El Gucci está de vuelta y proyecta megashow aniversario: "Volví a tener la energía que había perdido"

El artista musical prepara un gran show en Botánica Sala para celebrar los 12 años de una carrera que supo de apogeos, subidas y bajadas. Luego de un proceso de trabajo interior fuerte, Gucci se declara “en paz” consigo mismo.

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Gucci Serafini con su perro Niko.

Gustavo “Gucci” Serafiniestá de vuelta. Nunca se fue en realidad porque su vida ha sido siempre la música pero después de la pandemia, la polémica con Daniel Martínez y otros dirigentes del Frente Amplio, después de una separación dolorosa, después de que fue flaco, gordo, flaco y otra vez gordo, está de nuevo en su centro y a pleno.

O más bien a plena. A plena pura. Quienes lo han visto en sus últimas presentaciones en fiestas o boliches dan fe de que avasalla sobre el escenario, con su energía contagiosa para el canyengue tropical. Su último repertorio incluye clásicos bailables para la generación +30. “Volví a tener una energía que por un tiempo había perdido. Hoy hago bailar hasta las baldosas”, asegura.

Con un gran show, el 28 de setiembre, Gucci celebra en Botánica sala sus 12 años de carrera. Fata Delgado, Gerardo Nieto, Yesty Prieto, Miguel Ángel Cufó, Bocha Lozano, Santiago Lozano, Pablo Cocina, Rolando Paz, El Pika, Fabri Mosquera, Martín Amaral, Lalo Torres, Diego Roman, Marcos Da Costa, entre otros, acompañarán el mega festejo.

Son en realidad 12.0 años de actividad musical, una referencia y guiño a lo que fue su eslogan por mucho tiempo: “120 kilos de sabor”. La balanza hoy indica que anda nuevamente por ese peso, después de haber perdido 80 kilos un tiempo atrás. “Ya los voy a bajar otra vez. Es cuestión de hacerse cargo”, dice.

En los últimos tiempos de menos exposición, el artista ha trabajado mucho en su interior, buscando aprendizajes. “Estoy trabajando mucho en mi paz mental y en estar tranquilo y no permitir que me afecten las cosas de afuera”, dice sobre su presente.

Como desde hace años, vive solo en el balneario Neptunia y desde allí se mueve para los intensos fines de semana, con tres, cuatro o cinco presentaciones por viernes y sábado.

Motivado por su entorno, su perro Niko y en especial por su ahijada y sobrina Paulina, de cinco años, Gucci salió a flote de las más difíciles y de las más difíciles.

Tiene algunas conclusiones que saca de su proceso. “Creo que la mayoría de problemas de la vida derivan de no poder ser objetivos y/o de no hacernos cargo”, asegura. Sobre el primer axioma, pone ejemplos de disyuntivas de pareja o de amigos en los que ninguno de los dos puede tomar una posición neutra, objetiva de sus intereses, deseos o miedos sobre el otro. Allí se genera el ruido. El segundo concepto implica la responsabilidad de cada uno sobre lo que le pasa. “Bajar de peso, por ejemplo, es solo cuestión de hacerse cargo”.

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Foto: Javier Villasuso.

Al grito de haduken, Gucci sigue siendo el mismo showman sobre el escenario pero ahora tiene un sustento atrás, un contenido filosófico que a menudo le gusta compartir con sus miles de seguidores en redes sociales.

Los motivos para celebrar son muchos. 12 años de un sueño que comenzó por 2011 y explotó antes de lo que hubiera imaginado. Para 2012 y 2013, El Gucci era de los músicos más requeridos en la noche uruguaya.

“Yo estaba convencido de que lo que hacíamos con la banda era increíble. Hoy miro los videos y me parece siniestro pero en ese momento estábamos convencido y nos comimos el mundo”, asegura.

Hoy volvió ese convencimiento. “Creo que estoy en un gran momento de mi carrera, con la experiencia arriba. Lo único que cambió fue que ya no soy novedad”, agrega el artista.

Su fuerte, otra vez, es la presentación en vivo. Aquellos que lo ven en una fiesta, seguramente lo van a llamar otra vez. “Cada vez que voy a alguna fiesta, me sale algún otro trabajo. Yo te quiero a vos”, me dicen. El boca a boca es lo mío”, comenta.

“Estoy volviendo a tener esa empatía con la gente que un poco había perdido. Yo estaba también un poco más retraído. Hoy volví con mis latiguillos de tratar a la gente como asesina salvaje-psicópata-degenerada sexual-física-química-natural…”, lo dice tan rápido que se convierte en palabra sola, propia del estilo Gucci.

Luego, el artista habla de la reinvención de su show para un público de mayores de 30. Interpreta canciones como Baila sola o Agua de coco (de la 424) o La bamba y Mueve la cabeza (Los Fatales), además de algunos temas propios.

El regreso de la pandemia cambió el mercado musical y de las fiestas, según la opinión de Gucci. Se multiplicaron las bandas y al mismo tiempo, la gente bajó su presupuesto para la organización de fiesta, lo que ha vuelto más competitivo el ambiente y los cachet tienen tendencia a la baja.

Hubo que adaptarse a los nuevos escenarios de la postpandemia en un mercado que por el momento no recupera los números anteriores.

A pesar de todos los cambios, altos y bajos, Gucci asegura orgulloso que todos sus músicos se mantienen con él, al firme cada fin de semana.

“Nuestro desafío ahora es volver a meternos en la lista de reproducción de la gente, que el público se goce con El Gucci. Mucha gente me pregunta qué pasa que hace mucho tiempo no hago show. Ahora me siento con las ganas y hay motivos para celebrar estos 12 años de carrera”, dice.

Gucci está en una etapa en la que evita entrar en polémicas y enfocado en volver a posicionarse como artista. Si se le pregunta por política, declara simpatía por las ideas liberales.

Además de su arte, Gucci está dedicado a su familia y en especial a la integrante más joven: su ahijada Paulina, que este sábado justamente cumple 6 años. Será temático sobre Mario Bros y Gucci estará caracterizado de Bowser mientras la niña eligió un disfraz de Peaches.

“Tenemos un gran vínculo. Para ella, yo soy como su superhéroe”, asegura.

En amores, está soltero. La separación de su última relación lo marcó y de algún modo todavía atraviesa el duelo. “El otro día escuché de una orientación que se llama demisexual. Condiciona la sexualidad a que haya un vínculo afectivo con la otra persona. En este momento me identifico mucho con eso”, dice.

“Aprendí a ser objetivo”, vuelve Gucci sobre aquel concepto. “Si vos me decís gordo de mierda, el problema es tuyo. Yo no me siento un gordo de mierda, entonces ese insulto no tiene ningún valor objetivo para mí”, dice.

Como un descubrimiento, va llevando su nueva filosofía, que aprendió solo, sin terapia y a los tropezones.

Me he vuelto una persona 1.000% racional. Siento que analizo todo y defiendo mucho mis ideas”, añade.

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