Salió de Gran Hermano y conduce el programa de streaming más visto en el Río de la Plata. Cada noche, Lucila “La Tora” Villar convoca a más de 200 mil personas a través del canal de Gran Hermano donde reacciona a lo que ocurre en el programa. Y, esta semana, se sumó a Luzu, con Algo va a picar que conduce martes y jueves con Marcos Giles, Vicky Garabal.

Además, “La Tora” es una fuerte presencia en las redes sociales con cerca de un millón y medio de seguidores en Instagram. Eso la llevó a ser embajadora de distintas marcas internacionales. Y todo esto lo ha conseguido gracias a su autenticidad, simpatía y ocurrencias ante el micrófono.

Sobre su presente, su estado sentimental, el entrenar de madrugada y conducir varios programas de streaming, es esta charla de Lucila “La Tora” Villar con la revista Sábado Show.

—Estás en el streaming más visto en la televisión argentina.
—Sí. Estoy muy contenta, me siento muy bendecida, porque Telefe me haya elegido nuevamente para el proyecto. Es un proyecto que amo mucho y que genera tanta pasión. Estoy muy feliz por mi profesor.

—Desde que saliste de Gran Hermano no parado a trabajar y de crecer.
—Sí, siempre estuve dispuesta a laburar de todo.

—Y esta semana te sumaste a Luzu.
—Sí, el martes empezamos Algo va a picar con Vicky Garabal y Marcos Giles. Estoy muy contenta, vamos de 16.30 a 18.30 y estoy feliz de que me hayan tenido en cuenta, y que Telefe me haya autorizado.

—¿Hay algún secreto para convertirse en la conductora del streaming más visto de la Argentina?
—Es laburar, disciplina y estar siempre predispuesta. También escuchar mucho. A mí me ayudó mucho Telefe en estos dos años, en cuanto a manejar mi carácter. Obviamente que estuve predispuesta, y muchas veces si no hubiera tenido una palabra de mis jefes y hasta de Santi (Santiago del Moro, conductor de Gran Hermano), en momentos que fueron muy particulares, no sé si hubiese sido lo mismo. Si no los escuchaba ellos, seguramente no estaría aquí. Porque yo soy una piba muy calentona, de decir muchas cosas y muchas veces habría que elegir qué batallas sí, y qué batallas no. También entender que muchas veces el tiempo pone todo en su lugar, aunque en ese momento no lo ves.

—Entre una cosa y otra estás todo el día hablando.
—Sí, el otro día hablando con (Diego) Poggi que es mi compañero en el streaming de Gran Hermano y comparto todos mis días con él, le digo “qué raro es cuando no tengo una cucaracha”, qué raro no escuchar la voz de otra persona. Igual me regusta, no es que no la paso mal, lo disfruto mucho. Disfruto mucho mi laburo, me gusta, me siento muy privilegiada.

—Tenés, además, un diferencial, no sos autoreferencial. O sea, cuando hablás, no lo hacés desde el lado de haber estado en Gran Hermano, o desde tu experiencia.
—Eso es algo que siempre nos dijeron, este es otro Gran Hermano. El tuyo ya pasó, y después te das cuenta que a la gente no le interesa lo que pasó en el anterior, ni lo que hizo uno o hizo el otro. A la gente le interesa lo que está pasando ahora. Entonces es un laburo que tiene que hacer uno, porque si no caes en ser autorreferencial. También es dejar un poco el ego de lado y sentirse seguro de uno mismo, en un montón de cosas. A muchos le cuesta eso, y es lo que más laburo. Trato de no ser así, y cuando lo soy es para algo puntual. Siempre hago un paréntesis y digo “che, voy a ser autorreferencial, necesito hacerlo para opinar de esto”, y lo hago, pero no es la idea.

—¿Cómo lo aprendiste?
—Me lo enseñó Telefe.

Foto: Gentileza.

