Coco Echagüe y la magia de atravesar generaciones: "Pasaron 23 años de Uka Shaka y los chicos la siguen bailando"

Fiel a su prolífica carrera, el conductor suma más proyectos en 2023: la reposición de dos de sus obras más exitosas y un nuevo programa en horario central.

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Coco Echagüe.
El conductor se animó a una divertida producción en el restaurante Don Bigote. En la entrevista recordó los tiempos dorados de Nietos del Futuro y Loco de Vos.
Foto: Pablo Pena

A pocos días de cumplir 52 años, Jorge “Coco” Echagüe le da un nuevo impulso a su carrera. Reestrena dos de sus obras más taquilleras y lanza un nuevo programa de juegos para el horario central de Teledoce, a la vez que continúa al frente de Desayunos Informales. La mezcla de conducir un programa diario de actualidad, otro de entretenimientos y actuar en dos comedias con tono distinto no llama la atención en una figura que ha hecho de lo heterogéneo su esencia. Es que Coco más que una carrera variopinta, ha construido varias carreras paralelas en las que alcanzó objetivos distintos, como actor de telenovelas, de comedias teatrales, conductor de programas de juegos, de magazine, de carnaval, infantiles, cantante de baladas románticas y de música tropical. En diálogo con El País, el multifacético Coco habla de las novedades e invita a un viaje en el tiempo por las anécdotas de los puntos más explosivos de sus carreras.

-Es un año de muchas novedades en tu carrera, entre las que se destaca el nuevo programaA todo o nada que estás por estrenar en Teledoce.

-Sí, ahora estamos ensayando y empezamos a grabar en unos días. Es el clásico programa de entretenimientos de Guido Kaczka que tiene muchos juegos de ingenio, de preguntas y respuestas, otro con mascotas. Se diferencia de todo lo que está al aire por la cantidad de juegos y de gente en el piso, con muchos participantes compitiendo. Hay una escenografía muy importante que se va transformando.

-¿Es el rol que te sienta más cómodo?

-Yo me siento en Disney, divirtiéndome con la gente que es de lo que más me gusta. Además hay un equipo de producción espectacular.

-También volvés al teatro con obras que ya protagonizaste y fueron muy exitosas como Conversaciones con Mamá (2014) y Bajo Terapia (2018).

-Si había dos obras que quería repetir eran estas dos. Bajo Terapia es una comedia que tiene mucho humor, pero también toca temas que pueden estar adentro de cualquier familia. Hay partes del texto sobre las que decimos “mirá lo que decíamos hace cinco años” y hoy parece que tuvieran más fuerza.

-La obra vuelve a reunir al mismo elenco con muchas figuras destacadas, ¿cómo fue el reencuentro?

-Muy bueno, todos queríamos volverla a hacer. No hubo que armar un grupo de Whatsapp porque el que había se mantuvo durante estos cinco años. No llegamos a hacer una reunión estos años, pero sí nos escribíamos todo el tiempo para saludarnos o felicitarnos cuando a alguno le surgía algo. El único cambio es que estamos un poco más viejos, pero mejores.

-Y más adelante reponés Conversaciones con mamá, que te permite mostrar otra faceta como actor.

-Sí, también es una comedia pero con otro tono. Es un texto que tiene muchísima fuerza, y el humor está más en lo que se dice que en lo que se hace. Es una de las obras que más ensayé en mi vida. Tiene mucho de denuncia sobre la forma de la que muchas veces nos comportamos con nuestros padres. Fue un placer haberla hecho con Dahd Sfeir y ahora con Cristina Alberó.

Bajo Terapia.
"Bajo terapia" se reestrena el 10 de junio en el Teatro Movie después de cinco años con el mismo elenco. Además de Echagüe, están Adriana Da Silva, Cata Ferrand, Leo Lorenzo, Luciana Acuña y Rusito González.

-Tu carrera se ha caracterizado por la convivencia de trabajos muy heterogéneos, ¿cómo lo has equilibrado?

-Siempre hice cosas que eran distintas entre sí. En un momento a la mañana hacía un programa infantil y a la noche tocaba en los boliches de música tropical. Fue el año y medio en el que convivían Loco de Vos con Nietos del Futuro. Yo lo disfruto y cuando siento que ya no tengo nada para aportarle a esa propuesta doy un paso al costado.

-Tanto Nietos del Futuro como Loco de Vos fueron dos éxitos que se salían de los parámetros de lo que pasaba en Uruguay, ¿cómo recordás participar de productos que generaban tanto fanatismo?

-No había redes sociales, entonces nos enterábamos de ese furor cuando veíamos al público en persona. Con Loco de Vos empezamos en marzo de 2004 y para las vacaciones de julio ya nos contrató un shopping para hacer un show en la Plaza de Comidas con las cinco canciones del programa. Estuvimos dos días y estaba toda la seguridad ahí porque la plaza estaba saturada. Fue tanto lo que se generó que el shopping nos quiso dar de baja, pero nosotros pedíamos que no porque ya estaban grabados los programas de esa semana en los que invitábamos a la gente al shopping. Al final lo que se hizo fue pasar el show al estacionamiento.

-Eso pasaba con el público infantil de mañana y volvía a pasar a la noche pero con el público adulto de los boliches.

