Es licenciado en ciencias de la comunicación, fue golero de la Selección uruguaya de fútbol playa, también es columnista deportivo en el programa En Perspectiva, y hace comentarios sobre Carnaval en las tardes de Radio Universal. Nada de esto sería extraño si no fuera porque Felipe Fernández, Felo, realiza sus comentarios desde Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes. El comunicador uruguayo se encuentra en medio oriente debido al trabajo de su esposa, quien es Cónsul uruguaya en ese país. Con mate en mano, y un acento que no ha perdido un ápice de uruguayez, Fernández habla de su vida en ese país, cómo es explicarle a un extranjero el Carnaval uruguayo, también lo mejor que ha visto durante la primera rueda del Concurso Oficial, y también cuenta algunos recuerdos de su infancia junto a su padre, el periodista de Carnaval Marcelo Fernández que todas las noches realiza sus comentarios en Pasión de Carnaval.

Felipe Fernández entra a la reunión de Zoom y lo primero que se nota es un mate. “Hay cosas que no se pierden pese a la distancia”, comenta desde Abu Dhabi. “Ahora me estoy haciendo el vivo, porque viene la familia y trae yerba, así que estoy tomando tranquilo”.

Cuenta que para estirarla, la mezcla con yerba argentina, ya que la uruguaya es más cara. “Los indios toman mucho mate y hay mucha yerba argentina que tiene palitos, y yo la mezclo con la que tomo, para estirarla un poco más”, comenta entre risas.

—¿Hace cuánto que estás en Abu Dhabi?
—Nos vinimos hace dos años porque mi esposa es diplomática, vino a trabajar en enero de 2022 a la embajada uruguaya.

Foto: Gentileza.

—Por lo que se ha visto en redes y por tu columna de radio, la pasión por el carnaval se mantiene pese a estar del otro lado del mundo.
—Sí, seguro. Este es nuestro segundo destino. Antes estuvimos en Viena, y al diferencia horaria era más complicada. Eran 5 horas de diferencia y se hacía más incómodo porque el último conjunto de la etapa que sube a las 00.30, allá eran casi las seis de la mañana. Igual hacía el esfuerzo de despertarme temprano, pero acá me resulta mejor porque son las ocho de la mañana, así que cuando vuelvo de dejar a mi hija en el colegio agarro el último conjunto. La diferencia horaria de este destino me queda mejor.

—Hay que verle el lado positivo.
—Sí, fundamental. Y la noche de fallos me va a agarrar recontra despierto para analizar puntajes y ver las planillas. Para mí van a ser las 10 u 11 de la mañana.

—Sos comunicador, tuviste un espacio de deportes en el programa En perspectiva, fuiste golero de la selección de fútbol playa, ¿esta veta del Carnaval viene por tu padre?
—Claramente por mi padre. Me pasó que en un momento me di cuenta que sabía ciertas retiradas de murga y no me acordaba de haberlas aprendido. ¿Por qué sé esta canción? Y era por haberla tenido de banda sonora de buena parte de mi infancia. El carnaval viene de mi viejo que hace un buen rato que está en eso. Incluso hay una foto familiar que anda dando vueltas. Es cuando él estaba en la murga La canaria en 1988. Yo había nacido en octubre de 1987 y hay una foto mía con mis escasos cinco meses en el Teatro de Verano con él disfrazado de murguista conmigo en brazos. Después siguió con los comentarios de Carnaval, y por eso para mí empezó como un juego acompañarlo al Teatro de Verano cuando tenía la edad suficiente, y después ir a la radio. Eso fue cuando estuvo en la 36 en Carnaval del futuro.

—¿Y de chiquito te quedabas hasta la madrugada acompañándolo?
—Sí, terminaba la etapa y empezaban los comentarios que en aquellos años, serían los noventa, se hacían en estudio de la radio. Tenía que irse del teatro a los estudios, frente a la Intendencia, y para mí era un juego acompañarlo y ver esas paredes que amortiguan el sonido que tienen olores de un montón de tiempo. A mi madre no le hacía mucha gracia que un niño de 10 años se acostara a las cuatro de la mañana, porque la rutina era que salíamos del teatro, me dejaba en casa y de ahí se iba a la radio. Alguna que otra noche, por el apuro, se olvidaba de dejarme y seguíamos a la radio. Me divertía mucho todo eso, viajar en el auto con los otros comentaristas. Así que el Carnaval viene desde mi infancia.

Foto: Gentileza.

—¿Y nunca te dieron ganas de subirte al escenario?
—No tengo ninguna condición que sugiera o justifique que me suba arriba de un escenario. Canto mal, tengo un pésimo oído y el baile tampoco es mi fuerte. En algún momento, esos de adolescencia con alguna barra amagamos con sacar una murga joven que ensayó una semana y nunca más. La intención era llegar al número de componentes, pero no superábamos los siete, creo. Abandonamos rápidamente, creo que por suerte para el público y para nosotros.

