ENTREVISTA
El periodista dice que la nota de Gerardo Sotelo generó “ruido” en TNU pero las diferencias se aclararon. También revela la maniobra del director anterior para evitar que Petinatti saliera al aire.
—Gerardo Sotelo dio señales muy claras de sus líneas de trabajo en post del equilibro informativo y también generó preocupación de los trabajadores con una nota que remitió a los periodistas para que el contenido sea “previamente consultado”. Al día de hoy, ¿se han acercado las posiciones?
—Lo primero que hizo Sotelo al asumir en el Secan fue reunirse con los trabajadores, algo que nosotros valoramos mucho. Ese gesto no había producido en los comienzos de otras gestiones anteriores. Él escuchó de nuestra voz la realidad del canal y también escuchamos de él sus lineamientos generales para los medios públicos. Así que todo empezó muy bien. A los pocos días, en cambio, apareció esta declaración de intención de trabajo y la designación de Jorge Gatti como coordinador periodístico. Lo primero que quiero aclarar es que el método del que habla Sotelo no es una novedad para nosotros. Es lo que venimos aplicando durante todo este tiempo para llevar adelante un trabajo profesional, con balance en la información. Pero lo que causó más ruido fue la manera cómo lo planteó Gerardo, a quien conozco desde hace tiempo y por quien tengo un gran respeto. Dejaba entrever que antes esos criterios no estaban claros.
—Estaba implícita la sospecha de que hasta el momento y particularmente en la gestión anterior, no hubo una cobertura balanceada de la información...
—Después de la nota, nosotros hablamos con él y Gerardo reconoció en que la forma en la que se expresó en esa declaración no era la más feliz. Yo estoy seguro que quien diga que esos criterios no se respetaron no vio los productos informativos de los medios públicos. Estamos hablando de los informativos, donde se cubrió la campaña con todo el balance, por ejemplo. Cuando se habla de temas políticos, además, siempre que un sector da su visión, vamos a buscar al otro. Si la oposición cuestiona, buscamos la respuesta al oficialismo y viceversa.
—Pero no se puede negar que está instalada la idea de que hay una asociación más o menos directa entre los periodistas de los medios públicos y la izquierda o el Frente Amplio directamente...
—Al que piensa eso, yo le aconsejo que le pregunte a los propios dirigentes políticos. Ellos pueden decir claramente que todos tienen su voz. Nosotros vamos al Parlamento y entrevistamos a todos. Vamos a cubrir un tema y salen todas las voces. Incluso salen partidos minoritarios que no son contemplados en los canales privados porque no miden y nosotros sí los escuchamos y replicamos su posición. Es verdad que hay un preconcepto instalado en la tuitófera sobre todo, de que la pantalla estaba manipulada y que Canal 5 y las radios son prácticamente que un comité de base y eso no es correcto.
—¿Te referís a los informativos y no a los programas?
—Los criterios de los programas deberían ser los mismos, pero la realidad de los informativos es la que más conozco. Además, dependen de departamentos diferentes y son formatos distintos. En los informativos no hay opinión como sí puede haber en los programas. Es otro análisis.
—En cuanto a la coordinación de Gatti, ¿hay que remitir todo a él? ¿Cómo es la dinámica diaria en el presente?
—Es el profesional referente en estos momentos y también los coordinadores. Se trabaja normalmente, los periodistas tienen su iniciativa y el proceso de trabajo diario es normal. No había en la gestión anterior un referente en el área de prensa, algo que fue un error. Comparto con Sotelo en que fue una equivocación de la gestión anterior el intento de acumular poder en la dirección. Se dirigían los informativos desde la propia dirección, algo que desde el punto de vista político y comunicacional es negativo porque implica que una persona designada por confianza política tome decisiones sobre el informativo, lo que es perjudicial y difícil, además. Es impracticable que una misma persona maneje el canal desde lo administrativo, lo político y lo periodístico.
—¿Qué expectativas tienen sobre la actual gestión?
—Si bien todavía estamos trabajando en modo pandemia, con menor equipo en la calle y menos encuentros presenciales, el relacionamiento es muy es bueno. En cuanto a nuestro futuro, todos tenemos la expectativa de que en diciembre vencen los contratos, como nos pasa año a año. La gran mayoría de los comunicadores somos contratados y tenemos una gran inestabilidad laboral. Todos los diciembres estamos pendientes de si seguimos trabajando o no y especialmente, la incertidumbre crece cuando hay cambio de gestión. Confiamos en que los criterios de evaluación que tome la dirección van a ser criterios profesionales porque nuestra tarea es esa, trabajar profesionalmente. No hay periodistas para tal gestión o para tal otra. Hay periodistas profesionales con quienes la dirección debe o debería trabajar de forma continuada.
—El director anterior era Ernesto Kreimerman, ¿cuánto incidía sobre los informativos o los productos periodísticos?
-Tomaba algunas decisiones y cometió puntualmente errores garrafales. Yo fui víctima de una situación así, que fueel episodio famoso con Petinatti.Después de mucho tiempo, en que tuve que hacer un poco de silencio porque estaba en juego mi trabajo y mi imagen, tengo que decir que eso fue parte de una maniobra mal realizada por la dirección anterior.
—Se dijo que el director le encomendó al informativo o a ti directamente hacer ese móvil para "tapar" la presencia de Petinatti en el programa Cocineros uruguayos, ¿fue así?
