El drama de Judy Del Bosque por tener a todos sus familiares en Israel: "Es desesperante"

La familia de la maga y comunicadora se encuentra en Israel, que desde hace varios días enfrenta violentos ataques terroristas. "Es una guerra de intolerancia", lamenta.

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Judy Del Bosque.
Judy Del Bosque.

Redacción El País
Cada vez que Judy Del Bosque habla con sus padres por teléfono puede sonar la sirena y ellos se deben ir al refugio antibombas. La maga queda, en Uruguay, “rezando”. La comunicadora revela que quedó en shock al enterarse del ataque que inició Hamás. Cuestiona la desinformación con la que políticamente se habla del conflicto a nivel local y espera ir pronto a Israel para “abrazar” a sus familiares y amigos.

-¿Cómo te enteraste y cuál fue tu primera reacción frente al ataque de Hamás a Israel?

-Quedé en shock. Inmóvil. Aterrada. No podía creerlo. Madrugada de sábado, veo en redes el ataque realizado por Hamás, en medio de un festival de música electrónica por la paz, en Israel. Asesinaban a más de 250 chicos, que se encontraban bailando en la fiesta. Se llevaron secuestrados cientos de chicos como trofeo. Al mismo tiempo, entraron con metralletas a los kibutzim, comunidades agrícolas, asesinando a todos los habitantes. Prendieron fuego a madres que murieron frente a sus hijos pequeños. Familias enteras asesinadas, bebés decapitados, un horror despiadado filmado por ellos mismos, orgullosos. La organización terrorista Hamás, lanzó miles de proyectiles ese mismo sábado. La cúpula de hierro, el invento israelí que detecta y explota los misiles en el aire, atajó un sinfín. Era inimaginable una masacre semejante.

-Tienes familiares y amigos allá, ¿cómo es el contacto? ¿De qué manera se vieron afectados?

-Toda mi familia vive en Israel. Mis padres, hermanos, sobrinos, tíos, un montón de amigos. Mi sobrino en un tanque, en la franja de Gaza, amigos que estaban en el festival, los mataron, otros dos fueron secuestrados por Hamás, como tantos cientos. Yo hablo con mamá por teléfono, suena la sirena y tienen que correr con mi papá al “miklat” (refugio), un cuarto blindado anti bombas. Yo quedo temblando, rezando por ellos. El pueblo judío tiene algo que no sé si existe en algún otro: no importa si conoces o no a la persona, si es tu pariente o tu conocido, el ser que está sufriendo, es siempre tu hermano. Y harás todo por salvarlo. Esa es la razón por la que aún no han podido exterminarnos. Ni el holocausto, ni la guerra de Iom Kipur, ni esta masacre horrorosa. Estamos juntos, abrazados, rezando por cada una de las almas. Cada una importa. Cada una cuenta. Hay una red de solidaridad increíble en Israel: se juntan abrigos, alimentos, toallas, sábanas, para las personas que lo han perdido todo. Se brinda apoyo psicológico a las familias que han perdido seres queridos, que han sido asesinados. Se visitan a los internados en hospitales. Es único el amor que ahí sientes.

-Viajas con mucha frecuencia. ¿Cuál había sido tu última visita a Israel?

-Estuve hace un mes. Y al contrario de quienes han regresado, estoy desesperada por ir a abrazar a mis padres. Quedarme con ellos en su casa, cuidarlos, acompañarlos. Están grandes, es desesperante saber que están viviendo bajo las bombas.

-Si bien es un conflicto latente, da la sensación de que nadie esperaba un ataque así. ¿En la cotidiana, qué tan preparada está la gente para la guerra?

-Israel ha estado amenazado permanentemente por sus vecinos de frontera. Lamentablemente tiene que haber seguridad por todos lados: revisan tu mochila cuando entras en cada lugar, por si llevas un arma, chequean autos cuando observan algo extraño. Todo el tiempo los soldados están neutralizando terroristas de Hamás o Hezbolá, que atropellan gente en las paradas de ómnibus, o llevan un cuchillo para matar a alguien en la calle, o deciden inmolarse al grito de “Allahu akbar!” que significa “Dios es grande!”, con su cuerpo cargado de explosivos, para matar la mayor cantidad de seres, y así llegar al paraíso prometido con no sé qué cantidad de vírgenes. Así son criados, de niños ya con metralleta en mano y todo el odio posible hacia el pueblo judío, y cualquier persona que no piense como ellos. No se vive con miedo, la verdad. Se vive en estado de alerta, eso sí. La fe y la fuerza del amor que allí respiras es mucho más enorme que el miedo.

-¿Esta situación ha generado algún tipo de cambio en los planes familiares? ¿Tus familiares quieren irse? ¿Tú quieres que se vengan?

-Cero. A ninguno de mi familia se le ocurriría volver. Si bien nacieron todos en Uruguay, aman vivir en Israel, tienen ese sentimiento fuerte por el estado, por pertenecer, por estar cerca de Dios. Son muy felices allá. Y yo, la verdad, soy cero egoísta. No se me ocurriría pedirles que vinieran. No solo respeto su decisión de vivir allá, sino que he sido yo misma quien les dijo a mis padres: “Váyanse” Es ahí donde tienen que vivir, rodeados de hijos y nietos. Los israelíes no solo no escapan, sino que hay miles de ciudadanos, que no están convocados al ejército, y resolvieron de modo voluntario, enrolarse para ayudar.

-¿Qué te genera el enfrentamiento político en relación a los pronunciamientos sobre el conflicto en Israel? Si se califica a Hamas como terrorista o al contrario, “suavizan” su reclamo.

-Me preocupa la desinformación de algunos grupos, que desconocen la historia completa desde sus orígenes del Estado de Israel, de su formación democrática, libre y soberana, reconocida por toda la humanidad, excepto por estos grupos terroristas, que siempre han pretendido llegar a su objetivo por la fuerza y el terror. No es un problema con los árabes, con quienes hemos convivido en PAZ durante toda la historia, sino con aquellos grupos fanáticos que no están dispuestos a sentarse a dialogar, y ponen en peligro a toda la humanidad, pues se han convertido en una amenaza global, sin importar raza, religión, o postura política. Es triste que Gaza sea un país independiente, y producto del dominio de Hamás, no haya podido prosperar. Invierten fortunas en armamentos, en atacar civiles, en vez de construir plantas de energía eléctrica y agua potable para su población. Hasta la fecha se los sigue proveyendo Israel. Mi Rabino vivía en Jerusalem, y era visitado y consultado tanto por judíos como por árabes. Un día, una de estas personas, árabe, tenía su hijo muy grave, y le pidió al rabino que rezara por él. Así de amigable es el trato.

-¿Cuál es tu visión de la postura del gobierno nacional sobre el conflicto?

-Uruguay, ha sido un ejemplo de rectitud e imparcialidad. Ha calificado el cobarde ataque del grupo terrorista Hamás, como inaceptable, que nada justifica el ataque a civiles en forma indiscriminada. Ha expresado su total solidaridad con Israel.

-Es un conflicto largo, ¿crees que hay una solución posible a corto plazo?

-Golda Meir, la “dama de hierro”, 4ta primer ministra de Israel, dijo: “Habrá paz en Medio Oriente, solo cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que odian a los nuestros”. Esta es una guerra a la intolerancia. Tenemos que unirnos todos, si queremos buscar la solución a un mundo de mayor diálogo y aceptación, entre seres humanos diferentes, pero que podemos ser capaces de buscar lo que nos une y nos permita crear un mundo más comprensivo y solidario.

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