Por: Martín Cajal
¿Por qué Eli-u? "Porque me llamo así. En el documento figuro así, ¿te lo muestro? (risas) Se basa en un personaje bíblico que aparece en el Antiguo Testamento, Eliú. Pensando en la sonoridad del nombre, mis padres llegaron a la conclusión de que el guión quedaba bueno, hay una diferencia sonora entre Eliú, Eliu y Eli-u. No es mi nombre artístico. ¿Pensante que me llamaba Elizabeth Úrsula?".
Una niña grande que provoca ese tipo de inocencia capaz de levantarte el ánimo. Eso genera la música de Eli-u, intérprete y difusora de la obra de su padre, el fallecido compositor uruguayo Gustavo Pena Casanova, más conocido como El Príncipe, quien no gozó de un reconocimiento generalizado, en parte "porque no estaba enfocado en difundirse. Se centraba en componer y componer", dice su hija. En Uruguay, los CDS disponibles de este compositor son El Recital y La fuente de la juventud, ambos editados por el sello Ayuí. Para acceder rápidamente a la música de padre e hija, sus myspace son: www.myspace.com/eliupena y ww.myspace.com/elprincipespace.
El año pasado la joven lanzó Creo en los elefantes (disponible en Semifusa, 18 y ejido), un álbum que resucita canciones inéditas del músico. "No fue un trabajo de laboratorio, no nos juntamos a programar la sonoridad del disco ni nada: quedó así. La selección de canciones fue azarosa, empática. Muchos de los temas formaban parte del repertorio que veníamos haciendo en vivo. Básicamente, no hay modificaciones ni en el estilo, ni en la melodía ni en la armonía. En eso, soy purista, me gusta respetar la idea original y después sobre eso, juego. No le hacía falta ninguna modificación o actualización (algunas fueron compuestas en el `79), ya estaban completadas. Lo que se hizo fue ensayar y como salían los temas, se grababan", cuenta. Esta frescura se revela en el resultado.
A pesar del surgimiento espontáneo de las versiones, el sonido conseguido conserva una homogeneidad a lo largo de todo el disco, una suerte de jazz y pop que arma una mini orquesta integrada por clarinete, violín, trombón, guitarra y bajo. Además, aparece "ese interjuego entre lo sencillo y lo complejo que tiene su música, que es muy atractivo. Escuchás una melodía que parece sencilla pero te la ponés a cantar y no lo es; o eso de expresar con palabras simples cosas complejas".Y claro, también están esos juegos vocales habituales en la música de El Príncipe y esos aires circenses y algo infantiles, que en la voz dulce de su hija adquieren un encanto especial."Fue un proceso que se fue dando solo. Un año antes de que se muriera mi padre, un grupo de músicos se juntó a hacerle un homenaje en Espacio Guambia. Ahí estaban Martín Morón, Martín Buscaglia, Hermán Klang, Mario Gulla… Cuando me enteré del proyecto dije: `Qué bueno, quiero cantar un tema` y bueno, fui, y terminé cantando algunos más. Después con Bruno Masci empezamos a sacar entre nosotros canciones de mi viejo, que ya estaban hechas y ahí se da esto de editar el disco La fuente de la juventud. Y se me ocurrió hacer una especie de mini show como forma de celebrar este lanzamiento con algunos de esos temas que estábamos tocando con Bruno y convocar a otros músicos como Paolo Buscaglia, El Club de Tobi, Fabián Pietrafesa y Nicolás Davis. A partir de ahí tocábamos los temas entrecasa, en cumpleaños y también durante unas vacaciones en el Cabo Polonio. Enseguida nos salió un toque en Buenos Aires, y ahí comenzó todo. Y este disco, Creo en los elefantes, fue como lo lógico, lo esperable de esos tres años en que estábamos tocando. La propuesta era editar temas inéditos y eso hicimos", relata Eli-u sobre la génesis del proyecto. Entre los músicos que participaron de él, está el bajista Gustavo "Mamut" Muñoz, quien tocó en legendarias bandas nacionales como Psiglo y Días de Blues, y también participa el ex saxofonista de Los Redonditos de Ricota, Sergio Dawi.
En Argentina, editó El amor en el zaguán (cd de El Príncipe no editado en nuestro país). Hace casi cinco años "que voy para allá a tocar canciones de mi viejo, interpretadas por mí. Mi objetivo es difundir su obra". Hay más material del compositor inédito en sus manos y el plan es ventilarlo "pero es difícil concretarlo por el tema económico", cuenta. Antes de oficializar esta tarea de divulgar el legado de su padre, Eli-u compuso música para los Bosquimanos, para teatro y algo para El Club de Tobi. Con respecto a la publicación de un trabajo propio, dijo: "Por ahora no. No siento la necesidad de hacerlo, estoy enfocada en esto otro y es como que tengo toda la satisfacción cubierta. Son temas que nadie canta y que la gente recepciona con alegría y ya con eso me es suficiente. Igual, si en algún momento se me ocurre incluir algo mío lo voy a hacer, no creo que una cosa sea excluyente de la otra. Por ahora no me pica, je".
El próximo viernes en el café de La Diaria se la podrá ver, aunque no será, en rigor, la presentación de su disco. "Es y no es. Porque algunos temas sí están en el álbum pero también van a haber otros más de El Príncipe. Aparte la formación no es la del disco, debería ser en un escenario más grande por la cantidad de músicos que participaron en la grabación. Estaré con el Trí-ugu, será algo más pequeño, no es con el bandón", adelanta. El espectáculo podrá ser una instancia para descubrir lo que producen las canciones de su padre. "Me gusta la música de mi viejo porque me siento identificada y tocada por ella, con lo que dice, más allá de que sea mi viejo, como puede pasarme con otros artistas. Me parece una música rica desde todo punto de vista y, sobre todo, por lo que me transmite: la cosmovisión, la forma de encarar la vida, la espiritualidad. Es como un faro, que me ilumina y que me reconforta".