—Sí. Me lo encomendó pero no de forma transparente. Yo no sabía cuál era la intención oculta, que era que el entrevistado no saliera al aire en ese programa. Eso me hizo mucho daño. Terminé envuelto en una polémica de la cual yo no fui instigador. Yo hice mi trabajo. Tiempo después me preguntaba: ¿qué hubiera pasado si no lo hubiese hecho? ¿Me enfrento al director que me estaba dando una orden directa? Inclusive los mandos medios del informativo no estaban al tanto de la situación. Entonces, terminé envuelto a una situación muy desagradable.
—¿Lo decís por el móvil en sí o por lo que pasó después? Porque finalizada tu intervención, Petinatti se mofó de lo sucedido y en Twitter lo enfrentaste.
—Por todo. El móvil en sí fue algo inaudito. Estaba en un evento que contaba con presencia de varios ministros y otras autoridades. El director del canal estaba presente en el lugar y él mismo traía a los entrevistados y me decía que estirara, que siguiera al aire... algo increíble. Al terminar el móvil, me enteré de la intención del director, cuando él mismo me lo transparentó de una manera inentendible. Aseguró que su idea era utilizar ese espacio porque el entrevistado no era de su agrado, algo que será su problema, no el mío. Luego llegué al canal y supe que Petinatti había hecho un chiste sobre la situación. Entonces hice lo que sentí que tenía que hacer en ese momento, que era defender mi trabajo y el de mis compañeros cuando uno es doblemente agredido, por una acción inapropiada de la dirección y con un chiste, propio de un estilo de humor con el que a Petinatti le va muy bien, no lo discuto, pero no merecía ese chiste. Porque yo no era el culpable de la situación: no me pases esa factura, pásasela al poder, al director. No se la pases al que puso a la cara.
—Luego se generó una polémica colateral porque APU sacó un comunicado en tu defensa y nombró a Petinatti por sus dos apellidos judíos. ¿Te hubiera gustado o tuviste la oportunidad de conversar directamente con él para aclarar la situación?
-Fue un episodio muy doloroso. Es verdad que yo no participé en la redacción del comunicado. Mis compañeros en el afán de apoyarme hicieron algo que terminó siendo mal interpretado. Por supuesto que no tenemos ningún atisbo de antisemitismo ni de agresión a Petinatti. Lo hablamos con las organizaciones judías. Personalmente me reuní con el Comité Central. Después Petinatti siguió atacándome con algunas publicaciones en sus redes. Yo me vi envuelto en una situación mediática que no era mi intención. No gané nada con esto. No es mi tarea medirme en popularidad con el tipo más popular de la radio en Uruguay. Era obvio que iba a perder. Nunca pude hablar con él. En algún momento pensé en acercarme, pero no sabía si va a ser bien interpretado eso. Así que bueno, está todo bien. Él sigue haciendo su éxito y yo sigo haciendo mi trabajo de ocho horas en el canal. Y haciendo mi tarea sindical que tanto tiempo me lleva.
—Como presidente de APU, ¿qué tan complicado vino 2020 para los medios con la situación de pandemia?
—Hay 350 envíos a seguro de paro en todo país. No particularmente de periodistas, aunque lamentablemente hay varios esa situación, algunos con causal de despido. Pero nosotros, desde APU, tenemos una mirada amplia y no solamente defendemos periodistas. En el gremio conviven técnicos y hasta instaladores de TV cable en todo el país. Es una foto complicada porque la preocupación está en que esos trabajadores vuelvan. No sabemos qué va a pasar. Por eso, planteamos al gobierno algunas cuestiones. Pedimos algún tipo de señal hacia las empresas de los medios que a nosotros nos dé la posibilidad de discutir mejor el regreso de esos 350 compañeros. Queremos que vuelvan o que una mayoría vuelva.
—Recientemente se agregó el caso de Océano FM.
—Es verdad. Un cambio de mirada de la empresa determina que los programas dejan de salir en una radio que es un ícono. Yo crecí escuchando a Gustavo Rey de noche. Es una referencia para todo al que le guste la radio. Y saber que Gustavo Rey no va a estar, me parece algo increíble. La radio transformó el concepto de la FM hablada. Un golpe brutal. No solo para los 15 trabajadores que quedan sin trabajo. Es una pésima noticia para el periodismo. Lo único positivo es la reacción de la gente, que coincidió en que ha sido un mazazo la noticia. No sé si hay forma de volver atrás pero sería buenísimo que se haga la lectura, como me parece que está pasando, que la pérdida de un medio de comunicación es una pérdida para la sociedad.
—APU fue uno de los organizadores de los debates presidenciales junto a Búsqueda, ¿cómo fue ese proceso?
—Nosotros nos acercamos mucho al sistema pacto político desde que hicimos el pacto ético en contra de las fake news. Nos reunimos con todos los presidentes de los partidos y con todos los candidatos, generando una muy buena relación. Al ver que había cierto clima propicio al debate, la propuesta urgió de un acuerdo entre Búsqueda y APU y así fuimos parte organizadora. Ojalá podamos hacer lo mismo en la campaña municipal. No es obligatorio en este caso, pero sería bueno que los candidatos, en todo el país, acuerden el instrumento del debate y que APU esté en la organización. Sería un orgullo para nosotros.
—Fuiste el corresponsal de Telesur en Uruguay. ¿Sigue esa corresponsalía?
—No, hace muchos años que no estoy más. Trabajo actualmente para la agencia rusa Sputnik, donde hago un programa sobre política internacional. En cada carnaval, además, vuelvo a mi primer amor y este año estuvimos en Calle febrero, por las radios públicas. Escribí tres libros y este año se viene uno más. Junto a los tres libretistas de parodistas Los Muchachos, vamos a sacar un libro sobre la historia de la música tropical uruguaya. Es un proyecto que nos tiene muy entusiasmados.