Eleonora Navatta regresó a "Esta boca es mía": "Prefiero componer, me gusta más unir que dividir"

La periodista volvió para una segunda etapa en el programa de debates de Canal 12. "Quedé en una muy buena relación con todos en el programa y con la producción y este año me pareció que era el momento de volver", asegura.

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Eleonora Navatta.
Foto: Ignacio Sánchez.

Redacción El País.
Eleonora Navatta regresó al panel de Esta boca es mía (Teledoce), un sillón que había ocupado en 2016. Además, la periodista prepara el lanzamiento de la segunda temporada de su programa radial Nunca discutimos, que va por Radio Mundo.

Se declara “componedora”en los debates y brinda su opinión sobre los periodistas que pasan a la comunicación institucional, una labor que conoce muy bien por dedicarse a ella en los últimos años. Arquitecta de profesión, también tiene proyectos vinculados a la construcción.

-Volviste a la televisión y a un programa del que ya fuiste panelista como Esta boca es mía. En este tiempo, te has dedicado a la comunicación institucional.

-Sí y sigo en eso también. Comencé hace unos 11 años como un camino laboral que ofrecía una estabilidad mucho mayor a la que brindan habitualmente los medios de comunicación. Fue elección en su momento de una madre sola que estaba con dos chicos en edad escolar y liceal. Así que en ese momento prioricé trabajos más estables y “menos divertidos”, entre comillas. Porque de a poco le fui agarrando el gusto y crecí mucho en el rubro de comunicación institucional. Muchas veces la gente confunde y cree que si alguien es buen periodista, debe ser bueno también a nivel institucional. Y la verdad es que se trata de actividades bien distintas. No es traspolable. En mi caso, puedo pasar meses sin contacto con medios y prensa, sino dedicada a otras cosas que tienen que ver con la comunicación institucional. Además, soy arquitecta y si bien he ejercido poco hasta ahora, en este momento estoy vinculada a algunos proyectos de construcción.

-¿Por qué se dio en este momento tu regreso a Esta boca…?

-Yo había tenido una etapa muy linda en 2016 y me fui porque era incompatible con mi trabajo de aquel momento. Tenía que irme de la oficina corriendo para ir al programa y luego volver. Era una locura y tuve que elegir. Quedé en una muy buena relación con todos en el programa y con la producción. De hecho, yo recomendé a quien fue mi reemplazo: Verónica Amorelli. Era alguien que me encantaba y me parecía que iba a rendir muchísimo. Ella misma tenía dudas: era la conductora del informativo de VTV y no se veía opinando. Yo la impulsé y cada vez que la veía después, me convencí de que puse bien el ojo. Fue mi panelista favorita del programa. Respecto a mí, seguí vinculada e incluso fui algunos programas como panelista invitada y siempre quedó abierta la posibilidad de volver. Ahora me pareció que era un buen momento.

Eleonora Navatta
Eleonora Navatta
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

-¿Era un buen momento por circunstancias personales tuyas o por algo más vinculado a la realidad del país?

-Por mí. La actualidad laboral me permite una buena organización de los horarios y además, mis hijos están más grandes y más independientes. Tuve una conversación por Whats App con Conrado (Polvarini, productor general de Esta boca es mía) y el diálogo fue muy sencillo. Le dije que pensaba que podría ser el momento. Luego hablamos por teléfono y en menos de 5 minutos nos pusimos de acuerdo. El final de la charla fue: “Nos vemos el lunes en el canal”. Y así fue. A Victoria (Rodríguez) por supuesto que se lo comenté y celebramos juntas porque tenemos una muy linda relación. Yo me considero su amiga y me consta que ella igual.

-En 2016 compartiste el panel con Graciela Bianchi en su pasaje por el programa. ¿Cómo es tu relación con ella?

-Muy buena, muy cordial. En aquel momento el panel era fijo y estábamos con Graziano Pascale y Álvaro Ahunchain, además de Graciela y yo. En cierto momento estuvo también el Turco Abdala. Con todos la relación siempre fue 10 puntos, más allá de los debates al aire. Con Graciela en particular, cada tanto intercambiamos mensajes y nos saludamos si nos cruzamos. Nos llevamos bien y nos divertíamos con esas diferencias.

Eleonora Navatta. Foto: captura
Eleonora Navatta en su primera etapa en "Esta boca es mía".

-Hoy el clima parece más polarizado…

-Puede ser pero yo voy siempre por la línea del medio. Estoy en “La tertulia” de En perspectiva desde hace tres años y mantengo esa impronta muy componedora, que considero que me sale bien. Puedo ser muy enfática en cómo digo las cosas pero componer siento que es lo mío. Soy de esas personas que siempre tiene un teléfono de alguien para recomendar. Hoy que se ha perdido un poco el tema de la recomendación, yo sigo por esa línea. Porque me pongo en ese lugar de confiar en la gente. Capaz que es un poco inocente mi postura.

