Por: Ximena Aleman
Son 40 años de música. En estas páginas Jaime Roos, el músico más uruguayo, los repasa en 20 minutos.
-Desde la primera canción con Epílogo, allá por el 70, ¿cómo ha cambiado tu relación con la canción?
-Mirá, nos seguimos saludando. No cambió. Nos seguimos saludando. Sería muy raro que cambiara para un músico la relación precisamente con la canción.
-O sea que a pesar de los años, el ejercicio y la práctica, seguís sintiendo lo mismo...
-Mirá, escribí Cometa de la farola en 1976 y luego El hombre solo en el 2007. Si sacás la cuenta son 31 años. En el medio escribí Colombina, Amándote, los futuros murguistas, Durazno y Convención, Si me voy antes que vos y Los Olímpicos. Y Colombina. Y todas esas a lo largo de 30 y pico de años… ¿cómo va a cambiar mi relación con la canción? Sería muy raro.
-¿Y con la murga?
-Tampoco. En el año 2007 salió el álbum Fuera de ambiente. En ese álbum había tres murgas: De la canilla, Catalina y Por amor al arte, y bueno, también pasaron 31 años.
-En una nota decías que hacés música uruguaya con actitud rock...
-Sí, sí. Yo no hago música uruguaya por hacer algo folklórico o antropológico, sino que la fusiono. No es folklore puro. Hay una serie de elementos del rock y una serie de elementos de la música clásica y latinoamericana, brasileña e incluso asiática. Ahora, la actitud, cuando nos subimos en el escenario con mi banda, la forma en que nos paramos, la forma en la que cantamos y encaramos el show, se puede decir que es rock. Yo vengo del rock, además de venir del barrio donde nací. Vengo de un barrio de murga y candombe, con una madre que era del interior de donde aprendí milonga y chamarrita. Pero a los 16 años ya me ganaba unos pesos tocando en bailes de rock and roll, en la primera generación de fines de los `60. Y eso no lo perdí nunca.
-Recién nombrabas los temas más conocidas. ¿Qué ocurre con los hits en tu caso? Si no te gusta cantarlos, como le pasa a Fattoruso con Brake it all, si los disfrutás, si en un principio dejaste de disfrutarlos por la reiteración que implicaba hacerlas, si después te reconciliaste...
-¿Si me aburrí de hacerlas? ¿Cómo me voy a aburrir de hacerlas? Salvando todas las distancias, ¿no? Da Vinci pintó la Gioconda ¿no? Viene algún día alguien y le dice `¿no te aburriste de mirar la Gioconda?` Es el cuadro más famoso del mundo. Entonces, y bueno, salvando las distancias, para mí Colombina es Colombina, es la canción que yo amo y ha sido amada por mucha gente. Yo le he visto la cara a la gente y he visto gente llorando. Yo no me puedo aburrir de hacer esas canciones porque además hago otras. Depende del espectáculo. Yo hice Hermano, te estoy hablando en el 2008 donde no hacía ni una de esas canciones, ni un solo hit. Sin embargo, ahora estamos haciendo un espectáculo, que se llama Clásico, con los temas que me piden, ya que estoy preparando una película sobre el Mundial de Sudáfrica y no tuve tiempo de componer material para un nuevo disco. Y en el momento de subirme al escenario no hay ninguna canción que me aburra. A veces, si tengo que hacer un repertorio que siempre toco me da un poco de pereza, pero las canciones no tienen la culpa. Al momento de pisar las tablas e interpretar yo canto Cometa de la farola como la primera vez. Hay artistas que reniegan de sus hits. En el caso de Hugo con Rompan todo (Brake it all) es una canción que él hizo dentro de un panorama comercial, como eran Los Shakers, él en realidad reniega de Los Shakers.
-No preguntaba sobre ellos en particular, era un ejemplo...
-Es distinto el ejemplo, es algo que él hizo sin querer hacerlo, a mí me encanta Rompan todo, me parece tremenda canción. Hay otros autores que se niegan a hacer las canciones que compusieron honestamente. Si le pedís a Spine-tta que haga Muchacha ojos de papel te da con la guitarra por la cabeza. Yo no soy así, yo doy la cara por todo lo que hice, más por todo lo que hice que es lindo. Si viene alguien y me dice: Jaime, por favor cantá Amándote, ¿yo qué le voy a decir?, ¿no la escuchaste 500 veces?` Si la quiere escuchar, la quiere escuchar. Esa canción la escribí yo y me siento muy orgulloso de haberlo hecho. Soy de los que considera que cuando uno está en un concierto en vivo es el anfitrión de la fiesta y los invitados la tienen que pasar bien. Y si uno grita Colombina y otro grita Si me voy antes que vos, yo voy a hacer Colombina y voy a hacer Si me voy antes que vos. Si me fueron a ver a mí precisamente para escucharlas.
