Danilo Tegaldo debutó como conductor de Subrayado Mediodía: "Dejé 'Arriba Gente' con lástima"

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Danilo Tegaldo. Foto: Darwin Borrelli
Darwin Borrelli

ENTREVISTA

El periodista abandonó el programa Arriba gente, del que formaba parte desde sus comienzos en 2010, para ser el conductor de Subrayado mediodía junto a Carolina García.

Danilo Tegaldo. Foto: Darwin Borrelli
Danilo Tegaldo. Foto: Darwin Borrelli

-Después de 11 años en Arriba gente, te despediste del programa para asumir la conducción de Subrayado mediodía. ¿Qué implica esta nueva etapa?

-Se dio todo muy rápido. El año pasado había alguna idea vinculada a generar un cambio para asumir un rol de coordinación en Subrayado; un trabajo que ya hago los fines de semana o haciendo suplencias. Además, en el verano hicimos con Paola Botti la conducción del mediodía. Ahora, el canal me convocó y me dijo que en realidad querían apostar al perfil de presentador de noticias conmigo. Me pidieron entonces que hiciera la conducción al mediodía con Carolina (García) y Pepe (José Irazábal) que estaba haciendo la presentación, continúa los sábados y pasa a su vez a un rol de coordinación. Para mí, eso implicó dejar Arriba gente porque ya sería una saturación de pantalla: estaría de mañana, a mediodía y en los flashes de la tarde. La verdad que es un programa que dejo con lástima.

-¿Por qué?

-Porque la mesa de noticias es un formato que me gusta. Te da soltura; es el de la noticia comentada, no presentada. Tenés la posibilidad de agregar información que el tape de minuto y medio no te permite. Había también entrevistas. O en algún caso se permitía la apertura hacia la opinión. Yo empecé ahí siendo movilero y cuando Nacho Martirené se fue del programa, ahí me sumé a piso.

-El programa tenía también momentos distendidos.

-Sí, estoy sorprendido por la cantidad de mensajes que he recibido estos días, positivos y dándome para adelante pero a la vez, mucha gente destaca que va a extrañar esos contrapuntos futboleros que teníamos con Humberto: yo de Nacional y él de Peñarol. Nos gastábamos mucho con los resultados de los grandes, especialmente los lunes.

-¿Cuánto cambió la rutina?

-Esta semana me levanté un poco más tarde. Mi rutina arrancaba 5:50 todos los días. Ahora entro más tarde pero trato de madrugar y aprovechar la mañana. Salgo a caminar y el primer día de clases, por ejemplo, acompañé a mis hijas a la escuela. En todos estos años, nunca había llevado a mis hijas a la escuela. Ahora las pude acompañar. Desde el punto de vista familiar había una demanda también.

-Sos padre de Agostina (9 años) y de Guillermina (6). Cuando la menor nació, presentó problemas de salud. ¿Cómo fueron esos momentos?

-Muy duros. Guillermina nació con una malformación llamada atresia de esófago. No tenía el desarrollo completo del esófago. Estuvo cuatro meses internada en CTI y se fue para casa con cuidados especiales. Luego fuimos al Hospital Garrahan en Buenos Aires a hacer la operación. Fueron tiempos difíciles, sobre todo al principio. Los primeros dos meses estuve en todo momento en el hospital, pero luego tuve que volver a trabajar porque la vida seguía. Y en ese tiempo poner la cara al aire cuando tu hija está conectada a máquinas en un CTI era muy bravo. Pero bueno, hay que dar lo mejor de vos y trabajar.

-¿Cuál es la situación hoy?

-Por suerte hoy ella está divina. Le hicieron la cirugía en Buenos Aires y está muy bien. Es hermoso verla correr y sonreír.

-¿La malformación se diagnosticó en el momento de nacer o tuvieron algún aviso en las ecografías?

-Estando embarazada, un día mi señora fue a la peluquería. Pasaron dos tipos en moto y la robaron: le arrancaron la cartera y la tiraron al piso. El ginecólogo de entonces nos sugirió hacer una ecografía y evaluar si el golpe había tenido alguna consecuencia. Eso permitió ver que había algún problemita y se dio el diagnóstico. El golpe no tuvo nada que ver pero ayudó a descubrir esto que estaba. Ahí llegó el momento de la decisión: ¿Qué hacemos? Porque a veces este tipo de malformaciones vienen asociadas a cardiopatías congénitas o síndrome de Down. Fue una decisión muy difícil pero tuvimos contacto con gente que nos dio para adelante y nos dijo: "Van a pasar por mucho en el nacimiento pero hay cirugías reparadoras". Tomamos la decisión de no interrumpir el embarazo. Resolvimos tenerla y luchar. Y hoy estamos súper reconfortados con la lucha que tuvimos. Hoy la ves a Guillermina tan vital y te emociona.

-¿Cómo asumís el rol de la presentación de noticias?

