Luego de un 2024 muy intenso: escribió los libretos para los programas ¿Quién es la máscara?, Fuego Sagrado y Veo cómo cantas de Canal 12, y que lo llevó a ser profesor de comediantes, el humorista Germán Bernárdez regresa a los escenarios.

Las funciones de su nuevo unipersonal, CoWork, serán el 1 y 8 de febrero en el UnderMovie, donde Bernárdez compartirá escenario con algunos de los estudiantes del curso d comedia que imparte en El Comedy. Sobre los cambios, su evolución, el escribir un reality y su nuevo show, es esta charla.

—Has vivido en España, has sido comediante, guionista para otros humoristas, profesor de comedia y también has escrito para televisión. Has tenido una gran evolución en pocos años.
—La verdad que sí. Desde 2022, cuando me convocan para El juego de la Oca en Canal 12, para acá, pasó de todo, y todo muy rápido. Pasa que la tele conecta con gente, y el trabajar en televisión como guionista en diferentes programas, me hizo adquirir distintas herramientas. También hubo un quiebre importante cuando hice un taller con Pedro Saborido (guionista de los ciclos argentinos de humor, Todo por dos pesos y Peter Capusotto y sus videos) y eso como que me ha abrió la cabeza. Dicen que usamos el 10% del cerebro, y creo que Saborido me desbloqueó un poquito más. Fue impresionante estudiar con ese tipo y me dio piques y herramientas que utilicé en los programas que estuve escribiendo en 2024. Siento que me hizo crecer muchísimo.

—El año pasaste escribiste para los ciclos ¿Quién es la máscara?, Fuego Sagrado y Veo cómo cantas.
—Sí, escribí los tres big shows de Canal 12 y también para uno que todavía no se estrenó.

—¿Fue para Tu cara me suena?
—No, ese empieza dentro de poco a grabarse. Lo único que sé es lo que han publicado, que lo conduce Maxi y que va a estar Claudia Fernández como jurado. Por ahora no sé nada más.

—Igualmente sos el guionista de los principales programas de la grilla de Canal 12.
—Sí, si me lo decías hace unos años, no lo hubiera creído.

—Trabajabas en la industria del software y abandonaste todo para seguir este camino del humor. ¿Pensabas de chico que ibas a trabajar en la televisión?
—Mirá, cuando era niño fui al programa de Cacho Bochinche, y Cacho me preguntó qué quería ser de gran. Tendría cuatro años y le dije “yo quiero trabajar acá”. Y ahora, cada vez que dentro de estudio de Canal 12, siento que fui fiel conmigo mismo de cuando era niño. No sé a cuánta gente le pasará, siento que soy muy afortunado de poder estar viviendo de algo que me encanta. Aparte me divierte mucho, tanto estar frente a la cámara como escribir.

—¿Es fácil guionar un programa como Fuego Sagrado o Veo cómo cantas?
—Entre los tres programas que trabajé el año pasado hay un abismo de diferencia. En Veo cómo cantas hubo 70 personajes que aparecieron a lo largo de la temporada, y guioné la presentación de cada uno de ellos: el carpintero, la modista, el surfer y demás, y me tomé como un desafío personal no repetir nada de los 70. Me dieron una guía de otros países, con las fórmulas que han usado “Un aplauso para recibir a tal”, o “Ahora recibimos a fulano”. Y eso no lo usé, cada personaje tenía su propia frase de presentación, y por ejemplo para el fotógrafo en vez de decir “un fuerte aplauso para recibir al fotógrafo” era: “Hagamos foco que llega el fotógrafo”. Cada presentación tenía algo que ver con lo suyo y ahí apliqué lo que aprendí con Saborido. Él explicaba que lo que hacían con Capusotto era no dejar a ningún público afuera, intentan contemplar al público culto, al menos, al joven y mayor, y en Veo como cantas creo que lo conseguí. Metí una perlita para cada público.

—Muy distinto a lo que puede ser el trabajo en Fuego Sagrado.
—Sí, porque el programa está vivo. Ahí, como guionista escribís una guía, una idea de lo que va a ser el programa, pero después te tenés que agarrar de lo que realmente pasa en el programa. Porque a los participantes no los guionás, dicen lo que quieren. De paso aprovecho para contar que hubo varios comediantes, como Leti Cohen y Denise Cassaux puteando en todos los programas, cada vez que se quemaban, o pasaba algo. Es muy divertido. Yo me divierto mucho haciéndolo, y en La máscara trabajaba con los investigadores y me acuerdo que el primer día que llegué para la primera temporada se me acerca el Fata Delgado, me da un abrazo y me dice: “te vi actuando y me gusta lo que hacés”, y que te lo diga el Fata Delgado, es fuerte. Cada vez que nos juntamos le doy un abrazo al Fata de agradecimiento, porque es genial hacer un programa para divertir a la gente, y hacerlo con gente así es mejor.

