Denisse Legrand: "No me queda claro si la administración (Cosse) rechaza o avala la violencia"

Compartir esta noticia
Denisse Legrand
Nota a Denisse Legrand, Licenciada en Gestion Cultural y comunicadora uruguaya, coconductora del programa La Letra Chica de TV Ciudad y coordinadora del programa Nada Crece a la Sombra, en Montevideo, ND 20210629, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

ENTREVISTA

La comunicadora denunció por violencia a la directora de TV Ciudad, Alejandra Casablanca tras hacer un planteo para revisar contenidos que consideraba “de choque” y “militantes”. Aquí, su versión.

—De acuerdo a lo que trascendió, las diferencias con la dirección de TV Ciudad tenían que ver con una intención tuya de tener incidencia en los contenidos de La letra chica. ¿Fue así?

—Sí. A mediados de junio presenté renuncia y una serie de planteos. Esos planteos tenían que ver con diferencias entre lo que me habían planteado en la contratación con lo que estaba sucediendo. Me habían dicho que tendría incidencia en los contenidos y eso no fue así. No participaba de la toma de decisiones y no me gustaba el camino que había tomado el programa. Me hacía mal como comunicadora y no representaba la comunicación que a mí me gustaba generar.

—¿Cuál fue la primera devolución que tuviste?

—No se me aceptó la renuncia pero sí se me dijo que los planteos iban a ser considerados. Luego de algunas semanas se produjo este episodio de violencia con la directora, del que no puedo contar detalles por el compromiso de confidencialidad del proceso.

—Cuando decís que no te sentías representada por la comunicación de La letra chica. ¿a qué tipo de contenido te referís?

—La comunicación del choque prefiero evitarla. Prefiero una comunicación de articulación. Me parece además que no debe ser el rol de un medio público, que tendría que ocupar un espacio para democratizar contenidos de calidad y democratizar discusiones. Parte de democratizar discusiones tiene que ver con poder generarlas y visualizar distintas posturas e intercambiar. No sentía que eso fuera parte de la propuesta del programa. En mi caso, los espacios de militancia los tengo bien definidos y no me sentía cómoda en ese lugar. Había toma de posturas políticas que no eran consultadas con los conductores. Si voy a representar algo, quiero ser parte de la discusión. Empecé a sentir que el espacio que uno ocupa lleva un proceso, un camino y una forma. La legitimidad es muy difícil de ganar y muy fácil de perder.

—¿Te referís a una militancia política?

—Una persona con mucha experiencia en los medios me dijo: son como hinchas y esto es una guerra. Vos estabas en la primera línea disparando. De repente, bajaste el fusil y dijiste: “No quiero disparar más”. ¿Cómo esperabas que reaccionaran?” Mis pelotas las corro todas. Pero la de las programa no sentía que fueran mis pelotas.

—¿A tu juicio ese proceso se fue incrementando?

—En todo 2021. El correlato ha sido la pérdida de audiencia. Me pasaba que personas que me querían o mi familia dejaban de ver el programa porque no se sentían a gusto. Uno tiene una vida más allá de lo que se ve en la pantalla. Cuando no es representativa de la forma de vivir y de hacer política también, porque yo hago política, es difícil de sostener. El programa había tomado un camino que no tenía demasiadas alternativas para retomar lo que fue en 2020. Había hinchadas, de un lado o del otro, que por lo que decían se notaba que ni siquiera miraban el programa. Ni de un lado ni del otro. Entonces era difícil salir de ese lugar en que estábamos posicionados. Y eso genera daños: a los que ponemos la cara, al programa, a un medio público. No hubo recepción para escuchar, no se quiso volantear porque estaban convencidos de que era el camino. Por eso plantee irme del programa de la forma más amena posible. Pero no aceptaron la renuncia. Presenté una serie de planteos en este sentido, que fue lo que tomaron, entre las que estaba poder tener una reunión de equipo. Después de esa reunión de equipo, que estuvo bien y habíamos llegado a un acuerdo, la dirección del canal me pidió una reunión que se dio minutos antes de salir al aire y rompió todos los límites. Ahora oficio como chivo expiatorio y estas son las reglas del juego, pero esta lectura de la situación y del devenir del programa no era sólo mía.

