Berch Rupenian se muda de radio: "Lo recontra difícil en este país es volver al éxito"

El comunicador se trasladó con sus programas "Después de hora" e "Impactos" a La Ley (106.7 FM). Luego de varias décadas en radio analiza el mercado y no pierde esperanzas de recuperar la frecuencia de Concierto.

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Berch Rupenian en los estudios de FM La Ley.
Foto: Ignacio Sánchez.

Redacción El País.
El popular comunicador Berch Rupenian regresó con sus programas Después de hora e Impactos por una nueva frecuencia: luego de 10 años en Urbana, se mudó a La Ley (106.7 FM). En entrevista con Sábado Show, se refiere a los nuevos desafíos del mundo radial y a la pelea familiar por recuperar las frecuencias de Concierto e Independencia, que les fueron quitadas en 2007.

—Después de hora es un programa distinto en el marco de tu trayectoria, caracterizada por lo musical. ¿Cómo lo definirías?

—Es una revista periodística. Ideal para la hora en que sale al aire. Desde las 17:30, con Ivanna Vázquez te ponemos al día con todas las noticias de la jornada. Se suma la columna de Alberto Kesman que además de ser un referente en materia de fútbol, hablamos de la vida y de nuestro día a día. Nos conocemos hace muchísimos años y tenemos un buen ida y vuelta, que la audiencia valora. Oscar Botinelli nos hace un informe político todas las semanas sobre cómo viene la campaña y las encuestas en este año electoral. La última incorporación es la de Leo Sarro, que prácticamente comenzó con nosotros en Concierto FM, con las coberturas de Punta del Este. Ahora, él hace todos los días una puesta a punto de la agenda política. Todos los chismes los tiene Leo. Estamos felices por la respuesta de la gente.

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Berch Rupenian.
Foto: Ignacio Sánchez

—¿Cuánto pesa la música?

—Hay buena música también. Tratamos de que sea una comunicación amena, para escuchar manejando. Ahora los trayectos son más largos, el tránsito es complicado y nosotros te acompañamos en el camino. El programa tiene mucho humor y un estilo descontracturado. Cuando termina, empieza Impactos, con la impronta de siempre. No solo presento temas musicales, sino que contamos la historia de los artistas y de las canciones. Tenemos una presencia muy fuerte en redes, donde compartimos contenido y estamos para el ida y vuelta permanente.

—¿Cuál es el desafío del medio radial frente al mundo de plataformas?

—En lo musical, las plataformas nos han complicado la vida. En una época, una canción se hacía conocida por la difusión que tenía en las radios. Hoy, una canción se impone en las redes sociales y plataformas. Cuando nosotros empezamos en Concierto FM, la premisa era: 54 minutos de música por hora y 6 de publicidad. Fue un éxito. La gente quería escuchar sin cortes. Hoy eso te lo dan las plataformas, con el plus de que uno escucha el género o el artista que quiere cuando quiera. La radio tiene que apostar a la comunicación, al contacto permanente con el oyente. Eso no lo dan las plataformas. Creo que la radio es la que menos ha sentido el impacto de la llegada de las redes, menos que la televisión. Pensemos en la TV por cable, por ejemplo, está muy golpeada, también la TV abierta. Mis hijos, por ejemplo casi no miran TV. Con la oferta de entretenimientos de las plataformas les alcanza y sobra. La radio tiene el plus de estar en los autos.

—Viviste varias épocas complicadas para la radio, ¿esta es la más difícil?

—No. Yo me acuerdo en los años '60, mi padre había comprado Radio Independencia y lo nuevo era la televisión. En 1956 empezó a transmitir Canal 10 y luego vinieron los otros. La radio estaba en crisis y había quienes aseguraban que iba a desaparecer. ¿Qué salvó a la radio en ese momento? Los aparatos Spika, las radios portátiles. Ya no se necesitaban aquellos aparatosos receptores que estaban en las casas para escuchar. La radio te acompañaba a donde fueras, algo que la televisión no puede lograr, ni siquiera hasta ahora. Gracias a la Spika superamos ese momento y luego han pasado otros momentos difíciles. Ahora nos toca este desafío de las redes y las plataformas; podemos salir heridos pera lo vamos a superar. La radio sigue siendo un elemento mágico.

