El hijo de Manini Ríos que pasó por la cumbia cheta y se imagina diputado

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Bruno Manini Ríos. Foto: Marcelo Bonjour

BRUNO MANINI RÍOS

Cumplió 27 años, es técnico agropecuario, tiene un pasado por una banda de cumbia y quiere seguir los pasos de su padre, el líder de Cabildo Abierto. "Soy conciliador", se define Bruno Manini Ríos.

Bruno Manini Ríos. Foto: Marcelo Bonjour
Bruno Manini Ríos abrirá su propio restaurante bar café en Punta del Este. Llevará el nombre "Criterio". Foto: Marcelo Bonjour

A Bruno Manini Ríos le corre política por las venas. Es hijo del senador Guido Manini Ríos y de la ministra Irene Moreira, y su apellido lo portaron figuras de destaque en varios gobiernos del siglo XX. Con 27 años, Bruno se hace cargo del linaje y milita activamente en las filas de Cabildo Abierto. Imagina a su padre presidente en cuatro años y no descarta pelear por una banca en el Parlamento. En un diálogo íntimo, habla de la vida familiar, recuerda su paso por el fenómeno de la cumbia cheta y admite que le costaría enamorarse de una “chica del Partido Comunista”.

-¿Cómo es Guido Manini Ríos como padre?

-Él es un padre normal de una familia normal. Es más relajado que como se lo ve públicamente, y le gusta hacer chistes. A los dos nos interesa la historia, y hacemos varias actividades familiares. Salimos a comer y hacemos mucha ruta, disfrutamos de paseos en los que hay que hacer miles de kilómetros en la carretera.

-¿Es muy estricto puertas adentro?

-Cuando yo era chico él era el que ponía los límites en casa, pero sin ser estricto de más. Se enojaba cuando tenía mal rendimiento escolar. Yo tenía una pequeña mesada y si no cumplía con las calificaciones me la cortaban.

-¿Sentiste una diferencia en la vida familiar cuando tomó la decisión de ser candidato a la presidencia?

-Hubo una diferencia en el estilo de vida. Agarró un ritmo más intenso y empecé a verlo menos tiempo. Igualmente no fue un cambio tan drástico porque él era comandante en jefe y yo ya estaba acostumbrado a que tuviera un trabajo que le demandara muchas horas. La diferencia más importante fue que empezó a ser más público y notorio. Se empezaron a decir muchas mentiras sobre él que no está bueno escucharlas porque nosotros sabemos que no son ciertas. De todos modos nosotros sabíamos que ese era el costo de lo que él quería hacer y lo que creía correcto para el país. Así que siempre lo apoyamos en esa decisión.

-¿Hubo algún comentario en particular que te doliera como hijo?

-Se dijeron muchas falsedades frente a las que hubo que apoyar como familia. Prefiero no profundizar.

Bruno Manini Ríos junto a su padre Guido el día de la asunción de Lacalle Pou.
Bruno Manini Ríos junto a su padre Guido el día de la asunción de Lacalle Pou.

-¿En algunos ámbitos pasaste a ser identificado como “el hijo de Manini Ríos”?

-Sí, empecé a tener ese rol que también implica la responsabilidad de mantener el buen nombre que se ha construido. Hay que estar a la altura, pero lo llevo con mucha naturalidad.

-¿Cómo reaccionás cuando escuchás alguna crítica hacia él?, ¿has tenido que defenderlo?

-Yo soy conciliador y siempre respeto al que piensa distinto. Discuto con argumentos pero sin buscar la confrontación. No me gustan los agravios, sino dar mi opinión. Lógicamente hubo veces en las que lo he tenido que defender en conversaciones con amigos que decían cosas que no son ciertas. Pero hay que saber separar la política del resto. También se puede hablar de otros temas, como por ejemplo si se debería quedar o ir el maestro Tabárez de la selección.

-¿Te gusta la política?

-Siempre me interesó la política. Me gusta leer los diarios, mirar los noticieros y hablar del tema con mis padres. Antes la miraba más de afuera, sin participar activamente.

-¿Cuál fue tu rol en la última campaña electoral?

-Empecé a militar en Cabildo Abierto. Salí a colgar pancartas y participaba activamente en redes sociales. También acompañaba a mis padres a los actos y formaba parte de actividades con jóvenes. Yo trabajo administrando un establecimiento rural que mi familia tiene en Artigas desde 1971, entonces estuve apoyando mucho desde allá, donde mi madre fue candidata a diputada.