Denisse Legrand
Denisse Legrand y Diego González en La Letra chica.

—¿El planteo de tener incidencia te lo aceptaron?

—La reunión con la directora donde se generó el episodio fue el 30 de junio. Ella comienza a hacer una devolución de mis planteos y me dice que no es mi rol tener incidencia porque yo era “netamente” (esa fue la palabra que usó) una conductora. Luego se genera la situación de violencia y de maltrato. Yo no reaccioné en ningún momento. Estoy entrenada por mis otros trabajos y por mi experiencia de vida para no reaccionar en los espacios de tensión. Fue muy duro. Luego de eso agoté todos los mecanismos institucionales para encontrar un camino para subsanar lo que había sucedido. Se me ofreció un montón de cosas, un programa propio y otras cosas que no son lo que uno espera cuando vive una situación de violencia. Ante la falta de respuestas presenté la denuncia en Gestión Humana de la Intendencia.

Hace unos días esa repartición emitió una resolución para encomendar una investigación administrativa. Pero tú la recusaste, ¿por qué?

—Estoy completamente de acuerdo en que exista una investigación administrativa. Pero no estoy conforme con la forma de la resolución, sobre todo porque va contra la propia norma. Por un lado tenemos la cuestión del cuidado de la identidad. La normativa municipal que regula las investigaciones administrativas prevén la reserva de identidad. En la resolución se me nombra y no a Alejandra Casablanca, la parte denunciada. Por otra parte, el “visto” de una resolución debe establecer el objeto a analizar, en este caso la denuncia de la situación de violencia. Pero si uno lee el visto de esta resolución parece que el asunto a analizar soy yo. Tampoco se plantean los antecedentes, ni se menciona que la propia administración planteó de oficio una denuncia y que existe un informe de unidad de género que plantea determinadas cosas. Nada de eso está.

—Además, en la resolución se determina que la investigación será con el fin de “deslindar responsabilidades”....

—Es verdad. Si uno ve la normativa sobre los objetivos de la investigación administrativa refieren a comprobar si hubo irregularidades y determinar las responsabilidades. Es muy extraño que se hable de deslindar responsabilidades. De todos modos, este es un aspecto recurrente en la Intendencia. Es un error que se repite en otras resoluciones.

—En la redacción también se plantea que de forma “unilateral” dejaste de asistir a La letra chica.

—Eso es mentira y todo está explicitado en la denuncia. Mantuve reuniones con varias autoridades y las autoridades fueron las que me plantearon que dejara de asistir al canal dado lo que había ocurrido. Además, en los momentos en que yo plantee más de una vez cuáles eran las garantías o si cabía la posibilidad de que hubiera un espacio libre de violencia, no obtuve respuesta.

—¿Recibiste una comunicación formal en el sentido de dejar de ir al canal?

—Me imaginé que podía haber un movimiento de este tipo y le escribí un correo electrónico a Ana de Rogatis (directora de comunicación de la Intendencia) planteando la situación que habíamos conversado en reuniones cuando se me planteó que no siguiera concurriendo hasta que no haya resolución sobre la problemática. Ese correo me lo respondió aprobando lo que ellos me habían planteado. Una copia del correo fue adjuntada a la denuncia.

Denisse Legrand, comunicadora
Denisse Legrand, comunicadora. Foto: Estefanía Leal

—Si el correo está en la denuncia, no lo leyeron o no te creyeron.

—Todos los elementos están en la denuncia. En ningún momento me encontré con una administración dispuesta a generar los mecanismos necesarios y que deben activarse en casos de violencia laboral. Al contrario: me encontré con una administración que me solicitó que deje de concurrir o que comenzó a hacer averiguaciones.

-—Te referís a la consulta de “antecedentes de conflictividad” que hizo Gabriel Romano, a la excúpula del Ministerio del Interior?

