La tercera parte de la trilogía de "El Señor de los Anillos" arrasó con las estatuillas de la 76 edición de los premios Oscar, llevándose los once galardones para los que estaba nominada en una noche absolutamente previsible. La gran triunfadora igualó el récord de estatuillas que hasta ahora detentaban otras dos grandes superproducciones: "Ben-Hur" y "Titanic".
"Esto es increíble, estoy tan honrado y aliviado", afirmó un exultante Peter Jackson, director, coguionista y padre de la ardua adaptación al cine del libro de fantasía épica de J.R.R. Tolkien.
El film consiguió los dos principales galardones, a la Mejor Película y Mejor Dirección (Peter Jackson), después de recibir la serie de estatuillas en las categorías técnicas, donde la gran perdedora fue "Capitán de mar y guerra". La superproducción de Peter Weir logró alzarse con dos premios: Cinematografía, ganándole al uruguayo César Charlone que competía por la brasileña "Ciudad de Dios", y Montaje de Sonido.
El éxito de "El retorno del Rey" supuso también un triunfo de Nueva Zelanda, el pequeño país donde se rodó la película y que aportó, de Peter Jackson hacia abajo, la mayor parte del personal y los medios técnicos, lo cual pudo apreciarse una y otra vez en los agradecimientos de los premiados, siendo constante motivo de broma para el conductor de la ceremonia, Billy Cristal.
FAVORITISMOS CONFIRMADOS. La sudafricana Charlize Theron hizo buenos los pronósticos al lograr el Oscar a la Mejor Actriz por su encarnación de una personaje salido de la realidad, una asesina condenada a muerte en "Monster". "Este ha sido un año increíble, tan increíble", dijo, emocionada hasta las lágrimas quien también logró en enero el Globo de Oro a la Mejor Actriz por el mismo personaje, además del premio del Sindicato de Actores.
Por su parte, Sean Penn también cumplió con su papel de favorito al conseguir el Oscar al Mejor Actor por su interpretación del padre que venga a su hija asesinada en "Río místico". Al recibir la distinción, Penn señaló que, al igual que "las armas de destrucción masiva", tampoco "existe la interpretación perfecta", siendo éste su único comentario referido a la guerra de Irak cuando se esperaba que dijera más cosas.
El premio al Mejor Actor Secundario fue para Tim Robbins ("Río místico") y Renée Zellweger ("Rgereso a Cold Mountain") se hizo con el galardón a la Mejor Actriz Secundaria. En ambos casos se trató del primer Oscar que conseguían.
El actor y director Tim Robbins destacó que el primer Oscar de su carrera es el mejor ejemplo de lo que significa vivir en una sociedad libre y democrática. "Sé que muchos de los que me han votado no comparten mis ideas, pero aún así han demostrado su comprensión por el arte", indicó el intérprete, quien es un activo defensor de causas humanitarias y políticas de carácter progresista. Además dio otro importante mensaje al señalar que "en la película interpreto el papel de una víctima de abuso y violencia. Si sos una de ellas, te digo que no hay vergüenza o debilidad en buscar ayuda. Es una de las cosas más importantes que podés hacer para frenar el ciclo de violencia".
Por su parte, Zellweger, visiblemente emocionada, recurrió a un pequeño papel para no olvidarse de ningún agradecimiento, entre los que estuvieron tanto su familia y amigos como sus compañeros de elenco, Nicole Kidman y Jude Law, y el director del film, Anthony Minghella.
"Perdidos en Tokio", que llegaba con cuatro candidaturas, se conformó con el Oscar al Mejor Guión Adaptado, para su escritora y realizadora, Sofía Coppola. Este premio determinó que la familia Coppola acompañe a la familia Huston en la lista de clanes con tres generaciones de Oscar. Sofia comenzó por agradecer a su padre, Francis Ford, por todo lo que le enseñó, para luego mencionar a quienes participaron de su film.
Por su parte, "Buscando a Nemo" cumplió su condición de favorita y obtuvo el Oscar al Mejor Largometraje de Animación.
HOMENAJES. El veterano realizador de comedias Blake Edwards, de 81 años, recibió de forma a la vez cómica y emocionada el Oscar honorífico que premia a su larga y prolífica carrera, de manos de Jim Carrey. "Debo este premio a mis amigos y a mis enemigos. No podría haberlo logrado sin mis enemigos. Me llenan de energía y voy a demostrar que están equivocados", declaró Edwards, a la vez emocionado y enérgico, luego de protagonizar una parodia en la que llegó en silla de ruedas, atravesó una pared y terminó de pie y lleno de polvo junto a Carrey.
También hubo homenajes para los recientemente desaparecidos Bob Hope, Katharine Hepburn y Gregory Peck, además de la tradicional recorrida en imágenes de todas las figuras del espectáculo hollywoodense que fallecieron el pasado año.
OTROS RUBROS. "Balseros", el documental de los españoles Carles Bosch y Josep Maria Domenech sobre los cubanos que huyen de su país, no logró el Oscar al Mejor Largometraje Documental, categoría en la que se alzó vencedora "The fog of war", la favorita. Recibió el premio su realizador, Errol Morris, y para seguir con la tónica de documentalistas polémicos inaugurada el pasado año por Michael Moore, Morris realizó un paralelismo entre la guerra de Vietnam y la de Irak, pidiendo reflexionar sobre estas trágicas épocas. "Si la gente puede parar un poco, pensar y reflexionar sobre ciertas ideas y preguntas del film, quizás he hecho algo bueno. Tengo el sentimiento de que nos hundimos a toda velocidad en un hoyo", expresó al recibir la estatuilla.
En la categoría Mejor Película Extranjera, la ganadora fue la canadiense "Las invasiones bárbaras". Su productora puso una cuota de humor al subir al escenario y decir "menos mal que ‘El Señor de los Anillos’ no califica en esta categoría", aludiendo claramente a la supremacía imprimida esa noche por hobbits, elfos, enanos y todo el fantástico mundo de Tolkien que, luego de tres años, consiguió el reconocimiento que tanto estaba esperando y merecía.
En base a un cable de EFE