-Es nuevo para mí. No es lo mismo presentar noticias en Arriba gente que en Subrayado. El noticiero tiene la dinámica, además, de incorporar mucho el vivo con los móviles. Tengo la ventaja de saber lo que pasa el movilero y eso también es un plus a la hora de presentar a un compañero y poder darle aire para que pueda moverse. Sobre la presentación en sí, la fundamental es la seriedad y credibilidad que le das a una noticia a cámara. Hoy luchamos contra muchos "ruidos" que se generan en torno a las noticias. El periodista tiene que tener más credibilidad que nunca para afrontar las fake news o versiones que desvirtúan, en redes sociales, los hechos. Las redes nos obligan a rechequear la información y a cultivar la credibilidad. Mucha gente se informa a través de Facebook o Twitter y hay un público que no conecta con los medios tradicionales de información. Así que si logramos que se siente frente a un televisor, el contenido tiene que ser con rigor y credibilidad.

-Desde redes sociales, da la sensación también que los periodistas están bajo la lupa.

-Totalmente. Estamos en un examen permanente en redes sociales. Al decir algo, por más que sea meramente informativo, una barra, la “Amsterdam”, te va a pegar y la “Colombes” va a usar eso mismo para felicitarte. Es increíble cómo se ha generado un "Nacional" vs. "Peñarol". De todos modos, no traspolo lo que pasa en el mundo con lo que pasa en Twitter porque hay mucha gente por fuera de esa discusión.

-¿Qué actitud tomás frente a esos comentarios de "barra"?

-Antes, por lo general contestaba cuando había discrepancias. Respondía a cada una de las críticas y trataba de argumentar. Hoy trato de no responder. También era un negador del bloqueo. Hoy, no te digo que soy un bloqueador compulsivo pero cuando hay una devolución con falta de respeto, ya no le doy más oportunidad a ese usuario. Bloqueo. Podemos discrepar pero siempre con altura. Una persona que descalifica e insulta no aporta.

-En campaña circuló una foto donde estaban compartiendo un cigarrillo con Daniel Martínez y se dijo que era marihuana. ¿En qué contexto fue esa imagen?

-Eso fue una fake news. La foto la sacó Darwin Borrelli, de El País, durante un desayuno de trabajo que fue hace años. Ni siquiera era contemporánea la imagen. Daniel Martínez no era candidato a nada en ese momento. Por ese entonces, estaba dejando de fumar y cada tanto salía y le decía a los periodistas que estábamos ahí: "¿Me das la última pitada?". Porque no quería prender un cigarrillo. En redes se desvirtuó, lo que me obligó, no a defender a Martínez pero sí aclarar el contexto de la foto. Hace unos días, me hicieron una cuenta falsa y después de los líos en Plaza Seregni y desde allí "se informó" que renunciaba el ministro Larrañaga. Otra vez tuve que aclarar que era una cuenta fake. Hay que estar atento a todas ese tipo de cosas.

-Se dice que este gobierno es más abierto comunicacionalmente, ¿cuál es tu visión como periodista?

-La diferencia con el gobierno de Vázquez es notoria. Tabaré tenía una forma de comunicación muy particular: eventualmente daba ruedas de prensa en alguna inauguración o evento pero no tenía una comparecencia en los medios tan recurrente como hace Lacalle Pou en este primer año de gobierno. Son estilos distintos pero uno nota que hay mayor apertura a comunicar de parte del presidente o del secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado. El antecesor, Miguel Ángel Toma, no hablaba, pasaba siempre por debajo del radar. Salvando enormes distancias, hay un punto de contacto entre Lacalle Pou y José Mujica en cuanto a la comunicación. El presidente tiene también eso de acudir a un lugar y romper el protocolo o en una recorrida va caminando y hablando con los medios o se aparece en un lugar de forma imprevista. Eso era muy de Mujica, que daba declaraciones de mañana, de tarde y de noche. Y Lacalle Pou tiene también esa accesibilidad. Más allá de que dicen cosas completamente diferentes, en eso son parecidos.

-Para los periodistas es mejor tener presidentes con esas características...

-Claramente. Para los medios es mucho mejor tener acceso al presidente y a voceros más abiertos. Tampoco hay que decir que nadie hablaba en el gobierno de Vázquez, pero no era tan fácil tener la voz de los jerarcas, empezando por el presidente.

-¿Con la pandemia cuánto cambió el trabajo periodístico?

-Mucho. No sé por qué los periodistas no estamos en los primeros lugares de prioridad para la vacuna porque estamos en la primera línea de combate. No trazo un paralelismo con la salud, pero hay un foco y allá vamos. Respecto al trabajo diario, la dinámica es más dificultosa. Hoy el entrevistado no le ve la cara al periodista en las ruedas de prensa. Porque está con un tapaboca y a distancia, con el micrófono extendido. Toda la comunicación se ha complicado.

-¿Al Frente Amplio le cuesta ser oposición?

-Se están reacomodando. El gobierno también está aprendiendo a ser gobierno. El tiempo irá poniendo las cosas en su lugar. Pero sí: creo que el Frente no ha logrado por ahora asentarse en el rol de la oposición. Vive además un momento un poco acéfalo entre (Javier) Miranda que se está yendo y no llega un nuevo conductor.

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