—Eso existió. Y cuando uno se pone a pensar en el “para qué”, no hay otra respuesta que para construir lo que hace el antifeminismo. Que es la construcción de la mala víctima. Si se logra denigrar a la víctima, parece ser que su denuncia pierde mérito, al menos públicamente. Ese es el accionar que tanto se critica. Tampoco hubo un pronunciamiento de la jerarquía porque su jefa, Ana De Rogatis, estuvo al tanto de esta averiguación. En el fondo no me queda claro qué es lo que piensan. Si está bien o mal. Y saberlo es algo muy importante porque estamos en democracia y en un momento en que muchas personas militamos para que esas cosas no pasaran. No se entiende. No se entiende el “para qué”. Quizás lo hay y me encantaría saberlo en ese caso. Mientras no me lo expliquen, pienso que lo hicieron para denigrar a la persona y buscar mecanismos de descrédito.

-—¿Como sigue el proceso?

—Presenté el recurso de revocación en secretaría general y esto ya está en la Unidad de sumarios. Ahora debería haber una nueva resolución.

—¿Has tenido acceso al expediente?

—El miércoles fui a tener vista al expediente. Contiene la denuncia y el informe de la Unidad de Género de gestión humana.

—A nivel global, ¿cuál esperás que sea el resultado? Que la directora sea sancionada, que haya una reparación? ¿Te interesa volver a TV Ciudad?

—Me preguntaron muchas veces desde la institucionalidad qué era lo que yo quería. No me corresponde a mí definirlo. Lo que hubo fue una situación de violencia. Una jerarquía política rompió los límites y es la política la que debe tomar la decisión. No se le puede encomendar a quien atravesó la situación que defina qué es lo que quiere. Lo que quiero es esperar la investigación administrativa, encontrar los resultados y valorar ese proceso porque no soy la primera ni la última que pasó por esto. Será la administración la que resuelva. Es su responsabilidad no la mía.

—¿Has tenido contacto con el sindicato de Adeom?

—Me acompañaron desde el sindicato del canal. Me comentaron la existencia de otra situación similar con una compañera. Anexé la carta de ella a la denuncia y esa fue la forma en la que me acompañaron. Sobre Adeom, no sé cuál es su postura. Me interesaría conocerla porque no hubo pronunciamiento.

—Carolina Cosse hizo un pronunciamiento público sobre el caso. Dijo que estaba en la órbita de jurídica. ¿Qué pensás de su comentario?

—Nunca me quedó clara cuál es la postura de la administración respecto a esta práctica. Ante la presentación de la situación de violencia, la decisión política que tomaron fue ayer yo como denunciante deje de concurrir. Y en particular, no sé qué postura tienen respecto a las situaciones colaterales que se generaron, como la averiguación que intentó hacer un asesor y no pudo porque la respuesta que obtuvo de quienes consultó fue que se ubique. No sé si esta es una práctica institucionalidad admitida, no sé si eso hacen los asesores. No sé si la rechaza o lo avala. La intendenta se abstuvo de hacer comentarios sobre el tema de fondo y solo dijo que estaba en la órbita de jurídica de la Intendencia. Pero esto es político. La judicialización de la política es un camino a tomar cuando uno no tiene respuestas políticas. Y si uno no rechaza las situaciones de violencia y las prácticas que no corresponden cuando se dan estas situaciones, entonces está a favor de ellas. En reuniones, la directora de comunicación me incitó recurrentemente a que presentara una denuncia por violencia contra la directora del canal porque decía que “estaba contra la violencia ante todo”, “que ya había tenido casos similares y los había resuelto como nadie en la historia” y que ella “respaldaba a la víctima siempre”. Les dije varias veces que se iba a hacer público y que iba a ser un perjuicio para todos: para mi, para la denunciada, para el programa, para el canal, para la gestión. Igual me pidieron que hiciera la denuncia. Pero después fue su asesor quien recurrió a prácticas antipolíticas no acordes a esta época y se ve que después de que presenté la denuncia que se me insistió en que presentara y que se filtró sin que se respetara la confidencialidad, se dieron cuenta del impacto que significa teniendo un discurso antiviolencia para afuera y esta situación inamovible dentro, la estrategia fue abroquelarse. Ese es el mensaje y es una decisión política.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Denisse Legrand

Te puede interesar