El Auto Fantástico (Knight Rider, según su título original) fue una serie de televisión que se convirtió en un ícono de la cultura pop desde su estreno en 1982. Creada por Glen A. Larson, la trama gira en torno a Michael Knight, un ex-policía interpretado por David Hasselhoff, quien se convierte en el protagonista de una lucha clandestina contra el crimen.
Sin embargo, el verdadero diferencial de El Auto Fantástico es su inseparable compañero: KITT, un automóvil inteligente y altamente avanzado con capacidades sobrehumanas. La serie fue producida por Universal Televisión y en Uruguay se vio en los años ‘80 por Canal 4.
Se extendió originalmente por cuatro temporadas hasta su cancelación, en 1986. De todos modos, el furor de los fanáticos hizo que se hicieran películas con posterioridad y una remake en el año 2008.
En un mundo televisivo saturado de personajes heroicos, el atractivo de El Auto Fantástico radicó en su mezcla de acción, ciencia ficción y tecnología futurista, elementos que fascinaban a la audiencia de los años 80. KITT no era un coche común y corriente.
Este vehículo fue una maravilla de la ingeniería, dotado de inteligencia artificial, comunicación en tiempo real, y una vasta gama de funciones que lo hicieron casi invulnerable. Desde su diseño elegante hasta su voz, interpretada por el actor William Daniels, KITT se convirtió el verdadero corazón de la serie, un personaje más que un simple accesorio.
No todo en la serie es sobre acción y tecnología. También ofrece momentos de reflexión sobre el sacrificio personal, la lealtad y la amistad, en especial la relación entre Michael y KITT, que trasciende lo mecánico. La simbiosis entre ambos personajes logra que el coche no solo sea una máquina, sino un verdadero aliado y amigo.
KITT era un Pontiac Firebird Trans Am negro modificado para su participación estelar en TV. La tecnología de KITT fue visionaria para su tiempo. A pesar de que hoy en día la idea de un coche con inteligencia artificial parece relativamente común gracias a los avances tecnológicos, en los años 80 este concepto era revolucionario.
Para David Hasselhoff, la serie implicó un salto en su carrera. Luego sería protagonista de varias películas y de otra serie recordada: Baywatch o Guardianes de la bahía.
En cuanto a KITTY, hay que decir que fue solo un auto, sino que se emplearon 19 Pontiac para los rodajes de la serie. De ellos, Hasselhoff se quedó con dos y uno de ellos salió a remate el año pasado.
Esperaba recibir cerca de un millón de dólares por el auto, pero terminó vendiéndolo en 300 mil dólares, a un coleccionista anónimo y muy nostálgico. Y se dio por satisfecho, ya que en el 2007 otro modelo se vendió por 150.000 dólares y en 2010 un fanático logro la ganga de su vida al comprar otro en solo 29 mil dólares.