Fabián Cardozo: los motivos detrás de su salida de Canal 5 y qué piensa de las críticas de sus colegas

El periodista se sentía "desmotivado" en los medios públicos y cuestiona ataques a APU, el gremio que preside. "Hay un preconcepto de que solo defendemos periodistas de izquierda".

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Fabián Cardozo. Foto: Francisco Flores.

—A finales de año resolviste no renovar en Canal 5 luego de 16 en esa señal estatal. ¿Por qué? ¿Cómo se fue procesando esa decisión?

—Fue una decisión que venía madurando y tiene que ver con pensar en nuevos desafíos y al mismo tiempo, cerrar etapas. Empecé en el año 2006 con una cobertura y un programa sobre Carnaval, algo que la televisión pública nunca había hecho hasta ese momento. De hecho, fui yo el primero que empezó con los móviles en vivo desde el Teatro de Verano. Hoy lo hacen todos los canales. Después me sumé a programas periodísticos y luego a los noticieros.

—¿Hasta 2019 cubrías Presidencia?

—Es verdad. Durante el gobierno de Mujica y el último de Tabaré Vázquez era el periodista encargado de cubrir Presidencia. De hecho hice múltiples viajes con los presidentes durante ese tiempo. Luego, con la nueva administración hubo cambios y se dio lo que comenté en mi despedida en términos críticos: los medios públicos están hoy claramente atados a lo político. No hay una concepción del medio público como política de Estado. Cada gestión trae su equipo, su perfil, su formato de informativo... algo que es absolutamente válido pero demuestra que no existe una política única que le dé continuidad al medio público.

—¿No estabas en los planes de la nueva administración encabezada por Gerardo Sotelo?

—Hubo cambios y en el último tiempo había quedado más adentro en la redacción sin un área específica de información para cubrir. Seguía aportando al equipo, pero desde un lugar más indefinido. Eso produjo en mí un desgaste, lo que llevó a perder un poco la emoción y la adrenalina que significa estar dedicado a la agenda dura, política, como estaba acostumbrado. Esa desmotivación me llevó a no renovar el contrato. Fue una renuncia. Siento que puse fin a un ciclo y lo decidí yo, a diferencia de otros compañeros que no pudieron tomar esa decisión, como fue el caso de Georgina Mayo, por ejemplo, que el canal decidió no renovarle el contrato y todavía no sabemos por qué. Yo podría haber seguido pero resolví cerrar el ciclo y dedicarme a otras actividades, para nada lejanas del periodismo o por lo menos de la comunicación.

—¿Cuáles son los proyectos?

—Me formé en el último tiempo en comunicación política, con diplomaturas en la Universidad de Montevideo y en la Universidad Camilo José Cela, de España, y en la Universidad de Buenos Aires. Enfoqué mucho mi carrera hacia esa disciplina y junto a otros colegas tenemos la revista “Relato” sobre la temática. Además, tengo una responsabilidad sindical doble, como presidente de APU (Asociación de la Prensa Uruguaya) y de la Federación de Periodistas de América Latina y El Caribe.

—¿En comunicación política has trabajado para algún partido o candidato en particular?

—No, hasta el momento he trabajado en formación y esencialmente para el exterior. En Uruguay soy parte del cuerpo docente de la Diplomatura en Comunicación Política de la Universidad Claeh. En 2023 seguiré explorando esa veta además de mi trabajo periodístico en la agencia Sputnik, donde hago un programa de política internacional que se mantiene a pesar de las dificultades. Como se trata de una agencia rusa, sufre sanciones financieras que afectan a los trabajadores. Somos víctimas de esa situación.

—¿Con Sotelo y los demás responsables de Canal 5 llegaste a hablar de esa desmotivación?

—En algún momento lo planteé y tiré algunas ideas. No encontré todo el eco que esperaba y por otra parte, la dirección fue bastante clara en el sentido de que quería apostar a nuevas caras. Muchas veces no me sentí identificado con el perfil que le quieren dar a la programación. El canal hoy está apostando mucho a coproducciones y no tanto a programas propios y además, se perdió un poco el perfil del informativo como algo estratégico. Destaco sí que hay un muy buen trabajo en lo que tiene que ver con lo digital, donde se mejoró mucho.

El periodista Fabián Cardozo hará su primer documental
Fabián Cardozo en Canal 5

—¿Cómo definirías la relación con Gerardo Sotelo?

