Luciendo una barba dispareja, pero dispuesto a revelar anécdotas y contestar preguntas a sus fans asistentes a la "Comic-Con 2004", Keanu Reeves se mostró orgulloso de mostrar cerca de 15 minutos de complejas escenas de "Constantine", donde interactúa con fantasmas y demonios alados, los cuales se cuelan al mundo moderno y él es el único con la capacidad para verlos.
Ante la pregunta de si le agrada en "Constantine" al igual que la trilogía de "Matrix" encarnar a héroes que tienen problemas para aceptar sus dones, Reeves contestó que lo primero que piensa es en hacer una película bien hecha y que no se fija si coinciden las motivaciones de sus personajes. "Hay roles muy apasionantes como el que hago en esta película, en la cual John Constantine es alguien que siempre busca hacer lo mejor y traer el bien a su alrededor", compartió Reeves, "temas como el sacrificio y la redención también están presentes y eso me gusta mucho".
En la presentación que se hizo del film en Madrid, Reeves contó cómo fue asesorado por un exorcista para interpretar al protagonista de esta película, una especie de superhéroe, fumador y cínico, capaz de enfrentarse al mismo demonio. Bastante parco en palabras, Keanu Reeves aseguró que no tiene miedo a quedarse encasillado como intérprete de papeles extraños. Al contrario, le fascinan los tipos torturados. "Me ha encantado hacer esta película; el guión me gustó mucho. ‘Constantine’ tiene un sentido del humor muy especial, capaz de ser cínico y ácido a la vez. También me gusta su furia", contó el actor, que no se reconoció como un supersticioso clásico, aunque "tengo cuidado de no derramar la sal y esas cosas". Tampoco se identificó como un creyente al uso. No tuvo, dijo, una formación religiosa de niño pero trata de ser cuidadoso y respetuoso con aquellos que poseen visiones sobrenaturales.
En las cinco pantallas que cuelgan del auditorio principal de la convención de cómics en San Diego, se apreciaron las elaboradas secuencias y efectos especiales en los que Reeves se involucra, donde lo mismo hace complejos exorcismos donde pelea con demonios, que lo mismo desciende a los infiernos.
La parte dramática se desprende en que se le notifica que su alma está condenada a la tierra del Diablo. "Este es un personaje que siempre está entre el cielo y el infierno. A Constantine no le gusta mucho el mundo que habita y yo en ello puedo identificarme, pues ahora mismo no me agrada el tipo de cosas que suceden en nuestro entorno", reveló Reeves ante una cantidad de gritos de aficionadas.
Una de ellas, incluso, le regaló un libro para su próximo cumpleaños en setiembre con el título "El pensamiento de Dios", lo cual hizo rascar la cabeza al actor que ya fue una deidad en "Matrix", diciendo: "¿Qué quieres decir con esto?".
En "Constantine" también aparece Rachel Weisz ("La momia"), como la mujer que le revela su amor al protagonista, así como el hombre que practica el budú, Djimon Hounsou ("Gladiador", "Tierra de sueños").
SALTO AL CINE. La cinta es dirigida por Francis Lawrence, más conocido como director de videoclips. El realizador aseguró que la transición al cine no ha sido especialmente complicada, al menos en lo que se refiere al rodaje y al trato con los actores. El director añadió que ha seguido casi al pie de la letra las viñetas que inspiraron el filme y que se han investigado algunos de los datos históricos que se utilizan en la película. "Constantine aparece como un tipo autodestructivo, gran fumador y bebedor, y así lo hemos grabado. No existe ningún mensaje subliminal". Tampoco cree el realizador que la película pueda herir la sensibilidad de los creyentes. "Lo que se cuenta es la redención del personaje, y eso no debe ser ofensivo para nadie".
"Tratamos de mostrar la diferencia entre el bien y el mal, algo esencial en el momento actual", añadió Lawrence. A la pregunta de un periodista: "¿No echa en falta alguna escena romántica en una película donde hay mayoría de fantasmas y demonios?", respondió que se trata de un filme sobre la soledad y que con un romance de por medio no hubiera sido lo mismo.