-Y al momento de componer, ¿sentís que el estilo y lo que la gente espera escuchar te coarta?
-No, es exactamente lo opuesto al concierto. En el concierto lo que me importa es la gente que va, que paga una entrada, que se desplaza de su casa para ver un recital, que hace un sacrificio par ver al artista. En el disco el público es de palo, no existe. Soy yo el que tiene que estar contento. Además, yo soy muy ecléctico en el estilo. No se trata de que emplee una música, puesto que si escuchás mi discografía estilísticamente hay una paleta que se abre que es muy amplia, hay como un abanico. Hago lo que tengo ganas de hacer y ahí no dejo ni siquiera que mi mejor amigo venga a decirme lo que quiere que haga. Ahí soy yo que hago lo que quiero con la esperanza de que le guste a los demás. Suponiendo que le guste a los demás, si voy a un concierto y me piden esas canciones, las toco.
-Considerando eso que decías anteriormente, de que tu música es muy ecléctica, ¿cómo has logrado actualizar tu estilo disco a disco, experimentando y al mismo tiempo manteniendo la identidad?
-Lo hago como me sale. Yo jamás dije que iba a experimentar. Yo jamás dije que iba a mantener mi estilo. Nunca, en ningún disco. Yo hago lo que tengo ganas de hacer. En términos generales a mí se me considera murguero, yo lo soy pero por acumulación. Fijate que en mis álbumes yo hice solamente una murga por disco. Las otras nueve canciones no eran murgas. Pero qué pasaba, eran las que tenían más éxito. Entonces si juntás todas las murgas decís `la actividad principal de este tipo es la murga`. Yo escribí 20 canciones en forma de murga, de las cuales 18 tuvieron un éxito descomunal. Y de repente, se me ocurrió hacer un disco más electrónico, como 7 y 3 en un momento en que no tenía que hacerlo, puesto que el público me estaba pidiendo otra cosa, y cuando hice el álbum La Margarita me quedaron mirando como que estaba loco. En mi último disco, Fuera de ambiente, hay de todo: candombe, murga, rock and roll y milongas y una chacarera, pero todas con un determinado estilo, que yo fui logrando con los años en la forma de cantar y en la forma de arreglar y de tocar y eso no puedo evitar tenerlo. Es como que te pidan que cambies la cara y la voz. Como yo soy sincero al momento de escribir, muestro mi cara y muestro mi voz, no me ando poniendo las caretas de la moda. Nunca lo hice. Me podría haber salido mal, puesto que insisto, siempre hice lo que quise. Pero no. Es algo que la gente aprecia, porque sabe que yo canto lo que quiero cantar. A partir de mi tercer disco, ante mi sorpresa, un día escuchándolo me di cuenta de que había encontrado mi estilo. Los primeros dos discos fueron exámenes de ingresos a pesar de que hay tres o cuatro canciones muy buenas en ellos. Pero no fueron discos bien terminados. Yo no dije: "voy a tener mi estilo". ¿Cómo se hace eso? Claro, tuve muchas influencias: Urbano, Mateo, Rada, Zitarrosa, El Sabalero, Dino. Con esos tipos yo aprendí a cantar porque cuando uno es chico, uno agarra la guitarra y canta y trata de poner la voz como el otro que escribió la canción. Eso es muy adolescente. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que se fue asentado un tipo de canto. En cierto momento la gente empezó a decir que yo cantaba raro que les gustaba cómo cantaba y que yo tenía mi estilo propio. Y efectivamente fue así. Pero yo no puedo ni describir ni determinar cuándo fue que fui agarrando mi forma propia de cantar. Se fue dando con el tiempo. No empecé con un estilo propio a los 16 años, se dio a los 22 años... Una pregunta: ¿la nota para qué número es de Sábado Show?
-El número 2000
-Vaya mi felicitación cumpleañera para la publicación, dejando en claro que yo no me olvido que los primeros que me apoyaron acá en el Uruguay cuando volví de mi exilio holandés fueron Sábado Show y El País de los Domingos. Buenas notas, extensas, con fotos y bueno... esas cosas no se olvidan. Por eso esta felicitación es muy sincera.