Era uno de los youtubers más populares de Argentina, acumulaba cuatro millones de seguidores cuando anunció que se retiraba de la plataforma. Claro que no era una despedida definitiva sino una pausa para, ahora sí, hacer lo que quería: escribir guiones y hacer animaciones. Actualmente Martín Kovacs lanzó los primeros episodios de la serie animada Wasted, disponible en Youtube, y sobre este proyecto, los famosos involucrados, la fama y la timidez es esta nota con el reconocido youtuber argentino.
—Sos el creador de la serie animada Wasted, que recuerda a Ricky & Morty, Los Simpson y Padre de Familia; imagino que esas animaciones sirvieron como inspiración.
—Sí. Me crié con Los Simpsons y siempre fui muy fan de las series animadas: Regular Show, Alejo y Valentina, y una de El Bananero. Siempre me gustó el mundo de la animación. De hecho a los 14 años hice mi primera serie animada que se llamaba Tinchito Reca, hice un par de capítulos siendo rechiquito. Hice las voces, la animación, todo, porque es un mundo que siempre me interesó mucho, al igual que la lectura o la escritura, porque el límite es tu imaginación, y eso es lo que más me gusta.
—¿Cuándo surge la serie?
—La idea nació en mi cabeza en abril del 2019. Aunque desde que tengo uso de razón siempre me gustó del mundo del cine. Tengo muchos amigos que son músicos y me dicen: “de chiquito que la música me llama la atención poderosamente”; bueno, para mí fue el cine y las series. Quería ser actor y cuando crecí me di cuenta que lo que me gusta es el detrás de escena, la dirección y el guionar. Así que la idea nació principalmente en 2019 con esta idea de las pastillas, de hacer un mundo medio loco en el que las pastillas hablen y tengan una personalidad arraigada con lo que trae cada componente químico.
—¿Tenías en mente hacer un episodio, varios o ya pensabas en hacer una temporada?
—La idea era hacer capítulos de 20 minutos. Empecé a trabajar en un piloto, lo presentamos a distintas personas, una empresa de streaming grande se interesó, le empezamos a dar para adelante y ahí cayó la cuarentena que nos cagó el proyecto, como a un montón de gente. Ahí entré también en depresión y me dio angustia (ya estoy curado, por así decirlo), y es gracioso porque un psiquiatra me recomendó que tomara Clonazepam, que es uno de los protagonistas de la serie. Después el proyecto lo retomamos en 2022, cuando pude salir un poco de la depresión y ansiedad, y volví a tener la mente un poco más creativa.
—Y en esa búsqueda se sumó gente conocida como Duki, Bizarrap o Mario Pergolini que se hicieran tiempo para estar en el proyecto, lo que es un sello de aprobación.
—Si, son unos genios y estoy muy agradecido con todos porque confían en mí y mi humor. Son amigos desde hace un montón y cuando les contaba del proyecto, la mayoría me decía: dame un personaje no seas malo.
—¿Conocías a Pergolini?
—No, le mandé un mail mostrándole el primer capítulo y le dije: “quiero que seas la voz del presidente de mi serie”, y el chabón me contestó a los 15 minutos. Me dijo: “me encanta vamos a darle para adelante”, y ahí lo conocí en persona. Vino a mi casa y estuvo increíble.
—En 2019 te estabas retirando de Youtube. Tenías 4 millones de seguidores, habías hecho un Luna Park, estabas en el auge; ¿cuando diste el paso al costado, era para empezar a hacer este tipo de proyectos?
—La realidad es que mi sueño de toda la vida siempre fue dedicarme a lo que es cine, actuación, guionar, y cuando en 2018 me empieza a ir muy bien con Youtube me dije: “bien ahí”. Pude dejar la oficina que estuve cinco años trabajando, era un laburo donde me estaban negreando un montón porque el diez de cada mes ya no tenía plata. No me gustaba la vida que estaba teniendo y cuando en Youtube me empecé a ir re bien, pude ayudar a mi familia: y me desvié del camino que quería hacer. Estuve como un año pensándolo. Me acuerdo que fue un proceso complicado decir “voy a abandonar todo para arrancar con esto”, pero cuando se empezaron a acomodar las cosas y esta empresa se interesó en el proyecto, yo dije “ya está, es por acá”. Fue dar un salto al vacío y decir, sigo en mi zona de confort que sé que estoy ganando re bien, la estoy rompiendo, puedo seguir en internet el tiempo que quiera o voy por acá que es lo que quise toda mi vida. Y fue re complicado decir: voy por acá. Además, cuando me mandé pasó lo de la pandemia, y ya había anunciado que me retiraba; y para mi cabeza fue horrible; pensaba que no me tenía que haber retirado, que tenía que haber seguido; y encima en cuarentena los números de todos los youtubers y streamers explotaron por los cielos. Si hubiera seguido en Youtube por ahí podía haber llevado los 10 millones de suscriptores. Con el tiempo todo se fue acomodando y ahora por suerte estamos largando la serie a la que le está yendo rebien, y estoy contento.
