La belleza, la moda y el glamour volvieron a ocupar un lugar anoche en la televisión uruguaya. El concurso de aspirantes a modelos Maybelline Model estrenó su cuarta temporada en Monte Carlo, y la conductora Sofía Rodríguez promete que será “la mejor de todas”.En una extensa y picante entrevista, la periodista de Algo Contigo que se ganó un lugar en el medio habla sobre sus aspiraciones, reflexiona sobre el espectáculo en Uruguay, y se mete en la polémica por las críticas sobre machismo en los Premios Iris. “No me gusta ese tipo de reivindicaciones”, arremete.
—¿Qué pueden esperar los televidentes para este cuarto ciclo de Maybelline Model?
—Esta temporada va a ser la mejor de todas. El equipo está muy aceitado y a medida que pasan los años uno va corrigiendo errores. Este año son historias distintas y desafíos nuevos. Tratamos de buscar una muestra de chicas que están en la sociedad: las que tuvieron que lidiar con temas de salud, chicas del interior, de Montevideo, que estudian, que no estudian, que tuvieron que salir a trabajar para mantener a su familia. La idea es que muestre un poco la sociedad y que no sea sólo un programa de moda.
—Maybelline significó tu debut en la conducción televisiva, ¿qué sentís que mejoraste desde la primera temporada?
—Si veo la primera temporada y me veo hoy, te juro que me agarro la cabeza. Fue un desafío enorme, me dio mucho miedo. En el momento de la conducción estoy sola con la cámara. Todo pasa por mí, es una responsabilidad muy grande. Si no me sale la palabra o me equivoco, es difícil que alguien me pueda tirar una soga. Es bravo y yo soy muy autocrítica. De todos modos, hoy me veo más plantada y más segura. Creo que mejoro programa tras programa, aunque todavía me falta mucho. Este año me planteo otro tipo de conducción, menos guionada. Veremos si es el camino correcto.
—¿Ser la conductora de Maybelline te condiciona a estar más atenta a tu estética en la vida cotidiana?
—Un poco sí, pero estoy relajada. Me visto informalmente, no me maquillo diariamente y es difícil que un día normal me vean de tacos. Trato de que haya una coherencia entre cómo soy y la imagen que doy en televisión. Me acuerdo que hace un par de años salí a pasear a mis perros al parque con un jean flojo, unos championes y una colita así nomás, como sale todo el mundo. Me encontré con dos señoras que me dijeron: "vos no podés andar así por la calle, tenés que…". Yo les dije: "soy una persona igual que ustedes, la gente de la televisión no duerme maquillada". A veces me doy cuenta que me están mirando y pienso: "capaz que los championes están muy viejitos y tendría que cambiarlos". Pero no se puede estar siempre perfecta, eso sería un desgaste enorme que no me gusta.
—Cuando estrenabas la primera temporada decías que estabas como en una "montaña rusa" por los cambios en tu vida laboral. ¿Dirías que ahora encontraste estabilidad?
—No. Encontré mi lugar pero todos los que trabajamos en los medios sabemos que esto una montaña rusa constante. Esto es cíclico y un día uno está en televisión, y al otro día no. Tener claro eso es el secreto del éxito personal. Hay gente que me pregunta cómo se hace para trabajar en una profesión tan inestable, pero uno se curte, se acostumbra. Obviamente hoy estoy viviendo un momento de mayor estabilidad y estoy más instalada y tranquila con mis tres trabajos (Maybelline Model, Algo Contigo y Buen Día Uruguay), pero igual los comunicadores siempre precisamos algo más, un reto distinto. Yo no me veo 15 años haciendo lo mismo. Me muero. Sentiría que no evolucioné, que no crecí.
—Cuando estudiabas en facultad, ¿qué te imaginabas haciendo en los medios?
—Siempre me gustó mucho el entretenimiento. Algo Contigo es espectáculos pero tiene mucho de entretenimientos y su éxito se explica por eso. También siempre me gustó mucho el periodismo social. Desde las ONGs, las problemáticas de los barrios, la gente que deja su vida en un segundo plano para ayudar a los demás. Tengo ganas de armar un proyecto con eso, hace tiempo que lo tengo en la cabeza.
—¿El periodismo de espectáculos está subestimado en Uruguay?
—Sí, hay gente que piensa que se puede hacer de taquito y no es así. Creo que también pasa que desde hace un tiempo en los medios está la onda de ser conocido, ser mediático, el espejo de color. Eso lleva a que mucha gente que quiere ser parte de esto trabaje a cambio de salir en una foto o aparecer en televisión. Eso bastardea la profesión. No es bueno, pero hay que convivir con eso. Pasan cosas así en todas las profesiones.
—¿Cómo te sentís en la conducción de Algo Contigo cuando reemplazás a Luis Alberto Carballo?
—Bien, estoy muy apoyada. Estoy con tres personas más, y tengo una gimnasia diaria de más de cuatro años. Ya hay un mecanismo de funcionamiento en el equipo que hace que nos conozcamos de memoria. Una ya sabe por dónde va el programa.