-Te habrás sentido decepcionada en algún momento…

-Pocas veces. La verdad que prefiero componer. Me gusta más unir que dividir. Para dividir hay bastantes loquitos y loquitas. ¿Para qué voy a ponerme en ese lugar? Me siento cómoda en el camino del medio. Cuando hablan de resistir el archivo a veces en tono despectivo, me parece bien si hablamos de valores éticos y morales. Pero si nos referimos a otro tipo de posiciones o perspectivas sobre las cosas, es mucho más sano cambiar y evolucionar. Si yo siguiera pensando lo mismo que cuando tenía 19 años, algo no está bien. No puedo pensar a los 49 lo mismo que a los 19. Está bueno madurar y eso se va haciendo escuchando y componiendo.

-¿Cómo te has sentido en estas primeras semanas desde tu regreso?

-Muy bien. Me encantan los medios. Por eso sigo y también hago radio. Formo parte de La Tertulia y además, en Radio Mundo tenemos un programa que se llama Nunca discutimos y el primer domingo de abril empieza la segunda temporada. Me encanta.

-¿Qué es Nunca discutimos?

-Es un programa que empezamos el año pasado en Radio Mundo. Lo creamos con Felipe Reyes y luego se sumaron Pedro y Ximena. Estamos armando la segunda temporada. En el programa la idea es llamar gente. En cada capítulo proponemos un tema y a partir de ahí, llamamos a personas que sepan de ese tema. Un día hablamos de las copas: entonces llamamos a un campeón de una copa de fútbol, un cocinero sobre las copas o un sommelier sobre vinos… Así sobre el fuego, el viento, el juego. Nos divertimos mucho, requiere mucha producción y nosotros hablamos poco y, como dice el título, nunca discutimos. La idea es que hablen los que algo tienen para decir sobre las temáticas. Este año cambia de nombre: Nunca discutimos a la hora del té.

-En el marco de la supuesta grieta que se vive, es común que la gente ponga etiquetas a los periodistas. ¿Cómo te llevás con ese campo minado?

-Las etiquetas son injustas o por lo menos una etiqueta es injusta. En todo caso, las personas tienen muchas etiquetas. En mi caso, soy una persona con múltiples intereses, lo que incluso ha sido un problema porque cuando fui a elegir una carrera me gustaban muchísimas cosas. No sabía qué elegir. Así que desde el vamos no estoy de acuerdo con el etiquetado. Pero bueno, hay que adaptarse. Ahora que volví a la TV los primeros comentarios referían a que tenía mal el pelo. Y bueno, sí, soy madre, tengo multiempleo y no me dio el tiempo de ir a la peluquería. Ya está. Hace muchos años que estoy en los medios y me acostumbré a los comentarios. .Cuando alguien decide tener una vida pública y una exposición pública, tiene que saber que no le va a gustar a todo el mundo.

-En el último tiempo y asociado al cambio de gobierno, se dieron muchos casos de periodistas que dejaron los medios para hacer tareas de comunicación en algunas reparticiones del Estado. ¿Cuál es tu visión sobre este fenómeno?

-Habrá casos y casos. Considero que hay gente muy valiosa que decide que su carrera tiene que ir por otro lado y es muy válido. Ya sea en el sector público o en el sector privado la comunicación institucional es un camino profesional muy interesante. Encima brinda la estabilidad que no siempre los medios pueden ofrecer. Lo ideal sería que los medios pagaran bien y tuvieran esa estabilidad que la gente necesita. Porque convengamos que no todos se van a trabajar a un gobierno porque les parezca divertido. Se van porque las van a pagar mejor y porque durante cinco años van a estar tranquilos. Es un elemento para poner sobre la balanza. Lo más importante en este tema es comprender que el periodismo y la comunicación institucional son cosas bien distintas y cada una profesión en sí misma.

-Hubo comunicadores que dieron un salto más largo y se sumaron a la actividad política, como los casos de Blanca Rodríguez o Gerardo Sotelo. ¿Cuál es tu visión en estos casos?

-Mi visión es que hacer política y presentarte a un cargo electivo es una opción muy válida. Si lo vas a hacer con pasión y con responsabilidad, bienvenido sea porque se necesita que haya políticos con ganas. Creo que los casos de Blanca y Gerardo se enmarca en estos buenos ejemplos.

-¿Hay malos ejemplos?

-Debe haber sí, como en todos los órdenes de la vida, donde hay gente que hace las cosas bien y otros que son chantas.

-¿Te pasarías a la política activa?

-No, en este momento. Si la pregunta es si me gustaría, creo que sí. Me gustaría ser política: legisladora, ministra o presidenta. Pero entiendo que es un camino de militancia que hay que hacer con responsabilidad y respeto y siento que por ahora no es el momento de hacer política partidaria. Igual, como dije antes, me parece bien que la gente cambie, no resista archivo y a lo mejor, en el futuro, estoy en ese lugar y me tiro como candidata a alcaldesa. Nunca se sabe.

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