DRAMÁTICO
Juan Sebastián Rodríguez (o para todos “Juanse”) se sumergió hace un año en una profunda depresión que lo mantiene en una cama casi sin levantarse. “Este es un grito de auxilio”, expresa.
La última aparición de Juanse Rodríguez en televisión fue en Diseñarte (Canal 5) a mediados del 2020. Poco antes había tenido participaciones esporádicas en el panel de Algo Contigo (Canal 4) junto a Luis Alberto Carballo. Pero desde hace un año, pandemia mediante, el actor se encerró en su casa y fue absorbido por una depresión. Le diagnosticaron TAG (Trastorno Ansiedad Generalizada) con fobia social, ataques de pánico y depresión aguda. A su delicado cuadro de salud mental, se le sumaron problemas para movilizarse debido a la intensa medicación, e inconvenientes económicos por percibir ingresos reducidos. “Lloro lágrimas de sangre”, resume en un desesperado diálogo con Sábado Show.
El actor sufría de ataques de pánico desde hace años, pero fueron aumentando y con mayor intensidad durante los meses de encierro por la pandemia. Complicaciones de salud física y el cierre de los teatros fueron una combinación dramática para la estabilidad emocional del actor. Antes de darse cuenta, estaba sometido a una estricta rutina de medicación y había perdido las fuerzas hasta para levantarse de la cama. “Lo que se sufre no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Uno sufre tanto que todos los días está contracturado por las ganas que tiene de querer estar bien, pero ve que las cosas no le salen”, detalla.
El artista combate su cuadro con una variedad de ansiolíticos y antidepresivos, que los suma a la medicación contra la hipertensión e hipotiroidismo. Según narra, en varias oportunidades el remedio es peor que la enfermedad y el cóctel de medicamentos le deja como resultado una severa serie de efectos adversos. “Estoy perdiendo masa muscular y a la vez estoy hinchado”, muestra.
Además del cambio en su aspecto, el actor presenta dificultades para movilizarse: “Hay días que estoy todo el tiempo temblando, entonces me cuesta caminar. He tenido que subir en cuatro la escalera de mi casa, y hay veces que no puedo ni bañarme de todo lo que tiemblo”. Asegura que no siente que la medicación lo ayude, pero tampoco la puede dejar porque “es adictiva”. “No sé dónde está la salida”, lamenta.
El psicólogo al que acude Juanse apuesta al largo plazo y le advierte que esta situación “se va trabajando”, pero a él le cuesta vislumbrar un horizonte. “La gente te da consejos, pero no es fácil. Yo comprendo todo lo que tengo que hacer, pero por más que haga fuerza no puedo. Con toda la medicación, no soy ni consiente de poder reaccionar”, explica.
El límite llegó hace unos pocos meses. El actor y director pasó cuatro días de corrido sin siquiera levantarse para servirse un vaso de agua, por lo que sintió que no había más opción que tomar la drástica decisión de internarse por cuenta propia en una clínica de salud mental. “Fue una experiencia casi carcelaria”, recuerda. “Fui pensando que me podían ayudar y sacar adelante. Pero fue mucho peor. No había gente que supiera trabajar la depresión ni lo que me estaba pasando”, describe.
El estado crítico lo alejó de sus amigos, a quienes no quiere “amargar”: “Hay .algunos que han estado al pie del cañón. Pero todo el mundo tiene su vida y sus cosas. También a veces miento para tapar lo que me pasa. Dejo de atender el teléfono para que no me escuchen llorar. No es por vergüenza, es por no hacer sentir mal a los demás”, relata.
Hay un solo elemento que lo hace salir adelante: el amor de su familia. Juanse no tiene padres, pero sí un vínculo muy cercano a sus hermanos Cristian y Karina, y a sus sobrinas preadolescentes Valentina, Catalina y Luzmila, que viven en Colonia: “Ellos son lo único que me hace bien”. Desde que empezó con problemas para movilizarse, Juanse desistió de viajar a compartir tiempo con ellas como hacía antes, pero sabe que “están pendientes” de su situación. “Sufren mucho por todo lo que estoy pasando”, expresa entre lágrimas.
Factor económico.
Al actor le preocupa especialmente el impacto de su situación de salud sobre la laboral. Es que vive de su trabajo artístico y debido al cierre de los teatros durante la pandemia casi no percibe ingresos desde hace más de un año. “Las deudas sumadas a los problemas de la salud son un combo sin salida”, sintetiza.
Y describe: “Estoy casi en situación de calle. Lo que tenía ahorrado ya lo consumí. No tengo sustento. Tengo que pagar mi casa y la comida.Tengo que elegir entre comer o comprar la medicación”.
Para colmo, ingresó en un círculo vicioso en el que su condición de depresión le impide generar nuevos proyectos, y a su vez no tener trabajos nuevos lo hunde todavía más en un quiebre emocional y financiero. Si bien sostiene que sus amigos le han “dado una mano”, entiende que “la gente ayuda una vez y no se puede estar mendigando”.
Pese a la delicada situación, Juanse por momentos deja ver algo de optimismo e identifica un halo de luz que podría ayudarlo a encontrar un nuevo impulso. Considera que un nuevo trabajo que no esté gestionado por él mismo le permitiría escapar de la espiral de angustia en la que se encuentra perdido. Y voluntad no le falta. “Yo no quiero dejarme vencer. Tengo que concentrarme en mi propia fuerza para salir adelante y tratar de superarme”, evalúa. De hecho, cuenta que se presentó al casting para formar parte del programa Amamos el Talento (Canal 10), aunque no tuvo la suerte de quedar seleccionado.
“Pienso que con un laburo activo podría tener la cabeza más ocupada y salir del círculo en el que estoy. No tengo otra opción”, señala racionalmente. Así, que pese a la cargada mochila que lleva a cuestas, Juanse no se deja vencer y tiene por objetivo regresar pronto a la actividad para salir de la situación en la que se encuentra. “No voy a dejar que esto me aplaste”, cierra.