—En la última suplencia justo te tocaron programas picantes como la polémica nota a Ignacio Álvarez y la de Vanesa Britos sobre Lolo Estoyanoff. ¿Cómo las vivís en el momento?
—Es divertido que se genere algo, pero por momentos en la nota con Vanesa me quería morir. Pasé nervios porque no sabía qué podía decir, y sentía que podíamos llegar a temas escabrosos. En eso soy bastante cauta, hasta peco de cauta de más. A mí me divierte mucho el periodismo de espectáculos, pero no me gusta cuando la nota que estoy haciendo puede llegar a lastimar a otra persona.
—¿Qué significó volver a ganar el Premio Iris como mejor programa de espectáculos con Algo Contigo?
—Fue divino. Siempre está la típica frase de "es la noche en la que nos reencontramos todos los comunicadores", que es verdad, pero también todos queremos ganar un Iris. Me puedo enojar más o menos con una nominación, o con que lo gane uno u otro. Esas cosas pasan, es todo subjetivo porque lo hacen personas, pero ganarlo siempre está bueno. Fue brutal, me dio mucha felicidad.
—Seguramente ganar un Premio Iris le interesa mucho a cierta gente y menos a otra, ¿estás entonces en el primer grupo?
—Yo creo que a todos les interesa. El que dice que no le importa ganar el premio está una pose: "Ay, no me importa nada el Iris…". A todos nos gusta que nos reconozcan por nuestro trabajo, ya sea con un Premio Iris o que venga un productor, un gerente del canal o la gente y diga "qué buen programa que hiciste hoy". ¿No les gusta eso tampoco?
—¿Con cuáles ganadores no estuviste de acuerdo?
—El de Mejor Programa Deportivo lo podría haber ganado Fox Sports Radio. No digo que Punto Penal no lo mereciera, pero el año pasado el otro se destacó más, y lo digo como consumidora de ambos programas. Mejor Conductora lo tendría que haber ganado Soledad Ortega. Por supuesto que Claudia Fernández es excelente, pero Sole el año pasado hizo un trabajo muy bueno. Es completa, divertida, informada y carismática. El de Revelación se lo podría haber llevado Rosina Benenatti o Ignacio Esquivel. Un día le dije a Vero Piñeyrúa que no me gustaba que ella trabajando en la televisión dijera como que no mira y que no le gusta la televisión. Es honesto, pero no corresponde. Después hubo categorías que me parecieron mal armadas. En Producción Integral tendrían que haber estado Maybelline, Yo Me Llamo y Escape Perfecto, pero ganó El Origen. Es uno de los mejores programas, pero tendría que haber competido como Documental. Esta Boca es Mía también estaba en este rubro y era como que no encajaba.
—¿Qué opinás sobre la polémica que se generó sobre el rol de la mujer en la fiesta?, ¿sentís que hubo machismo como denunciaron varias comunicadoras?
—¡Qué tema! A mí no me gustan ese tipo de reivindicaciones. Yo creo en las personas y en su talento, no me va eso del machismo o feminismo. No pienso las cosas desde ese lugar. Siento que si hay que dar un mensaje de igualdad, va por otro lado. Si uno no está de acuerdo con determinadas cosas tiene que hacer algo para cambiarlas, no se trata de montar en cólera diez minutos antes de lo que vaya a pasar. No nos podemos rasgar las vestiduras por una causa que después el resto del año no nos importa nada. Si uno realmente cree que en esta sociedad hay cosas para corregir y hay que luchar contra el machismo, fantástico: andá y hacé algo, pero desde un lugar callado porque sino ya tiendo a pensar que lo estás haciendo para la vidriera. Si yo colaboro con algo, voy y lo hago, pero no voy a estar anunciándolo a los cuatro vientos. No quiero ser injusta: también es cierto que muchas comunicadoras trabajan y hacen cosas todo el año por distintas causas y eso es sumamente loable.
—¿De qué se habla en el famoso grupo de Whatsapp "cumbre de divas" integrado por las comunicadoras uruguayas?
—Se habla de todo: "hoy estreno el programa", "voy a lanzar mi marca de ropa", "miren que grande que está mi hija". También se habla del tema de los Premios Iris y si fue o no fue machista. Pero siendo honesta, soy de las menos activas del grupo. Tengo muchos grupos, pero miro poco el Whatsapp en general porque lo tengo silenciado y cuando lo abro estoy perdida en las conversaciones. Me pasa de ver y que haya 150 mensajes sin leer, es un frenesí. No voy para atrás a ver todo porque tengo que estar horas leyendo y pierdo el hilo de la conversación. Lo que me divierte es cuando nos juntamos con las comunicadoras de ese grupo a comer algo y charlar de cosas que no tienen que ver con la televisión. Se genera un lindo clima de armonía y mucha buena onda.
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SOFÍA RODRÍGUEZPablo Cayafa