—A todo esto, ¿cómo es tu rutina, seguís haciendo ejercicio y vas al gimnasio?
—Mirá, actualmente de domingos a viernes las noches están todas bloqueadas desde las 19.00 hasta la una de la madrugada. Porque tengo las galas y además hago GH x La Tora, que es un programa del que le hablé a mis jefes que me gustaría hacer, siempre quise hacerlo y traerlo a Telefé para que la gente se pueda divertir y distender de domingo a jueves. Y la idea es que tengan un rato de música, o con un artista copado, porque muchos tenemos bastantes problemas en la vida. Y yo no es que me siento y hago, me gusta estar con los productores y mis compañeros para saberlo todo. Además hay que estudiar los chivos, saber con qué auspiciante voy a estar para agradecerles. Porque están poniendo plata en mi imagen y en Gran Hermano. Entonces es como un combo del que trato de estar muy atrás. Y los sábados, cuando estoy más tranquila lo uso para publicidades que tengo que hacer. Estoy bastante ATR.

—¿Y el entrenamiento para cuándo queda?
—Entreno de madrugada, a la 1 de la mañana con mi profe. Trato de hacerlo 3 veces mínimo por semana. También tengo coaching una vez por semana, y psicólogo también una vez por semana. Eso lo mantengo y no lo negocio.

—Hay que aprender a saber manejar la exposición.
—Sí, y todo el tiempo tenés estímulos. Todo el tiempo recibo comentarios en Instagram, en TikTok, en el chat de Twitch y YouTube que son 215 mil personas. Capaz que tenés 60 mil personas comentando, y de esos 40 mil son de un fandom y piensan que algo que dijiste es personal hacia determinado jugador de la casa. Entonces eso hay que saber llevarlo, y entendí que no podés casarte ni con lo bueno ni con lo malo que te dicen. Para el que no está acostumbrado, puede subestimar la reacción que hacemos a los programas, y cuando a uno le toca estar ahí te dicen: “che, pará, tu laburo es difícil”. Y sí, lo es.

—Es un trabajo que requiere mucho más que hacer un video de 15 segundos, son muchas horas hablando, leyendo, comentando y reaccionando a lo que ocurre.
—Sí, pero al haber entrado a Gran hermano, como que te acostumbrás a que si no te sale algo bien, ya está, ya fue. Me conocieron en peores momentos, entonces como que estoy libre.

—Si hay algo que te caracteriza, es que sos transparente.
—Sí, mal, expreso mucho.

—Te cambio de tema porque el año pasado estuviste saliendo con un uruguayo, Pablo Arnoletti de Márama. ¿Cómo es tu presente sentimental?
—Sí, estuvimos chongueando un tiempo, y más o menos en noviembre o diciembre, decidí no estar más. Hoy estoy soltera, estoy tranquila y estoy contenta. La verdad es que tengo tanto para laburar que lo que quiero es que lo que venga, me sume. Quiero que crezcamos juntos, yo y la persona que esté conmigo. Eso es lo que busco y quiero.

—Y ahora que estás soltera, ¿te escriben mucho en redes?
—No, cero. Creo que me tienen más miedo que otra cosa. Me encaran más en persona que por Instagram. Siempre fui una mujer muy intimidante, y lo sé, y sigue pasando igual. Pensé que me iban a tirotear, y nadie me tirotea. Nadie. No les da, o no les gusto. Lo peor es que soy un amor, pero la gente no separa que somos dos personas: La Tora y Lu. Yo, Lu, soy un amor, y La Tora es la brava. Ella es la coraza que se necesita, y la gente se queda con esa idea. Igual te digo, mejor, que laburen.

—A todo esto, ¿te da el tiempo para sumarte más proyectos?
—Me estuvieron llamando de otros canales de streaming en su momento. Me propusieron ser conductora, pero les dije que no. Pasa que estoy con un presente laboral con muchas marcas, y estoy feliz. Soy embajadora de varias marcas, lo que me pone muy contenta, porque eso también es una fidelización, y lo cuido mucho.

—Te vuelvo a cambiar de tema porque estás morocha. ¿Hay algún motivo para el cambio de imagen?
—El morocho se queda para siempre, me parece. El rapado tampoco está más. Pasa que quería meter un cambio antes de arrancar este Gran Hermano. Me quería perfilar bien para la conducción. Obviamente que he estudiado algunas cosas y también he escuchado mucho, y una de esas cosas era mi imagen. Con el rubio, no sabía qué, pero había algo que no me cerraba para la conducción. Creo que me hacía otro perfil, y nunca me había tenido así de oscuro, y me enamoré.