-Sí. En una época teníamos mucho laburo e íbamos de un lugar a otro. Con Nietos del Futuro llegamos a hacer 11 shows en un mismo día. Llamábamos para decir que estábamos atrasados y el empresario nos decía “pasen igual a saludar aunque sea y sigan de largo porque el público está como loco”, entonces íbamos y hacíamos shows de tres canciones. Me acuerdo que un día iba en mi auto con Javier Pacheco al lado, que tenía un neceser con cosas para cualquier emergencia. Salíamos de un show en Malvín y teníamos que ir a Punta Cala en Carrasco, y en un momento me senté y rompí toda la pretina de atrás del pantalón. No tenía para cambiarme ni tiempo para buscar otro, entonces Pacheco sacó un hilo de su neceser y empezó a zurcir mi pantalón mientras yo manejaba en calzoncillos. Era la única forma de llegar a tiempo. Fue impresionante lo que pasó en torno a Nietos del Futuro. Pasaron 23 años de Uka Shaka y hoy lo bailan chiquilines que no habían nacido.

-¿Se hizo mucho dinero en aquella época?

-Teníamos mucho laburo, se cobraba bien, se podía vivir de eso y hasta te permitía tener algún ahorro. Yo tenía un extra porque además de Nietos trabajaba con Chocolate y Monterrojo, a los que les hacía las coreografías. Para que te hagas una idea a mí me dio en 2002 para dejar una seña y comprarme un apartamento que terminé de pagar siete años después, cuando Nietos ya no existía. Es decir, era una plata que te daba un impulso para concretar alguna compra grande. Hay que acordarse que fue un período corto: empezamos a hacer ruido en el 99, explotó en el 2000, pero en 2002 hubo crisis y después fueron dos años de resaca en los que había cada vez menos trabajo.

-¿Cómo te impactaba cuando identificabas que el éxito de un proyecto se empezaba a desvanecer?

-Me acuerdo por ejemplo de la primera vez que fuimos a Bolivia. Bajamos del avión en Santa Cruz y había como 500 personas esperando por nosotros. Hicimos un show en La Paz al que fueron a vernos 20 mil personas. Seis meses después volvimos a ir al mismo lugar, con los mismos integrantes y las mismas canciones, pero ya nos habían puesto como teloneros de la banda Supermerk2. Yo me preguntaba “¿qué hicimos mal?”. Pero es así. Uno no tiene que creerse Mick Jagger porque en seis meses cambia todo. Hoy no es siempre, ni cuando te va bien ni cuando te va mal. Por algo yo salgo del canal y me voy a trabajar a una empresa de impermeabilizantes. Hace 15 años que trabajo en Pennsylvania, que es una empresa que siento como mi casa y me da cierta seguridad.

Coco Echagüe.
Multifacético. El conductor prepara el nuevo programa de juegos "A todo o nada" que saldrá al aire en breve en el horario central de Teledoce. "Me siento en Disney", asegura sobre el proyecto.
Foto: Pablo Pena

-En lo artístico siempre has sido muy inquieto, ¿en qué etapa dirías que estás hoy como conductor de actualidad en Desayunos Informales?

-Me siento muy bien en el programa, no estoy en una situación como para plantearme la continuidad. Hoy tenemos un grupo bárbaro que se lleva muy bien. Nos encanta cuando un invitado se va diciendo que vio buena onda en el equipo. Somos como un zoológico de especies distintas pero muy compatibles. Hay química y cuando vemos llegar al otro y ya sabemos si está bien o mal. No nos pesa ir.

-Tu debut en este programa hace siete años también implicó probarte en un perfil diferente.

-Cuando se formó Desayunos Informales me llamaron para estar y yo dije que no me veía. Un tiempo después Figue (Alejandro Figueredo) se fue a cubrir la Copa América a Estados Unidos y se quedaba otro mes de licencia, así que me llamaron y ahí me gustó porque había fecha de cierre y eso me permitía probar otras cosas al aire. Me divertí, bailé, canté e hicimos de todo. El día que me fui llegué a ser tendencia en Twitter con gente que decía “cómo van a dejar ir a Coco”. A los dos meses Figue se fue definitivamente y me volvieron a llamar. Yo acepté porque la había pasado muy bien. Ese día en Twitter la misma gente decía “¿cómo va a venir este nabo a conducir el programa?”. Esas también son las reglas del juego.

-Hace unos años levantaste polvareda en una entrevista con César Bianchi para Montevideo Portal al decir que las murgas “habían bailado el vals” durante los 15 años del Frente Amplio y ahora “se pintaban para la guerra”, ¿lo seguiste notando?

-La gente se quedó con ese titular. Yo voté al Frente, soy del Frente, pero cuando salíamos con el programa desde el Teatro del Verano el comentario era que la murga no criticaba. Lo que se reclamaba era que habían estado tranquilos durante mucho tiempo y cuando llegó el nuevo gobierno le pegaban con todo. Está bien pegarle, pero el carnaval le tiene que pegar a todo lo que se mueve. Lo que pasa es que cuando sos extremista no podés ver para el otro lado de la calle. Hay que entender que no es que uno hace todo bien y el otro hace todo mal.

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