Andy Vila: "Congelé células madre de Emma y las mandé a Estados Unidos"

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Andy Vila y su hija Emma. Foto: Dulcinea Fotografía (@dulcinea.fotografia)

NOTA DE TAPA

La conductora de Vamo Arriba cuenta los detalles de su nueva etapa como mamá de Emma. "Estoy súper feliz, ya estoy pensando en tener otro", revela.

Andy Vila y su hija Emma. Foto: Dulcinea Fotografía (@dulcinea.fotografia)
Andy Vila y su hija Emma. Foto: Dulcinea Fotografía (@dulcinea.fotografia)

El 1 de junio a las 2.11 de la mañana la vida de Andy Vila cambió por completo. Después de un extenso trabajo de parto y una cesárea no programada llegó al mundo Emma, su primera hija con Emiliano Álvarez. “Fue el mejor día de mi vida”, recuerda la popular conductora de Vamo Arriba (Canal 4). Orgullosa y emocionada, cuenta cómo vive la maternidad días antes de volver a la televisión. "Jenga la respeta mucho", advierte sobre la reacción de su mascota ante la nueva integrante de la familia.

-¿Cómo te estás sintiendo con la maternidad a casi dos meses de haber dado a luz a Emma?

-Me encanta lo que estoy sintiendo con la maternidad y nunca me lo había imaginado así. Lo que se siente es muy superior a todo lo que me habían dicho. Estoy súper enamorada de mi hija, súper feliz y ya estoy pensando en otro. Me gustaría ser madre de vuelta. Es una experiencia maravillosa.

-¿Por qué “Emma”?

-Hice una lista con nombres que me gustaban, entre los que estaba Emma. A Emi (Emiliano, su pareja) también le gustaba así que coincidimos. Su segundo nombre es Esther, como la abuela de Emi que es una divina. Cuando estaba por nacer nos dimos cuenta de que a ella también le iban a decir “Emi”, igual que al padre, pero ya era tarde (risas). Ahora me preguntan “cómo está Emi”, y no es por el padre sino por la bebé. ¡Se llaman igual y nos dimos cuenta después!

Andy, Emma y Jenga.
Andy, Emma y Jenga. Foto: Dulcinea Fotografía (@dulcinea.fotografia)

-¿Cómo fue el día del parto?

-Lo recuerdo como el mejor día de mi vida. El trabajo de parto se demoró porque Emma no bajaba del todo. Estuve todo el día con oxitocina y me dieron la epidural tres veces. Hice todos los intentos posibles para que el parto fuera natural, pero después de muchas horas yo había dilatado solo hasta la mitad y estaba muy cansada. Ya no me quedaban fuerzas así que decidimos pasar a la cesárea. Nació en media hora. A las 2.11 de la mañana nació y fue alucinante. No se me borra más la imagen del momento en el que la vi por primera vez y me la apoyaron en el pecho. Me emociono mucho cada vez que me acuerdo de ese momento.

-¿Congelaste células madre?

-Sí. Se hace enseguida con el nacimiento, a partir del cordón umbilical. Es el momento en el que se le pueden congelar más. El ginecólogo hace el procedimiento y las células se mandan a un banco de Estados Unidos. Sirve para combatir varias enfermedades en caso de que las tenga ella o algún familiar directo.

-Se supo que durante el embarazo enfrentaste un complejo cuadro de Covid, ¿cómo fue esa situación?

-Nos agarramos Covid con Emi en el casamiento de una de mis mejores amigas, yo estaba embarazada de siete meses. Fue muy fuerte y nos duró bastante. Por la noche no podía respirar por la nariz, fue muy complicado. Hubo una noche en la que tuve que llamar a la emergencia porque no podía respirar. Se me habían cerrado las vías respiratorias. Nos asustamos mucho por el embarazo, me ponía nerviosa y era peor. Me tuve que dar unos inyectables en la panza durante ocho días. Cuando el embarazo es avanzado, si te agarrás covid te los tenés que dar para evitar tener trombosis. Era una situación muy fea. 

Andy y Emiliano Álvarez junto a Emma, su primera hija.
Andy y Emiliano Álvarez junto a Emma, su primera hija. Foto: Dulcinea Fotografía (@dulcinea.fotografia)

-¿Cómo dirías que es Emma?

-En general es tranquila, pero tiene mucho carácter. Cuando se enoja, se enoja fuerte. No duerme mucho. Es una bebé grande y comilona. Se ríe bastante, y ahora está empezando a reaccionar a estímulos. En los rasgos físicos es muy parecida al padre.

-¿Cómo se lleva con tu perra Jenga?

-Divino. A Emma le encanta, la pongo al lado de Jenga y no se asusta para nada. La mira y le sonríe. Jenga, sin embargo, la respeta mucho. Si estoy con Emma, Jenga pide permiso para acercarse. Se queda mirando, no es que viene corriendo a sentarse al lado. Es muy respetuosa de su espacio. Nosotros la estamos incluyendo en todo. Los veterinarios aconsejan que dejemos que la huela y esté en contacto con ella. Jenga está muy tranquila y ni se estresa cuando Emma llora.

-¿Cuál es la parte menos positiva o el desafío más exigente de la maternidad?

-La maternidad tiene también una parte muy sacrificada. Cada mujer lo vive de una forma diferente y es súper personal. En mi caso lo más exigente es el tema de la no dormida. Tengo que estar todo el tiempo pendiente. La lactancia también es muy sacrificada, pero tiene una parte de mucha conexión de amor con la bebé que es increíble.

-¿Cómo impactó Emma en la dinámica de la pareja con Emiliano?

-Durante los primeros meses sentía que Emi estaba en otra. Yo me sentía bastante sola. Al no verme con panza, él no conectaba con mi embarazo y yo veía que él estaba en Júpiter. No me gustaba sentir esa distancia. Él cayó en que yo estaba embarazada varios meses después. Cuando nos fuimos acercando a la fecha y empezamos los talleres de preparto empezó a mostrar más interés y a asimilar la idea de que íbamos a tener un bebé. Después de que nos internamos, todo fue espectacular. Hoy formamos una familia y es todo distinto. La pareja se fortaleció 100%, y mi sentimiento hacia él también. Lo miro como papá y se me cae la baba, estoy súper enamorada. Estamos en nuestro mejor momento y no hubo ninguna discusión provocada por la bebé. La maternidad también me unió mucho a mi madre y a mi suegra, que son las dos mujeres que más me están ayudando en este momento.

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