—Pudiste venderla, ¿por qué lanzarla gratis en Youtube?
—Sí, obvio. Con José Levi que es mi socio en el proyecto lo primero que dijo es: “vamos a las plataformas”, porque el nivel de animación y las voces que tenemos, es muy bueno. Y era una serie que puede estar en una plataforma tranquilamente: y si no queremos apuntar a algo gigante podemos apuntar a una plataforma más chica, pero lanzarlo en YouTube es lanzarlo gratis. Pero le dije: ¿por qué no probamos hacer una temporada gratis para Youtube? Y ver cómo funciona, y la segunda intentamos venderla. También necesitaba ganar una seguridad como guionista porque es mi primer proyecto que guiono; yo no estudié guion, nada, es la primera vez que me meto en algo así. Y no es lo mismo ser gracioso a intentar armar un capítulo en el que los chistes sean graciosos, que entren bien. Entonces no me sentía tan seguro de ir a las grandes ligas de una, y por otro lado, lo que me había pasado en 2019 es que muchas ideas que yo tenía, me decían “¿Te parece que uno de los personajes sea un clonazepan?” “¿Por qué no es un tafirol?, algo más inofensivo”. No les gustaba que haya un personaje que sea un porro, ni ciertos chistes subidos de tono, entonces era como que me ponía trabas a mí mismo, y hacía pensar, ¿qué estoy haciendo?, ¿esto es lo que quiero o lo que quieren ellos? Tenía un montón de dudas en la cabeza y en Youtube es la libertad absoluta.
—Sos de reinventarte, fuiste Youtuber y te aburriste en la cresta de la ola, fuiste un cancelado y volviste.
—Fue difícil. Eso ocurrió a finales de 2018 y el 2019 fue bastante complicado también por eso. Fui para adelante, me caí varias veces pero siempre intentando, siempre volviendo a intentarlo.
—¿Siempre fuiste así, de seguir intentando? Calculo que Youtube te genera una coraza, porque un video funciona, otro no y hay que seguir probando.
—Más que Youtube, fue la vida en general. Venimos de un barrio bastante humilde con mi familia. A nivel familiar pasamos por varias crisis. Mi papá es mecánico, era el único sostén de la familia y con la crisis del 2001 todo se complicó. Cuando crecí en Youtube pude ser el segundo pilar, pero a nivel familiar siempre tuvimos que remar. Pero todos tuvimos un montón de piedras en el camino, está en uno si decide quedarse tirado en esas situaciones o intentar levantarse. Y seguramente me vuelva a caer y seguramente me la vuelva a dar contra algo. Realmente estuve tirado muchos años, me pegó la depresión, y antes de la cancelación, el primer problema con internet fue la exposición.
—¿Por qué?
—Porque de chico tenía una fobia social muy grande. No podía salir de mi casa, me costaba mucho. Mi madre y mis hermanos tienen enanismo, acrondoplasia es el nombre real; y crecí con esa realidad. Entonces salía con mi vieja a todos lados, y en mi barrio toda la gente nos miraba: los chicos hacían chistes, la gente se reía, así que la mirada siempre estuvo. Y llegó una edad en la que pensé que todo el mundo nos odiaba. ¿Por qué nos mira todo el mundo? Me sentía re perseguido, era rarísimo. Además, ya de por sí soy muy tímido, y en seis meses de 2018 hice tres millones de suscriptores, y salía a la calle y me volvían a mirar todos. Me acuerdo que el primer ataque de ansiedad fue un día que fui al supermercado. Volví a mi casa y tenía tres mensajes en Instagram de distintas personas que me decían, “te crucé en el super” y me mandaban fotos mías agarrando cosas en la góndola. Ninguno me habló, ninguno se acercó a pedirme una foto, fue decirme: “te crucé”. Ellos me lo decían recontentos, pero yo lo sentía como un “te estoy siguiendo”, y empecé a hiperventilar. Sé que hay un millón de problemas en el mundo y que las personas tienen un montón de problemas peores y que es una recontra boludez, pero para mi cerebro fue muy difícil.
—¿Y te pudiste acostumbrar a esa exposición?
—Esa fue una de las primeras barreras que tuve que pasar. Todavía me tengo que acostumbrar a que me vean. Me encanta que la gente me salude, que me escriban para decirme que les gusta la serie, eso me llena el alma zarpado, y creo que lo superé, pero al principio fue muy chocante. -
—Ya se estrenaron cinco episodios de la serie, ¿cuántos van a ser?
—La primera temporada son ocho episodios. La otra semana sacamos el quinto, que es un capítulo entero que hicimos con Duki y hay otros nombres ahí muy zarpados, pero son ocho capítulos la primera temporada que están todos muy unidos uno con otro. Está muy piola ver qué pasa con Wested. Tengo un montón de guiones de cortos que me encantaría hacer en algún momento pero hoy estoy bien enfocado al 100% en la serie animada.