El periodista Esteban Trebucq en Punta del Este: "Siento gran admiración por Lacalle Pou"

Antes de su vuelta a la televisión, el polémico periodista habla de sus vacaciones en Uruguay, del gobierno de Milei y cuenta cómo fue entrevistar a Yamandú Orsi y a Álvaro Delgado antes de las elecciones.

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Esteban Trebucq en Punta del Este.
Esteban Trebucq en Punta del Este.
Foto: Kevin Gelpes

Se hizo famoso como "El pelado de Crónica" y trascendió exponencialmente a través de entrevistas a Javier Milei, primero como candidato y después como presidente. Esteban Trebucq pasó por los canales Crónica, A 24 y hoy es una de las principales figuras de La Nación+, donde el lunes estrena la nueva temporada de su programa + Verdad con otro reportaje al mandatario. Dueño de un perfil vehemente y un lenguaje llano lejano a los tecnicismos, Trebucq constituyó un estilo propio a la hora de llevar adelante editoriales sin medias tintas. No oculta su simpatía por el gobierno de Milei, dice que hay una "nueva era" en Argentina y vaticina la desaparición del espacio político de Mauricio Macri.

En medio de las vacaciones en Punta del Este junto a su familia, el periodista interrumpe un día de playa con su pequeña hija Lupe para recibir a El País en un parador frente al mar sobre la playa Mansa. Y apenas comienza el diálogo da rienda suelta a lo que más disfruta al aire: editorializar sin ataduras. Explica por qué siente una "gran admiración" por Lacalle Pou, sostiene que Argentina venía de su "peor catástrofe", se refiere a los ataques de Milei a la prensa y revela cómo le cayeron Yamandú Orsi y Álvaro Delgado cuando tuvo la oportunidad de entrevistarlos.

-En los últimos años viviste una especie de explosión de popularidad a raíz de entrevistas que se han hecho virales en redes, ¿cómo la manejás?

-Antes caminaba por la calle y no me conocía nadie. Ahora camino y el 99,5% me saluda y el 0,5% me putea.

-¿Te enojás con ese 0,5?

-Jamás. Saludo y soy respetuoso. Es parte de las reglas de juego. Como comunicador lo malo sería pasar inadvertido.

-Y a su vez disfrutás de exhibir ese perfil provocador.

-Siempre fui igual. Durante mucho tiempo cuestioné el status quo y lo sigo cuestionando. Argentina entró en una nueva era y el status quo está en crisis. Hay un cambio muy profundo. Hay gente que no lo acepta y es válido porque es la lógica de la democracia. Lo que yo cuestiono es que la gente que no lo quiera sea agresiva, nada más.

-¿Y entre quienes defienden al gobierno no hay gente muy agresiva?

-Sin dudas. Argentina es una sociedad agresiva. No me gusta decir que hay unos buenos y otros malos. Una cosa es ser rupturista y poner en crisis cuestiones preestablecidas como hago yo y otra es descalificar.

-¿Pero los que tienen mayor responsabilidad de no descalificar a quienes piensan distinto para no promover un clima de violencia no son los que están en el gobierno?

-Eso es discutible. El presidente reconoció que tiene modos ásperos, pero hay momentos de la vida en los que hay que ser fuerte en las definiciones. A mí no me gustan las descalificaciones del presidente, pero también entiendo que a veces hace falta tener cierta contundencia para expresarse. Y Argentina necesitaba un mensaje contundente. Él es una persona auténtica y no cambió. La gente lo eligió así.

Esteban Trebucq
Esteban Trebucq frente a la playa Mansa de Punta del Este.
Foto: Ricardo Figueredo

-Vos venías exigiendo ese cambio profundo en tus editoriales y entendiste que Javier Milei es quien lo representó mejor.

-Sí. Muchas veces dije que había que refundar Argentina, incluso lo decía en Crónica desde antes que Milei estuviera en política. Argentina precisaba un cambio radical. Después lo representó Milei, pero lo podría haber representado cualquier otra persona. Además yo soy liberal desde siempre.

-¿Durante su primer año de mandato considerás que cumplió con ese cambio que prometió?

-Va en ese rumbo, es muy palpable. La mitad de los argentinos se mueren de hambre y el país no va bien, pero el tema es de dónde venimos. Argentina viene de la peor catástrofe económica, cultural y social de su historia. En un año no se puede revertir eso. En este tiempo Milei puso el barco en la dirección correcta. Y como dice él, cualquier cosa comparada con el paraíso es poco. Si Milei en tres años termina este gobierno con indicadores educativos, sociales, económicos peores que los que recibió habrá sido un pésimo gobierno, y si son mejores habrá sido un buen gobierno. Por ahora no hay ningún tipo de duda de que los indicadores son mejores.

