De niño ganó en "El show de Don Francisco", se volvió el contador de las estrellas y cuenta la clave del éxito

El chileno Marcelo Quezada provenía de una familia humilde cuando a los 14 años su vida dio un giro al ganar mucho dinero en "Sábado Gigante", estudió y hoy atiende a más de mil clientes.

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Marcelo Quezada.
Marcelo Quezada.
Foto: Gentileza.

Con 58 años, el chileno Marcelo Quezada se ha convertido en uno de los nombres de peso de su país. Eso se debe a una empresa importante que atiende a más de mil clientes, también a su amistad con una conocida conductora, aunque detrás de ese éxito se encuentra un chico de 14 años que quería ser tan famoso como Don Francisco y se enamoró de una joven que leía las noticias. Sobre su carrera, el premio que recibió en Sábado Gigante gracias a una pregunta de ingenio, su relación con Uruguay y cómo consiguió el apodo del “contador de los famosos”, es esta charla con Marcelo Quezada.

Siendo muy joven ganó un premio que le cambió la vida en El show de Don Francisco. “Desde chico asistí al programa Sábado Gigante, y a los 14 años me gané un premio, que fue el más grande que le dieron al público en el programa, por una pregunta de ingenio”, comenta Quezada, llamado “El contador de los famosos de Chile”. El profesional atiende la llamada desde su casa en Santiago de Chile, mientras una fuerte lluvia cae sobre la capital chilena.

Marcelo Quezada.
Marcelo Quezada.
Foto: Gentileza.

—¿Qué le preguntaron?
—La pregunta era: “En qué lugar de Chile la Cordillera de los Andes medía dos centímetros”. Era en la caja de fósforos Andes que es muy famosa en Chile. En ese momento me gané lo que vendrían a ser unos seis mil dólares. Mucha plata va a ser un niño de 14 años.

—¿Y qué hizo con el dinero?
—Hice lo que dije en el programa, la mitad de esa plata iba a ser para comprar cosas para mi casa y la otra mitad la guardé porque estaba estudiando el segundo año medio en el Instituto Comercial Contabilidad. Me acuerdo que le dije a don Francisco: “me gustaría ser tan famoso e importante como usted cuando sea grande”. Y con esa plata compré muchas cosas para mi casa porque soy de una familia de clase media baja. Mi mamá era madre soltera, vivía con mis abuelos, entonces fue un premio muy importante.

—También se hizo amigo de la conductora Raquel Argandoña.
—Sí, es como la Susana Giménez de Chile. A los 14 años me enamoré de ella e iba a verla al canal, porque acá en Chile están todos los canales juntos. Estaba Televisión Nacional y estaba Canal 13, donde se hacía Sábado Gigante, y ella era la lectora de las noticias en 60 Minutos, el programa de noticias más importante. Me acuerdo que tiempo después, cuando le pregunté por qué me había tomado en cuenta, me dijo: “porque vi en tus ojos, vi en ti que no querías ser del montón, querías ser una persona que apuntaba para arriba”. Y yo iba a los programas de televisión, salí como doble de Michael Jackson, hice un montón de cosas, y entre un canal y otro, pasaba viendo a Raquel. Con ella somos amigos hasta el día de hoy. Vamos a cumplir los 45 años de amistad y lo vamos a celebrar en mi apartamento en Punta del Este.

Marcelo Quezada.
Marcelo Quezada.
Foto: Gentileza.

—Al final tuvo razón, porque se convirtió en un nombre muy famoso en Chile.
—Sí, tengo una empresa de contabilidad muy grande que está dedicada a los doctores, que se llama Contamed. También estoy en la parte inmobiliaria. Cuando en el programa de Don Francisco, ya se hacía en Miami, me llamaron para ver qué había sido de mi vida y me dieron un premio por ser un ejemplo de la juventud hispana. Además me tenía de sorpresa a mi profesora de contabilidad, porque le había prometido a mi profesora que si me iba bien como contador, la iba a contratar, y actualmente tengo una cartera de más de mil clientes, con los doctores las más importantes de Chile.

—Dijo que tenía un apartamento en Punta del Este, ¿de dónde viene ese gusto por las costas uruguayas?
—Cuando era chico, mi abuelo era conserje en un edificio yo iba los fines de semana a ayudarlo. Nunca me voy a olvidar que siendo muy chico encontré un libro de casas y apartamentos de Punta del Este, y siempre lo miraba, lo revisaba todo. Creo mucho la ley de la atracción y que la vida es querer, y cuando uno se sacrifica y es perseverante, se pueden lograr las cosas. Y ese libro siempre lo guardé, lo tenía en casa, y le prometí a mi mamá que algún día me iba a comprar un apartamento en Punta del Este. Hoy día tengo tres apartamentos allí.

—¿Y ese libro era su único vínculo con Uruguay?
—No. Teniendo mi oficina de contabilidad en Chile, una oficina bastante grande, un día un médico amigo que hasta el día de hoy es amigo mío, cuando llega a Chile necesitaba arrendar un apartamento y que le llevaran la contabilidad. Nos hicimos muy amigos, es como un hermano para mí, y me invitó a conocer Punta del Este en 2007. En el año 2009 me compré mi primer apartamento allí.

Marcelo Quezada.
Marcelo Quezada.
Foto: Gentileza.

—¿Y cuál es la fórmula del éxito?
—El éxito es ser responsable y ser una persona transparente. Desde hace 25 años, tengo el mismo número de celular. Nunca lo he cambiado. Puedo estar en cualquier lugar del mundo y siempre contesto los llamados, porque eso es lo que necesitan los clientes.

—¿Cómo llega a ser el contador de los famosos?
—Mi amiga Raquel estaba casada con el único Fórmula 1 que teníamos, Eliseo Salazar, y ella me llevó a trabajar con su contadora. Al tiempo me independicé y me empecé a trabajar con médicos y también con muchas figuras gente de la televisión. Y ojo que yo soy el contador bueno de las estrellas, porque hubo otro un tiempo atrás que no hizo las cosas bien. Actualmente me dedico 99% a los doctores, a los médicos, por eso la empresa se llama Contamed. Al principio la prensa se llamó “el contador de las estrellas”, pero ahora solo soy el dueño de Contamed.

—Es la demostración de que querer es poder.
—Mira mi caso. No siendo rubio, de ojos verdes, ni midiendo un metro ochenta, uno le puede ganar a la adversidad. Hay muchas personas que a veces dicen “yo no puedo hacer eso”, y se puede. Yo no venía de una familia que tuviera plata, mi mamá era madre soltera, vivía con mis abuelos. Y cuando doy charlas motivacionales en colegios, los chicos me preguntan si pueden ser como yo, y yo los aliento a que lo sean. Cuando inauguré mi primera oficina, tenía 19 años, un doctor me dijo: “Marcelo, lo más importante en la vida es construir sobre rocas firmes, porque si construyes castillos en la arena, no te va a durar nada”. Y es así.

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