Berch Rupenian junto a su hijo.
Berch Rupenian junto a su hijo.
Foto: Gentileza.

—¿Cuál es tu visión sobre los grupos de radio, que parecen ser más comunes?

—Es la forma de hacer viable el negocio en muchos casos. Antes había grupitos: Monte Carlo y Oriental, El Espectador y Sport, Carve y la 1010... Hoy los grupos tienen más radios. Es la tendencia porque para una radio sola es muy complicado comercialmente frente a un mundo de plataformas múltiples y redes. El mercado nunca fue fácil: para una ciudad de millón y medio de habitantes hay 25 radios AM y unas 15 FM. Es una locura y a eso se le suman las 50 opciones de plataformas, canales, redes, vía pública... es una proeza mantenerse comercialmente en esta selva.

—En 2006 y 2007 perdieron las frecuencias de Concierto FM y Radio Independencia. El asunto sigue en la justicia. ¿Tiene esperanzas de recuperarlas?

—Es un tema que no vamos a dejar de pelear. Consideramos que lo que pasó fue una barbaridad, una injusticia y estamos peleando. Seguimos en el tema, pero no vivimos de la nostalgia ni del pasado. Estamos muy enfocados en el proyecto ahora en La Ley y también en Concierto Punta de Punta del Este, que es líder total en Maldonado. Hace poco incorporamos a mi hijo Berch Junior. Está trabajando muy bien en el ámbito de las redes, donde tenemos un enfoque muy acentuado, de acuerdo a estos tiempos. Estamos creciendo mucho.

—¿En Punta del Este sigue siendo Concierto Punta la 95.1 FM?

—Sí, sí. Hicimos un acuerdo con el dueño del medio y nosotros nos encargamos del área artística de la emisora.

Berch Rupenian

—Concierto fue una de las radios fundamentales en los ’80 y ’90. ¿A qué se debió aquel esplendor?

—Cuando nos encargamos de Concierto, nosotros veníamos de la experiencia de Independencia, por lo que la musicalización no era problema. Las otras emisoras, con Del Sol que era nuestra competencia directa, también eran buenas. Nos dijimos: la diferencia tiene que estar en Punto del Este. Musicalizamos todos los paradores, pusimos bandera en todas las playas, calcomanías. Concierto estaba en todos lados. Además, hicimos un acuerdo con Teledoce para musicalizar el programa Verano del… Elegíamos la canción del verano. Fue un combo imbatible.

—En la interna también hicieron una sociedad muy aceitada con tu hermano Aram Rupenian…

—Sí, su mentalidad creativa era infinita. Fue quien estuvo detrás de todas las ideas de marketing y era el mejor vendedor de publicidad que tuvo Uruguay, sin dudas. Mientras yo me encargaba de la programación artística, mi hermano hacía todo el proyecto sostenible comercialmente. Se fue muy joven, con 64 años en el año 2013.

—¿Él acusó más el golpe de la pérdida de las frecuencias?

—Fue un golpazo para todos. Nosotros en 2006 y 2007 pasamos momentos muy duros. Y logramos volver. Yo siempre digo que llegar al éxito es muy difícil, mantenerlo es aún más difícil, pero lo recontra difícil es volver. Uruguay no es un país que dé revancha: al que lo bajan no vuelve. Y nosotros pudimos, gracias a la gente porque como dice Alberto (Kesman) "con la gente todo, sin la gente nada". Volvimos en 2014 en Urbana; mi hermano participó de los preparativos pero lamentablemente falleció antes de la puesta al aire de los programas. Para mí fue durísimo y el apoyo de mi familia, mi esposa y los tres hijos, resultó crucial.

—¿Has pensado en qué condiciones se daría un retiro?

—Yo tengo las mismas ganas de y mientras esa pasión esté, voy a seguir.

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