—Tanto con el presidente del Secan como con el jefe de informativos (Jorge Gatti), tuvimos una relación franca, buena, más allá de algún cortocircuito natural vinculado a que a un dirigente gremial está por lo general en tensión con la dirección. Pero era una relación correcta en el sentido de que podíamos hablar. No tuve con ellos las dificultades que sí experimenté con gestiones anteriores donde la relación no era tan franca y fui víctima de una falta total de integridad de parte de él.

—¿Te referís a lo sucedido bajo el mandato de Ernesto Kreimerman y aquel móvil mientras estaba en piso Orlando Petinatti?

—Por suerte eso quedó en el olvido, al igual que toda su gestión. También por suerte.

—¿Ese desencanto que te afectó a vos en el último tiempo no es algo común entre los funcionarios de los medios públicos?

—Lamentablemente sí. El mayor problema de los medios públicos es la desidia. Cuando los trabajadores no ven de las autoridades un empuje que los motive, ponen el piloto automático, la desidia, aquello de que “acá todo funciona igual, total, el sueldo está”. Cumplimos el horario y listo. Falta un poco de enamoramiento y eso tiene que ver con la dinámica cambiante de los medios públicos, atados siempre a lo político. Eso está pasando y no quiere decir que no haya pasado antes. Muchas veces pasó.

—Sos uno de los responsables de Siempre Carnaval (Sport 890 y Total FM). Ya comenzaron con los programas y se preparan para transmitir desde el Teatro de Verano. ¿Qué crees que marcará el Carnaval?

—De nuevo se viene un Carnaval muy politizado. El año pasado fue la LUC y ahora creo que las referencias pasarán por todos los escándalos que rodean a la estructura presidencial. Vamos a ver a muchos “Astesianos” sobre el escenario: es algo muy presente en el ánimo general en la población y el sistema político tendrá que preparar el lomo porque se va a llevar varios palos.

—Respecto al caso Astesiano hubo una declaración tuya en Buenos Aires sobre que en Uruguay se hablaría poco del tema. ¿Hoy, en perspectiva, revisarías ese comentario?

—Sí, lo revisaría. Aclararía, además, que hubo cosas que me atribuyeron que yo no dije. En realidad fueron comentarios de Pablo Duggan y no míos.

—¿Crees que hay una situación de “blindaje” al gobierno en los medios?

—No. En Uruguay no hay blindaje, gracias al trabajo de los periodistas que publican lo que tienen que publicar. Lo que hay son intentos de blindaje muy repudiables, gente que intenta blindarse desde el poder pero el trabajo de los periodistas lo evita. Un ejemplo de eso es lo que pasó con El Observador hace unos días y la noticia sobre la pesquisa acerca del viaje de Lorena Ponce de León. Más allá de que este tipo de escenarios puede llevar a la autocensura a muchos, estoy viendo una actitud muy valiente de los periodistas.

—Patricia Madrid fue de las periodistas que te criticó con mayor dureza luego de tus comentarios a Pablo Duggan. Te dijo “fantasma y mentiroso”. ¿Has tenido alguna diferencia anterior con ella?

—No. Entiendo que sus críticas tienen que ver con una forma de hacer periodismo y de expresarse en las redes, pero de mi parte, no tengo nada personal con ella. La conozco de sus inicios y está todo bien. Tiene el derecho a criticarme. En todos los casos, lo que me parece más preocupante es cuando se critica a la herramienta APU. A mí me pueden decir lo que quieran, pero criticar a un gremio que luego te puede ser útil no parece lo más apropiado. Los periodistas críticos eventualmente pueden tener una dificultad desde el punto de vista laboral, pueden necesitar a su sindicato, más allá de que les guste o no quien esté al frente, entonces lo más saludable para Madrid o los demás críticos es que si no les gusta el presidente, se afilien al sindicato y voten por otro en las elecciones.

—En su momento, cuando Madrid fue blanco de críticas de parte de Raúl Sendic y su entorno, APU no habría salido a respaldarla. ¿Te consta?

—Yo no estaba en ese tiempo. Hay mucho preconcepto sobre que APU solo defiende a los periodistas que son de izquierda o que trabajan en un medio de izquierda y creo que hemos podido romper ese mito. Venimos ahora de un juicio contra el diario La República, una marca no precisamente asociada a la derecha, a través del cual se logró la reincorporación de cuatro trabajadores que habían sido despedidos por su actividad sindical. Yo defiendo que se dé el debate dentro de la organización porque es muy fácil tirar piedras desde la vereda. Entren y planteen sus ideas adentro. En el mundillo periodístico afiliarse a un sindicato está como mal visto y me parece que es un error. Necesitamos ser fuertes como colectivo. Yo siempre uso una frase del Papa Francisco que es “nadie se salva solo”. Me parece que aplica.

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