Redacción El País
Era súper aplicada y hasta fue abanderada del Pabellón Nacional en la escuela. En cuarto la mandaron al Liceo Militar y fue un quiebre en su vida. Chris Namús era tranquila pero una alumna la provocó, terminó arrestada por pegarle a un casillero y la psicóloga le recomendó hacer un deporte de combate para canalizar la agresividad. Así arrancó en el boxeo con 16 años.

Le costó mucho conseguir gimnasio por ser mujer, pero su abuela paterna, que la crio, se las ingenió para darle una mano, porque le encantaba que peleara, a diferencia de sus padres que no lo veían con buenos ojos. Fue campeona del mundo con 20 años y repitió el título en otras dos ocasiones más.

El presente la encuentra en pareja con el músico Mariano Bermúdez desde hace 11 años, y como comentarista de la cadena ESPN. En agosto fue la última vez que peleó, lo hizo en Miami y dijo haberse sacado las ganas de volver a subirse a un ring.

El 3 de octubre cumple 37 años y por ese motivo te contamos cinco cosas que quizás desconocías de la boxeadora y periodista deportiva, diploma que adquirió tiempo atrás tras cursar dos años el IPEP.

Sus padres la anotaron en el Liceo Militar en cuarto porque querían que estuviera más controlada y la experiencia fue horrible. Superó las pruebas físicas, entró, y a la semana supo que no era para ella. Trató de sobrellevarlo sin decirlo en su casa, pero la pasó tan mal que se enfermó. Hacía fiebre dos por tres, se atacó del estómago y se agarró una infección en los riñones.

Namús era súper tranquila pero una tarde, una alumna de quinto la provocó, le pidió que le atara los cordones, y ella, enojada, le dio una piña a un casillero. La arrestaron y la mandaron a la psicóloga. “Me dijo que tenía agresividad interna y que necesitaba hacer deporte de combate”, relató en Historias propias.

La joven de 16 años que de niña había hecho artes marciales, se metió en el boxeo. A sus padres no les gustaba nada la idea pero su abuela Amanda estaba chocha con el proyecto de su nieta. Lo cierto era que lo traía en los genes: su abuelo materno había sido campeón sudamericano de boxeo, y el paterno también había practicado ese deporte.

Foto: Estefanía Leal | El País

Le debe el seudónimo a la periodista Sandra Rodríguez, que fue quien le puso “Bombón asesino”. Aunque reconoció a Radio Universal que nunca le gustó el apodo, lo mantuvo por respeto a Rodríguez, que es su amiga, y porque le servía, ya que en el boxeo se estila tener un alias.

“Era necesario pero nunca me convenció porque no me gustan los apodos. No deja de ser raro que me digan Chris. Para mi familia y mis amigos soy Christian, que es mi nombre”, dijo. Y contó que Chris se impuso luego de que empezó a boxear: necesitaban un nombre femenino para evitar que la confundieran con un hombre. Confesó que hoy muchos creen que se llama Cristina.

En su historial de novios famosos están Damián Herrera y Pablo Aguirrezábal. El humorista adaptó "Por ti", de Calle 13, y se la dedicó una tarde que Namús fue de invitada a La mesa de los galanes (Del Sol). Esa melodía le sacó sonrisas, aunque el tema que más la emocionó fue el que le compuso el músico Mariano Bermúdez, su pareja desde hace 11 años.

Se titula “Compañera” y la escribió para agradecerle un gran gesto. Ella sabía que atravesaba un período de sequía a nivel de composición, así que le trajo una guitarra de un viaje a Alemania para inspirarlo. En reconocimiento, el cantante le dedicó la primera canción que salió de su pluma.

Le encanta estudiar, era aplicada y fue abanderada del pabellón nacional. Soñó con ser astronauta y luego piloto, aunque su vocación frustrada es la de doctora. Se había anotado en Facultad de Medicina y dejó cuando se le dio la oportunidad de ser profesional en el boxeo. En 2019 retomó: cursó el primer año, luego vino la pandemia y volvió a abandonar.

Siempre le quedó pendiente: “Lo siento como una vocación. Ahora estoy viendo si puedo hacer enfermería o algo relacionado. Me gusta mucho la biología, la química, la matemática”, contó la que siempre está estudiando algo. Va a clase de inglés, probó con psicología, bioquímica, medicina, y hace poco terminó el curso de periodista deportiva en el IPEP.

Su padre tenía 22 y su madre 18 cuando Chris Namús nació, así que se mudaron con sus abuelos paternos el primer tiempo. Ambos trabajaban y la niña pasaba el día entero con su abuela Amanda, que era ama de casa. Cuando se separaron, Namús se fue a vivir con su madre, que trabajaba diez horas por día en una empresa de limpieza, y la cuidaba su abuela.

Se hacía la dormida para no tener que irse con su mamá, porque extrañaba, así Amanda le propuso que la dejara a vivir con ella, y se la llevara los fines de semana. “A mi mamá le costó la decisión pero vio que era lo mejor para mí y lo que yo quería. Se dio de una manera bastante natural”, contó en Historias propias.

Su papá vivía en esa misma casa pero lo veía poco porque viajaba mucho por trabajo. “En algún momento tuve eso de por qué no estuvieron más, pero fue saldándose. Hubo una explicación válida. Eran muy jóvenes, son errores que se cometen”, justificó.