Por Nicolás Lauber
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En Madrid, el frío comenzó en noviembre y Carolina Domínguez necesitaba playa, amigos y familia, y regresó para descansar. La periodista que integró el equipo de los informativos Telenoche y Subrayado vive en la capital española desde hace varios años y trabaja para La Sexta Noticias. En esta entrevista con Sábado Show, Domínguez habla de su trabajo, las chances de volver a Uruguay y de su vida a 12.000 kilómetros de distancia.

—Volviste a Uruguay el 8 de marzo. ¿Qué estuviste haciendo?
—Visitando muchísimos amigos, tratando de pasar la mayor cantidad de tiempo con mi familia, disfrutando al máximo de Uruguay. Fui a la playa, así que estuve conectando con las raíces.

—Imagino que también desprendiéndote del frío de Madrid.
—Sí, es que venimos con un frío terrible en Madrid desde noviembre. Ahora empezó el buen tiempo, pero necesitaba playa, calor, y sobre todo amigos y familia.

—¿Cómo se pasan las fiestas en el extranjero?
—Siempre vengo en diciembre y enero, y esta vez decidí venirme en marzo porque es la fiesta de 15 de mi sobrina y dije: aprovecho porque es un mes que nunca había elegido para venir a Uruguay, pero me sorprendió muchísimo. La gente está más tranquila, hay más tiempo. No es la locura de fin de año.

Foto: Leonardo Mainé

—A Madrid fuiste a hacer un Master y te quedaste.
—Sí, hice un Master de periodismo. Pensaba estar un año y volver porque tenía mis trabajos acá y las puertas abiertas donde estaba desempeñándome pero Madrid me enamoró. Me compró. Justo conseguí trabajo en la tele, en La Sexta Noticias, era una gran oportunidad para seguir creciendo profesionalmente y aposté por eso. Hoy, viéndolo desde lejos, creo que fue una decisión correcta. Me gusta, cada tanto, salir de mi zona de confort y hacer algo nuevo. Me dan miedo los cambios pero considero que es normal, que hay que vencerlo de alguna manera, tirarse a la piscina y probar eso nuevo que hay adelante.

—Trabajaste en el informativo de Canal 4, el de Canal 10, ¿cómo es trabajar en la redacción de un informativo en España?
—Cuando entré, una de las cosas que me dijeron fue: te vas a ir acostumbrando. El ritmo de trabajo de Uruguay en los informativos, tanto en Telenoche como Subrayado, es muy distinto a los informativos en España, y no solamente en La Sexta. Es así con todos. Al durar menos (media hora), todo es mucho más rápido. Los reportajes son más cortos y de alguna manera tenés que locutar más rápido. Los directos también son más cortos pero te adaptás. Lo aprendés, como todo. Y ahora, a veces me resulta extraño ver los informativos en Uruguay.

—Sin dudas, son más extensos.
—Lo que pasa es que allá son muy directos. Van directo a la noticia que la persona quiere saber. El otro día miraba un informativo y decían: “ha sido procesado por el delito de....”, y lo decían todo; y allá nunca te van a decir eso. Dicen: “fue procesado por homicidio”, son muy directos. No le dan vuelta porque entienden que el tiempo es oro, literal, y no se dan el lujo de payar ni irse por las ramas de ninguna manera. Y te lo marcan. Por ejemplo, lo que locuto en los reportajes que se emiten al aire, los escribo yo pero los lee alguien más, pasa por otra persona, y además de corregírtelo, ayudan a optimizar el tiempo para decir la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo. Para mí fue una escuela.

—Venías con un entrenamiento en los informativos de Uruguay, pero parece que trabajar allá es como hacer un postgrado.
—Sí, es un entrenamiento heavy, es el crossfit del periodismo (risas). Pero creo que se debe a que el público de acá y allá es diferente. Allá la gente se sienta a ver el informativo y le prestan atención al ratito que dura. Acá lo miran, pero es más una compañía de la casa mientras estás haciendo otras cosas. Esa es la sensación que me genera.

Foto: Leonardo Mainé

—Con este presente en España, ¿hay planes de volver a Uruguay?
—Nunca cierro las puertas a nada. Jamás cerré las puertas a nada porque, de hecho, ni pensaba ser presentadora de televisión cuando empecé facultad. Después que empecé, comencé a descubrir qué es lo que me gustaba, y he dejado que la vida me sorprenda siempre. Me fui a España sin saber qué era lo que iba a pasar, de hecho mi idea era volver, pero ahora estoy allá y mis planes están en Madrid porque mi vida, mi trabajo y mis amigos están ahí. También estoy apostando a trabajos que tienen que ver con el mundo de la comunicación institucional, así que estoy sumando desafíos y proyectos nuevos. Nunca cierro las puertas de volver a Uruguay pero en este momento, si me preguntás si este año o en 2024 volvería, en principio, no. Luego dejo que la vida me sorprenda. Nunca pensé que iba a terminar viviendo en España y trabajando en la tele de allá, y eso me lo ha permitido la personalidad que tengo de tirarme al agua, y las posibilidades que a una se le van generando poco a poco en el camino que una va haciendo.

—Ese camino se construye con trabajo y esfuerzo.
—Sí, con muchísimo esfuerzo. Cuando empecé en el periodismo trabajaba desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche. El esfuerzo es muchísimo y ahora en España estoy trabajando seis días a la semana, y los fines e semana hago 12 horas. Nadie te regala nada, le meto muchas horas al trabajo porque me gusta y después una va decidiendo qué es lo que prefiere en la vida. En principio hoy estoy bien así.

—¿Te pasó de sentirte discriminada por ser de Sudamérica?
—No, jamás. De hecho la relación de los españoles con los uruguayos es maravillosa. Además de tratarme súperbien, todas las personas que me rodean, cuando hablan de los uruguayos, lo hacen con cariño, teniendo en cuenta la historia que tenemos en común. Muchos españoles fueron a América, entre ellos mi padre. Hay una relación estrecha entre España y Uruguay, además de otros países, pero con Uruguay especialmente.

—¿Y sobre trabajar en televisión y tener el acento uruguayo?
—Cuando empecé a trabajar en La Sexta, lo primero que me dijeron fue que no querían que cambiara mi acento. Lo que hago es adaptar las palabras para no equivocarme brutalmente al aire diciendo algo que significa otra cosa. Pero por el resto, siempre respetaron mi manera de hablar. Además, tengo muchos amigos que son de distintas partes de España, de La Rioja, Galicia, Murcia, y están en la misma situación que yo, nada más que a mi familia los tengo a 12.000 kilómetros, y ellos a 400 de distancia, pero en el día a día pasan igual que yo: están solos. Y por eso esos amigos se transforman en hermanos.

—¿Cuál es la motivación diaria para seguir allá?
—Me encanta seguir descubriéndome. Me preguntan si es fácil conseguir trabajo, o vivir allá. No es fácil instalarse en otro país y dejar todo, pero si no probaba y me quedaba con esa duda, ¿a los 50 años me hubiera preguntado qué hubiera pasado sí?; No. Fue tirarme a la piscina, probar y que pase lo que tenga que pasar.