Carlos Perciavalle recuerda cuando conoció a Susana Giménez embarazada de su hija Mercedes

El capocómico estrena "Tardes con China" en su residencia en la Laguna del Sauce. Promete revelar anécdotas jamás contadas sobre su amistad con China Zorrilla.

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Carlos Perciavalle.
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Foto: Ana Claudia Sánchez

-Hace unos días recibiste el alta luego de una descompensación. ¿Cómo te encuentras de salud?

-Muy bien, como se dice, mejor me perjudica. Tuve un episodio de arritmia que fue tratado y hoy me siento espléndido, en los preparativos para el estreno de este jueves de Tardes con China. Va a ser una charla íntima, divertida de anécdotas y vivencias que vivimos con China (Zorrilla) en 60 años de amistad, algunas que no he contado nunca pero que el tiempo transcurrido y este formato íntimo me permiten.

-¿Cómo se conocieron con China?

-Ella ya era una actriz consagrada y yo un estudiante en el liceo Suárez. La fui a ver y le dije que la admiraba. Ese día me invitó a comer en su casa en la calle 21 de setiembre. Y fui. Desde ese momento, fue la mujer más importante de mi vida.

-El espectáculo será en tu casa El Paraíso de Laguna del Sauce. ¿Te gusta ser anfitrión?

-Sí. Lo vamos a hacer en un escenario que tengo en el jardín, al lado de una fuente del papá de China. Es un lugar divino, con sombra y brisa.

-¿Cómo definirías tu relación con China Zorrilla?

-Una relación divina y absurda también. Porque China era 19 años mayor que yo, pero yo la sentía más chica. Fue siempre un adolescente curiosa, divertida y sinvergüenza para hacer cualquier cosa. Vivimos cosas muy curiosas en Estados Unidos, Puerto Rico, en Brasil, en París… Porque viajamos mucho juntos. Gran parte de todo eso lo voy a contar y para mí será un desafío, porque soy larguero y trataré de condensar para que no terminemos a las 3:00 de la mañana.

-¿Cómo surgió lalidea de recordar y homenajear a China?

-Cuando se cumplió el centenario del nacimiento de China, el 14 de marzo del año pasado, yo vi que en Buenos Aires, en Corrientes, en Santa Fe y toda Argentina se hacían homenajes y aquí en Uruguay no pasaba nada. Me hicieron un reportaje y yo dije me daba un poco de vergüenza la situación. En ese momento me puse a reunir el material para hacerlo yo el homenaje. Después sí, en el marco del Día del patrimonio, se hicieron varios homenajes y yo participé en algunos. Pero esta idea de Tardes con China ya estaba en mi mente. Con el verano me pareció que era el momento de estrenarlo y qué mejor que en mi casa. Tengo todo el lugar repleto de China por todos lados.

-Susana Giménez está viviendo prácticamente en Punta del Este. Ella también fue una gran amiga de China. ¿Te gustaría que esté en el estreno?

-Ojalá. El otro día la llamé porque fue su cumpleaños (29 de enero) y no la encontré pero le dejé un mensaje. La considero una amiga. La vi cuando estaba haciendo Piel de Judas, donde estaba fantástica, es una gran actriz, pero la noté cansada. Ella misma me lo dijo: “Carlitos, estoy un poco cansada”. Ella que desborda vitalidad. Creo que estos días se fue a Miami pero imagino que si para el estreno está en Punta del Este y tiene ganas de venir, estará y será una invitada de lujo.

-Se conocen desde hace mucho tiempo con Susana. ¿Crees que ella buscaba convertirse en una estrella internacional como finalmente lo es desde hace tanto tiempo?

-Ella siempre fue una mujer luchadora y decidida. Yo la conocí en Uruguay cuando tenía 16 años y yo 18. Me acuerdo de haberla visto en un bar de Pocitos. Ella estaba en Montevideo en ese momento; era una chiquilla embarazada (de Mercedes, su única hija) y no quería abortar, a pesar de que la relación con su marido de ese momento (Mario Sarrabayrouse) estaba terminada. Así tuvo a Mercedes pero estaba pobre como las ratas. Después sí se volvió a Buenos Aires y construyó una carrera bien de abajo. Tuvo la suerte de hacer aquel comercial donde decía “shock” que la catapultó a la fama.

-¿Por qué estaba ella en Montevideo en ese momento?

-Se había venido con Sarrabayrouse, que estaba en ese momento afincado en Uruguay. Pero ya la situación de la pareja no era la ideal y no tenían ni un peso.

-El año pasado circularon algunos rumores y apareció algún vídeo que daban cuenta de algunos problemas de convivencia con ciertas personas que trabajaban y te acompañaban en tu casa en Laguna del Sauce. ¿Eso se solucionó?

-Sí, yo hoy puedo decir que vivo en paz, bien acompañado y con amigos que quiero mucho.

-¿Últimamente has hablado con Antonio Gasalla? Hubo hace un tiempo un entredicho entre ustedes.

-No hemos hablado. Creo que él no está muy bien pero bueno, supongo que hablaremos en cualquier momento. Nos conocemos desde el conservatorio. Lo considero un amigo, con quien hemos hecho muchas cosas juntos más allá de que siempre hemos tenido un vida muy independiente el uno del otro.

-En Tardes con China volvés a trabajar con Jimmy Castilhos pero como responsable de la comunicación. Él fue quien de alguna manera expuso la situación conflictiva el año pasado con algunas personas que vivían contigo en la Laguna. ¿Eso afectó la relación entre ustedes?

-Jimmy es una persona maravillosa, que conozco hace muchos años. Un día vino a mi casa para ofrecerme producir una temporada en Montevideo y después de eso hicimos miles de cosas. Le tengo un enorme cariño. Es un hombre muy talentoso, eficiente y muy trabajador.

-En la previa de cada estreno, ¿seguís teniendo nervios?

-Sí, eso nunca se va. Es verdad que de mis 81 años pasé más de 60 arriba de los escenarios y haciendo las cosas más disparatadas pero el nerviosismo se mantiene. El público siempre me acompaña. Tardes con China será en un formato íntimo, de no más de 50 o 60 personas. hay cosas que no se pueden contar frente a 1.000 o 2.000 personas porque siempre hay alguien que lo puede malinterpretar pero sí ante 60. Se genera un clima de confianza para hablar de todo los temas y en este caso, de historias increíbles con China.

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