ENTREVISTA
La psicóloga y comunicadora se presenta el 27 de noviembre en Magnolio Sala con su nuevo espectáculo musical: "Errar es humano y perdonar también"
El próximo 27 de noviembre la psicóloga Carla Lorenzo llega a Magnolio Sala con su nuevo espectáculo: Errar es humano y perdonar también (entradas por Tickantel a 600 pesos) un show musical terapéutico con canciones que sanan, palabras que alivian y música que alegra el alma. Sobre el germen de este show, el perdonar y quererse, habló Carla Lorenzo con Sábado Show.
—En tu nuevo espectáculo abordás un tema complicado como el perdón.
—Es perdonar y perdonarnos. Hay que aprender a soltar un poquito y soltar las exigencias, porque con eso vienen tantas cosas atrás que nos dejamos de ver humanos.
—¿Cómo se gestó este show?
—Siempre estoy con muchas ganas, todos los años, de hacer algo diferente. El estar en contacto con personas y abordando estos temas en el consultorio o grupos, dije: hay algo que está resonando hace rato que es llevar la psicología desde ese lado, para entender nuestro comportamiento y cómo con pequeños cambios podemos modificar todo en nuestra vida. Nos quedamos a veces en lo mismo, y me parece que un show musical, un buen libro o una charla puede ser inspiradora para alguien que se de cuenta de eso, y ayude a cambiar un montón de situaciones. Quiero sacar la psicología a la calle, en este caso al escenario para que conozcan el trabajo que hacemos, que por lo menos quienes trabajamos desde este abordaje de ayudar a las personas a verse, a ver sus historias y su vida de una manera distinta para que, a partir de ahí todo pueda cambiar.
—El espectáculo además de tener música, es una enseñanza para que la gente se lleve a su casa para interiorizar después.
—Exacto, es eso, y no te podés hacer el ciego después. Y uno dice cosas que después le llegan al otro, porque las defensas están más bajas cuando faltan este tipo de instancias. Y fue que lo empecé a percibir, sin querer y sin buscarlo, hacía espectáculos donde la psicóloga salía. Ahora ya lo busco, estoy en esa línea, pero fue algo espontáneo. A mí me gusta hablar e ir introduciendo los temas que voy cantando para tener un hilo común. Hace dos años hice musicoterapia, el año pasado tenía mucho de terapéutico el espectáculo y ahora lo escribí pensando en las devoluciones que tendré después. Me di cuenta que estamos todos tan abiertos, porque es música, y los mensajes llegan distinto. No vamos a escuchar una charla de la psicóloga, vamos a escuchar música, y me parece buenísimo para aprovechar esta oportunidad donde no estamos a la defensiva y los mensajes llegan directo al corazón.
—El eje del show es el perdón, ¿te ha pasado de tener que perdonar?
—Yo empiezo con la base que en la vida, lo que más me costó perdonar el abandono de mi papá. Al ser psicóloga y comunicadora, todo se mezcla en un espectáculo, pero arranca desde la persona que es abandonada, sufre, llora, odia y se queda muy prendida al enojo. Hay una frase de las constelaciones familiares, de lo más sistémico de la psicología que dice: lo que resiste, persiste. Y tiene que ver con esto de que cuanto más enojada estoy con algo, más se pone el foco en eso y más me genero sufrimiento, que no quiere decir que una historia como esa que a mí me dispara un perdón que me llevó una década de vida, poder darnos cuenta cómo estamos tanto tiempo de nuestras vidas dándole vueltas mentales a algo. Hay que sentir el dolor, hay que atravesarlo y estar triste, hay que permitirse estar en todos esos lugares, pero también hay que saber decir: esto lo tengo que aceptar para continuarla. Porque debajo de esa alfombra de enojo y lo que persiste por mucho tiempo hay parejas fallidas, no se puede sostener una pareja, y otras cosas que van pasando que tienen que ver con este primer vínculo. Entonces es bien importante entender el perdón, por el otro y por uno. Porque una, en mi caso, se suelta, perdonás y tenés la vida que te merecés. Todos nos merecemos ser felices y tener vínculos sanos, y eso lo logramos cuando soltamos los que no lo fueron.
—Qué necesario es perdonar y el querer y quererse.
—Tal cual, porque debajo de todo esto, en lo que trabajo mucho y pongo énfasis es en el amor propio. Por supuesto que uno a veces puede echarle la culpa a nuestra historia. Yo lo he usado en mí misma y entramos en ese mundo de la victimización que es tremendo y levanto la mano porque no estuve por fuera. En algún punto siempre hay alguien a quién responsabilizar, y si es a nuestros padres, más. También al exmarido porque me traicionó, al jefe, al compañero, siempre me hacen cosas, y nunca termino de hacer-me responsable de mi propia vida. Atrás del perdón hay mucha cosa y la responsabilidad está en la base. Tengo la responsabilidad de soltar al otro porque ya está, o soltarme a mí, porque nos dañamos todos desde ese lugar. Hay que atravesar lo que nos pasa y aceptarlo. Yo me responsabilizo de mi vida y no soy infeliz porque aquel me hizo, yo estoy dejando que eso suceda el día de hoy.
—Lo decís que parece que fuese una cosa sencilla.
—Lo digo fácil y lo viví difícil. Es muy complicado, pero valemos la pena el esfuerzo. Cada uno de nosotros valemos el esfuerzo porque podemos cambiar el chip porque podemos hacerlo. El tema es que si nos quedamos en esa zona de confort y responsabilizamos a alguien más de lo que me sucede. Entonces escuchamos a personas años hablar de lo mismo, y también pasa en la pareja: tenés que cambiar vos. No, en realidad el otro puede acompañar tu cambio, o no, pero la primera persona responsable en poner el punto final a lo que sea, a soltar mentalmente algo que sucedió, somos nosotros. No tiene que ver perdonar con olvidar ni superar, ni que la vida es solo felicidad. Es reconocer nuestras vivencias y reconocer nosotros lo que nos sucede y cómo nos sentimos. No hay que estar mirando solo al del costado.
—Vas a hacer canciones sobre temas que te tocan de cerca, lo que no deja de ser un desnudarse sobre tus propios temas. ¿Lo sentís así?
—Completamente, eso es lo que sentí al principio. Me pasa ahora que estoy escribiendo un libro y hace tiempo que estaba trancado. Y esto de escribir empezó a fluir mucho más esto de poder plasmar. A mi me gustaba escribir pero terminé trabajando en radio y televisión, nunca escribí artículos y me fui alejando de eso. Esta es una época para volver a encontrarme con eso, poder usar ese recurso que de chica me encantaba. Así que hay un reencuentro con esa niña que le estoy permitiendo hacer lo que le gusta, despojada de lo que pase afuera. Porque creo que si resuena afuera como me resuena adentro, va a estar divino.