—Lo tuyo era el deporte y la comunicación.
—Siempre me tomé en serio al deporte, aunque nunca jugara muy en serio en el sentido de Liga universitaria o Selección universitaria. En los veranos pasaba con el futbol playa, lo que chocaba con hacer carnaval. Bueno, hacer carnaval choca con la vida cotidiana de cualquier cosa que uno quiera hacer, incluso trabajar en Carnaval es difícil hacerlo encajar en una rutina anual. Y me pasaba que mientras los demás estaban de vacaciones a mí me gustaba jugar al fútbol playa en Kibón. Tenía como para no estar pensando en los carnavales que me hubiera perdido como un mediocre murguista, y dedicarme al fútbol. A esas edades estaba en la Liga universitaria, y las pretemporadas arrancaban temprano, como el 15 de enero.

—Y seguís vinculado a la comunicación acá.
—Sí, soy parte de la cooperativa de trabajo Por decir algo que el año pasado estuvimos haciendo los partidos de Uruguay por Radiomundo, y eso involucraba que los días que rodea la fecha Fifa, hacer algunas salidas en las mañanas de En perspectiva. Hasta el año pasado tenía alguna colaboración en La diaria, y sigo en el mundo del podcast. Escribí Frente al asesino, sobre Pablo Goncalvez y también nos hemos sacado las ganas de hacer alguna otra cosa por fuera del deporte. Así que siempre vinculado a la comunicación en Uruguay, siempre hay cosas para hacer.

—Imagino que no tiene que ser nada sencillo tener que explicarle a alguien de Abu Dhabi qué es el Carnaval uruguayo.
—Es un ejercicio muy lindo. Acá hay mucha comunidad internacional y expatriados, así que no es mucho el contacto que tenés con la gente local. Solo el 15 por ciento de los 10 millones que viven en Emiratos son emiratíes. Y uno no frecuenta muchos lugares donde puedas socializar con ellos; pero el ejercicio pasa por tratar de explicarle que por 40 noches hay compañías de teatro itinerantes que van por los barrios de Montevideo mostrando espectáculos.

—Ya terminó la primera rueda, ¿qué opinión tenés de las murgas que se presentaron?
—Creo que es un Carnaval con un nivel buenísimo. Son pocos los conjuntos que eludís, y comparado con otros años, subió la vara. Después, en murgas Asaltantes con Patente, Nos Obligan a Salir, La Gran Muñeca y Queso Magro son de esos grupos que mirás con mucho gusto las tres veces que pasan por el teatro. También le sumo lo que despierta La Nueva Milonga. Si bien no soy el público objetivo, porque presentan imágenes a una generación más veterana, la reacción durante la retirada está buenísima. También sumo a La Trasnochada y La Cayetana como las que más me gustaron. Y Mi Vieja Mula que es un espectáculo que te rompe la cabeza, y es el polo opuesto a La Nueva Milonga. Que se abra el telón y suene una cumbia, de por sí es novedoso, y soy un defensor de las murgas que vienen a romper códigos. En su momento lo hicieron la Antimurga BCG, La Mojigata, la Falta y Resto en su momento, porque eso corre los límites del género.

—También ha sido un buen año de parodistas.
—Sí, es para destacar. Zíngaros y Los Muchachos, pero también Los Caballeros que tienen dos parodias muy fuertes. No llega al nivel de espectáculo completo de Los muchachos y Zíngaros, pero tiene dos parodias buenísimas, bien actuadas y que te hacen reír un montón. Y Momosapiens también está bien. Ganó mucho con la llegada de los hermanos Font y Fede Pereira. Después de ver Zingaros todos dijimos: “esto es espectacular, cierren las carpetas, se terminó todo”; y al otro día vinieron Los muchachos con un espectáculo formidable también. Hay partido, y puede pasar cualquier cosa. Veremos si el puntaje acompasa el sentir, pero el sentimiento del Carnaval es que esto es un mano a mano y que son los dos mejores espectáculos del Carnaval.

—Y a todo esto, ¿cómo es la vida en Abu Dhabi? Imagino que distinta a Montevideo donde en media hora estás en cualquier lado de la ciudad.
—Acá en media hora das la vuelta a la manzana, nada más. Es una ciudad maravillosa, muy sencilla de adaptarse, y es una ciudad muy amigable para los niños. Eso, como familia es de agradecer. Hay muchos parques y oferta de entretenimiento para niños. Lo que hay que adaptarse rápidamente es que cuatro meses al año, la vida al aire libre no se puede hacer por las altas temperaturas. Abu Dhabi es una isla y en verano, además de las altas temperaturas, es extremadamente húmedo. Eso hace que la noche no refresque, y tenés días con sensación térmica de más de 40 grados, y lo mismo es en la noche. Esos cuatro meses no se hacen actividades al aire libre, pero la ciudad está capacitada y ofrece mucho para hacer adentro. Todos los parques temáticos que hay son cerrados y aclimatados. Hay un shopping en cada esquina. Vivo a diez minutos de cuatro shoppings que son gigantes. Si juntás los shoppings de Montevideo no llegás al tamaño de uno de estos, y hay cuatro a la vuelta. Pero ocurre que en el verano los paseos son en el shopping. Además hay mucha gente extranjera que viene a trabajar acá, en la petrolera, en los servicios financieros o ferrocarriles, y vienen con sus familias.