Redacción El País.
El comunicador argentino Baby Etchecopar presenta su espectáculo Ni un pelo en la lengua en tres fechas en Uruguay: 19 de abril en el Centro Cultural Tararitas (Colonia), al otro día en el Nogaró de Punta del Este y el 21 de abril actuará en el Radisson Montevideo, con entradas a la venta en Abitab.
Fiel a su estilo desbocado, Etchecopar hace un águdo análisis de la crisis argentina y desmenuza las causas por las que el país vecino es el ejemplo a no seguir en la región. También arriesga comparaciones con Uruguay, lugar al que siente “como su casa”. En entrevista, reafirma su admiración por Luis Lacalle Pou. “Me encantaría salir a andar en moto con él”, asegura.
—Con tu espectáculo Ni un pelo en la lengua desembarcás en tres fechas en Uruguay. ¿Con qué se va a encontrar el público?
—Cuento todo lo que vivimos los argentinos y lo que tiene que pasar nunca en Uruguay. Entiendo que ya están vacunados gracias a la educación y la cultura pero después de todo, el caso argentino debe ser un ejemplo de lo que no puede suceder en ningún país. Ustedes pueden tener un gobierno que le vaya mal pero seguramente al siguiente le va bien. Nosotros no encontramos a lo largo de la historia el gobernante que le vaya bien. A todos les va, invariablemente, mal.
—El contenido del show se va actualizando…
—Hay una estructura pero después se hace todos los días, con las noticias de cada día. Hablo de todo lo que vi y lo que viví: desde que era joven y ahora tengo tres hijos y tres nietos. El espectáculo es de dinámica unipersonal: la gente va, me escucha y si le gusta aplaude y si no, no. Yo respeto mucho al público de teatro y no me meto a interpelarlos, hacer preguntas.
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—Hace poco el país inició una nueva etapa con Javier Milei. ¿a él también le va a ir mal? ¿No te queda ilusión?
—Nunca me ilusionó. El argentino no quiere más democracia, ya sabe que la tiene. Lo que busca ahora son los culpables, los nombres de aquellos que saquearon al país porque la fiesta que armaron la pagamos todos nosotros. Sin embargo y más allá de la separación de poderes, yo no veo al presidente interpelando a la Justicia para que actúe. Todo está muy callado. Desde que ganó no nombró nunca más a la ladrona más grande que tuvo el país y estoy empezando a desconfiar un poco de los pactos. Creo que algún pacto hay porque los kirchneristas han dicho que iban a prender fuego al país si la metían presa (a Cristina Kirchner). Milei habrá aceptado porque no te olvides que son una mafia, no son un partido político. Son delincuentes y tienen mucho poder en la calle, por más que sean el 20% del país. No es lo mismo el 20% de jíbaros y que de odaliscas. Estos son los jíbaros.
—¿Cómo analizás este momento de los medios en Argentina?
—Espantoso. Fijate que el personaje del momento es Guillermo Coppola, un personaje que cuenta las mismas cosas desde hace 40 años. Volvimos a los 90. Milei ya decretó que va a poner un busto de Carlos Menem. Si no cambiamos la calidad de la persona que nos representa, estamos condenados a seguir fracasando eternamente.
—Has elogiado varias veces a Luis Lacalle Pou e incluso hiciste la propuesta de “alquilarlo” como presidente de Argentina. ¿Qué es lo que más te atrae de su gestión?
—Me parece un tipo canchero, honesto, simple. Yo lo veo por la calle y no se cree más ni menos que nadie. Lo admiro y he dicho que me encantaría salir a andar en moto con él. Pero más allá de Lacalle Pou, el sistema político en Uruguay está bien organizado. Porque en otro momento puede estar (José) Mujica y hay líneas de diálogo, cosas que se mantienen. Son educados ustedes. Acá reina la anarquía y cualquiera hace lo que quiere.
—¿Conociste personalmente a Lacalle Pou en algún momento?
—No. Pero igualmente no hace falta. No lo conocí a San Martín y lo admiro.
—¿Con qué frecuencia venís a Uruguay?
—Me encanta Uruguay y voy cada vez que puedo. A Carmelo voy con el barco, porque me encanta la náutica y tengo un amigo que compró casa en Punta del Este, así que estamos yendo bastante los fines de semana.
—¿No te resultan caros los precios Uruguay?
—Para los argentinos todo está caro, incluso la Argentina misma.
—¿Qué te une más a Uruguay?
—Tengo una conexión muy especial con Uruguay. Me pasa lo mismo en Rosario: en los dos lugares me siento como en casa. Uruguay no es otro país para mí. En cada programa que he tenido hablo maravillas de Uruguay porque así lo siento. Los vemos con admiración. Nosotros estamos acá como en el patio del presidio: nos queremos matar por un jabón y mientras ustedes están libres ahí afuera.