—Además de estos programas hay una vida, tenés dos hijos, y encima te dio el tiempo para escribir este unipersonal que estrenás el 1° de febrero en el Undermovie.
—Sí. El año pasado no estuve en Undermovie, cosa que había estado desde 2021, pero en 2024 fue un año de cambios. Estuve dando clases y no presenté un unipersonal. Este año estábamos con Ernesto Muniz, uno de mis mayores amigos, y quedamos de hacer algo. Siempre intento innovar y presentar algo a lo que hice antes y surge CoWork que tiene que ver con haber dado clases, porque sentí la necesidad de incluir en el espectáculo a algunos de los que salieron del curso. Yo trabajé en un Cowork cuando hacía testing de software, y compartís escritorio, sala de reuniones, y quería compartir el escenario desde la comedia con este concepto del Cowork.

—¿Cómo surge ese concepto de que el humor y la risa es algo compartido?
—Hay gente que tiene el concepto que el comediante es como una isla, y yo estoy completamente en desacuerdo. Eso de que hay distintas ramas del arte que son colectivas, pero la comedia es en solitario, y estoy en desacuerdo con eso. Porque estás solo en el momento que estás hablando en el escenario, pero la creación tiene mucho de colectivo. Con Muniz trabajamos en equipo, pero el resto de los comediantes con los que me encuentro o cruzo en El Comedy, están contribuyendo a mi carrera y a lo que digo en el escenario. Porque siempre alguno te tira un pique de algo, o te dicen “dijiste tal cosa y se me vino tal imagen a la cabeza”, y se genera una creación con aportes colectivos en lo que vos hacés. Por eso, para mí la comedia es recontra colectiva. Incluso existe el concepto “comedy buddie” que es juntarse con otro comediante a bajar el material en conjunto. Entonces, Cowork tiene que ver con eso de desmitificar que el camino del comediante es en solitario. Porque los grandes comediantes, todos tienen un acompañante que se presentan antes del principal. Así se foguean y permiten que los comediantes crezcan y los conozcan.

—Son varias las mujeres que están en el espectáculo.
—Sí, cuatro de cinco, es una mayoría aplastante.

—Me gusta porque ayuda a romper con eso de que los comediantes son hombres. Por suerte han sido varias las mujeres uruguayas que han logrado destacarse en el humor.
—Estuve en las dos presentaciones que hizo Flor Infante en El Comedy, y es una aplanadora. Es de las que te genera una risa que te desencaja la cara de la risa. Y las cuatro que están en Cowork surgieron del curso que hicimos el año pasado en El Comedy. Y sobre eso de las mujeres en el humor, la otra semana estuve en Buenos Aires y el sábado fui a ver a una comediante y cuando salgo veo a una persona que se le acerca y le dice: “la verdad me sorprendiste, porque soy un convencido que las mujeres no son graciosas”. Eso que acababa de salir de una sala de teatro, de ver a una comediante mujer hacer humor durante una hora y el público matarse de la risa. Y el primer comentario no era que “era un convencido”, sino “soy un convencido”, como que ella es la excepción a la regla. Incluso nosotros tenemos a Vale Dos Santos que va a ocupar el rol de conductora de Cowork. La admiro un montón y tengo muchas ganas de ver lo que va a hacer, porque se va a encargar de recibir a la gente apenas cruce la puerta del Undermovie.

—Anunciaste hace poco el show y la venta viene muy bien. ¿La gente te escribe para preguntarte de qué va el unipersonal o algo así?
—Me escribe mucha gente para preguntarme si en el show hay muchas malas palabras, o si me meto con el público, y quiero aclarar que vayan a disfrutar, ese es mi objetivo. Nadie se va a meter con nadie. Sí van a ver unos 10 minutos de estos comediantes que tal vez no conoce, o escuchó nombrar y no ha visto, y después son 40 minutos de material mío. Voy a estrenar cosas y la idea es que la gente se divierta, se ría y la pase bien.