-¿Qué es lo que más te llama la atención de la actividad política?

-Lo que más me gustó fue recorrer todo el departamento de Artigas y conocer gente y pequeños pueblos durante las giras. Lo más interesante es charlar con personas que vienen de distintos lugares, tienen distintas necesidades, y ven en la política la forma de salir adelante creyendo en lo mismo que uno.

-¿Te imaginás con un rol más protagónico en la próxima campaña?

-Es una posibilidad, pero también es cierto que están mis padres y quedaría “muy familiar” la situación.

-¿Qué rol te gustaría ocupar en un futuro?

-Me gustaría contribuir a lograr los cambios necesarios desde el lugar que me toque. Eso sí, tendría que ser desde un cargo electivo. Jamás aceptaría que el partido me ponga directamente en un cargo.

-¿Diputado, por ejemplo?

-Puede ser, me imagino así. No sé si para esta elección o para más adelante.

-¿Te imaginás a tu padre presidente en 2024?

-Sí, es una gran posibilidad. Va a ser la sorpresa en 2024. Así como ahora hay una coalición liderada por el Partido Nacional, me imagino una liderada por Cabildo en 2024.

Bruno Manini Ríos. Foto: Marcelo Bonjour
"Mi padre se enojaba cuando yo tenía mal rendimiento escolar y me cortaba la mesada", recuerda Bruno. Foto: Marcelo Bonjour

-Hay integrantes de Cabildo Abierto que suelen hacer declaraciones polémicas en temas como el aborto o el matrimonio igualitario, ¿cuál es tu opinión sobre estas leyes?

-En cuanto a la despenalización del aborto, no estoy a favor. Hay un tercero al que se lo ignora, que es esa vida o ese niño por nacer. Pero la ley está establecida y no hay que ir para atrás con derechos adquiridos. Y sobre el matrimonio igualitario no tengo ninguna objeción, yo hubiera votado a favor.

-Entre algunas figuras del partido también ha habido definiciones polémicas referidas al pasado reciente, ¿cuál es la lectura personal que tenés sobre la última dictadura militar?

-Pienso que fue un período muy doloroso de la historia uruguaya. Hay que ver todo en su contexto y entender las causas que llevaron a ese período. Ojalá nunca más haya uruguayos contra uruguayos y estemos en una nueva etapa sin los odios del pasado.

-¿Lo definís como un enfrentamiento de uruguayos contra uruguayos?

-Sí, lo defino como una época difícil en la que hubo uruguayos que se levantaron en armas contra un gobierno democrático y militares que rompieron las instituciones. Fueron dos cosas gravísimas, pero Uruguay ha madurado mucho en su calidad institucional y estamos lejos de que algo así vuelva a pasar.

-Por fuera de la política, ¿cuáles son las actividades recreativas que más disfrutás?

-Juntarme con amigos y mirar fútbol.

-Se habló mucho del rol de los jóvenes en los peores momentos de la pandemia, ¿en tu caso dejaste de ver a tus amigos por mucho tiempo?

-Hubo una etapa al comienzo de la pandemia en la que había que tener grandes cuidados y no se podía ni ver a los seres queridos. Desde que empezó la vacunación las cosas cambiaron y hoy en día uno se puede encontrar con amigos tranquilamente. Hay boliches abiertos y se puede salir a sociabilizar.

-¿Te han llegado invitaciones a fiestas clandestinas, por ejemplo?

-Sí, permanentemente me llegan invitaciones pero decido no participar. Siempre estuvo el riesgo de contagiarse y llevarle el virus a los seres queridos.

-Hace cinco años tuviste un paso por una banda de cumbia cheta, ¿cómo lo recordás?

-Fue una participación en la banda de mi amigo Nacho Gorfain que se llama Enfiestados. Yo tocaba el rallador y participaba de los videoclips. Era divertido ir a las grabaciones y a los recitales. De todos modos nunca tuve un protagonismo muy notorio. Fue una anécdota de joven.

-¿Te interesa el rubro artístico?

-Digamos que estoy retirado (risas). No soy un buen artista así que lo abandoné.

-¿Estás en pareja?

-No. Dejé hace unos meses después de dos años de relación.

-¿El componente político pesa a la hora de iniciar una relación?

-Te mentiría si te dijera que no. Sería complicado estar con alguien que esté en las antípodas, como una chica que milite en el Partido Comunista, por ejemplo. Nunca pasé por esa situación, capaz que algún día tengo esa experiencia. Pero alguien que vota eso ya te mira distinto.

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