-¿Y a nivel personal cómo lo ves?

-Le tengo mucho respeto, es un gran tipo. Es auténtico y transparente. Yo valoro todo eso. La historia dirá si fue un gran presidente.

-Lo has entrevistado varias veces y muchos te señalan como su periodista favorito, ¿cómo es tu relación con él?

-Lo conozco desde hace mucho tiempo y tenemos una buena relación. Yo lo he criticado y alguna vez él me llamó para darme explicaciones que resultaron satisfactorias, aunque no hicieron que cambie de opinión.

-¿Qué sentís cuando ataca a la prensa y sostiene que la mayoría de periodistas están "ensobrados" y mienten?

-No soy corporativo. Hay un montón de colegas que dice barbaridades de mí y nadie salió a solidarizarse. Me piden una nota y después me asesinan. No sé si será por envidia o qué. Que el presidente diga lo que tenga ganas y el que se quiera ofender que se ofenda. Lo que no me gusta son las descalificaciones.

-El presidente ha descalificado a periodistas.

-Que se defienda cada uno.

-Cuando Cristina Fernández cuestionaba a la prensa la tildaban de autoritaria y antidemocrática muchos de los que hoy defienden a Milei, ¿no es contradictorio?

-No sé. Yo nunca fui corporativo, no me interesa. Y por mirar tanto los modos no ponemos el foco en lo central. Para mí ese tema no es lo más importante del país.

-¿Vos creés como Milei que una enorme cantidad de periodistas recibe dinero en negro para hablar a favor de uno o en contra de otro dirigente político?

-Debe haber, pero eso se lo deberías preguntar al presidente. Hay medios que no consume nadie y no se entiende cómo subsisten con una megaestructura. ¿Cómo se mantienen?

-Hay analistas que señalan que Milei quería terminar con el kirchnerismo pero al final terminó con el Pro, el espacio que lidera Mauricio Macri, ¿coincidís con esa lectura?

-En realidad fue la sociedad la que terminó con el Pro. El Pro ya no existe más. Está Jorge Macri que gobierna la ciudad de Buenos Aires y alguna expresión local más, pero en términos de construcción política a nivel nacional ya no existe. No tiene ningún tipo de relevancia. No lo decidí yo sino que lo definió la ciudadanía. El presente puso a Mauricio Macri en el pasado.

-Este año hay elecciones legislativas en Argentina, ¿no hay lugar para una tercera opción por fuera de La Libertad Avanza y el kirchnerismo?

-No, es a favor o en contra de esto. Y ese es el problema de Macri. Hoy estás a favor o en contra del gobierno, en el medio hay una laguna de ácido.

-¿Tenés alguna opinión formada sobre el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou?

-Siento una profunda admiración hacia él. No estoy en el día a día de la política uruguaya, pero Lacalle Pou me parece un tipo sencillo y auténtico. Me lo crucé una vez andando en moto y después lo vi en fotos en un bar comiendo un chivito y en un estadio yendo a ver a su equipo. Esas cosas me encantan. También me gustaron mucho sus discursos en los eventos del Mercosur y otros encuentros internacionales en los que criticó a los gobiernos de Cuba y Venezuela. Desde afuera se ve a Uruguay como un país que funciona y que tiene las instituciones fuertes. Cada vez que vengo a Uruguay lo veo mejor.

-¿Qué sensación te generaron Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, a quienes entrevistaste durante la campaña electoral?

-Son bastante parecidos. También entrevisté a Carolina Cosse que me cayó muy bien por más que no comulgo con las ideas que ella defiende. Me parecieron personas sencillas, simpáticas. Si Uruguay eligió a Orsi por algo debe ser. Por un tema ideológico me hubiera gustado que le vaya mejor a Delgado, pero en Uruguay funciona muy bien la democracia.

-Estuviste a punto de pasar de La Nación+ a A24, ¿por qué resolviste quedarte?

-Me ofrecieron trabajar en A 24, lo cual agradezco. Al principio acepté y después me arrepentí. Decidí quedarme en La Nación porque creo en la marca y en la libertad con la que se trabaja. Estoy muy agradecido con el canal. No quería estar saltando de un canal a otro.

-¿Cómo es tu vínculo con Luis Majul, una de las principales figuras de la emisora? El año pasado fue muy comentado un pase en radio El Observador donde le revoleaste unos auriculares.

-Majul es un amigo. Lo quiero y es un buen tipo, pero es alguien difícil para trabajar. Igualmente las diferencias que tenemos las podemos hablar cara a cara. Aquel día casi nos cagamos a trompadas. Le tiré los auriculares. No me acuerdo qué carajo pasó. Yo me tenía que ir y él quería que yo me quede, entonces le tiré todo a la mierda. No debería haber hecho eso.

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