo sobrevivir todo ese tiempo, pero es jodido eso.
-¿Cómo viviste todo el episodio en torno a Marcelo Corazza, productor del programa acusado de corrupción de menores?
-La relación con Marce era de “hola y chau”, pero teníamos algo de diálogo porque estaba siempre. Él era el productor que te recibía, estaba en los debates y acomodaba a la tribuna. Nos impactó a todos porque fue algo que no iba con su personalidad. Cuando salió la noticia dijimos “no puede ser”.