Redacción El País
Desde niño, Facundo Arana sintió una atracción irresistible por el arte. Dibujar era su refugio y, tras escuchar un solo de saxo en la radio, supo que quería aprender a tocarlo. Su amor por la música lo llevó a ser artista callejero hasta que, casi por azar, descubrió su verdadera vocación: la actuación.

A los 17 años, enfrentó un linfoma que marcó un antes y un después en su vida. Superar la enfermedad reafirmó su deseo de vivir intensamente y dedicarse por completo a sus pasiones.

Saltó a la fama con Chiquititas junto a Romina Yan, aunque el quiebre en su carrera llegó con Muñeca Brava, la exitosa telenovela que protagonizó con la uruguaya Natalia Oreiro y lo convirtió en un galán internacional. Más adelante, actuó en las recordadas tiras 099 Central, Padre Coraje y Vidas Robadas. También se destacó en el teatro, y ha dicho que En el aire, la última obra que trajo a Uruguay, fue lo mejor que le tocó hacer sobre las tablas.

Este lunes cumple 56 años, aunque no se notan: su carisma, buena energía y, sobre todo, la genética, lo hacen ver como un eterno jovencito. Para celebrar a uno de los galanes más importantes del Río de la Plata, repasamos cinco curiosidades que quizás no conocías sobre él.

La de Natalia Oreiro y Facundo Arana fue una de las duplas más queridas de la tele y su historia de amor en Muñeca Brava fue inolvidable. Invitado a Socios del Espectáculo, los periodistas del programa quisieron saber si los mejores besos de la ficción habían sido con la uruguaya, y Arana contestó: “Lo que tenían los besos con Natalia es que la gente estaba esperando a que eso ocurriera, y cuando uno hace una escena de besos, tiene que lograr que del otro lado ocurra magia, y con Naty tuvimos esa suerte. Fue demasiado descomunal”.

En diálogo con Caras, la definió como una compañera “extraordinaria”. Ella, en tanto, dijo que él era una de las personas más hermosas que había conocido.

A los 17 años, cuando le diagnosticaron un linfoma, su vida dio un giro radical. “Todo se convirtió en un ‘si he de morir, que sea con una sonrisa, haciendo lo que quiero’”, contó Facundo Arana a La Nación. La enfermedad le enseñó a dejar atrás las presiones sociales y familiares, y entendió que la vida le estaba dando una nueva oportunidad.

Después de la quimioterapia, Arana perdió el pelo, pero una vez recuperado, decidió dejarlo largo como símbolo de resistencia. “La historia del pelo largo surge a partir de 1989. Hasta esa edad, había estado en el colegio y en ese momento era sí o sí el pelo corto. Llega al cáncer, se me cae el pelo y cuando me curo digo: ‘me lo dejo largo’. Parece superficial, pero no sabés lo importante que era para mí. De golpe me decían: ‘córtatelo para este personaje’ y me negaba”, contó en Poco Correctos.

Profundizó en este acto de rebeldía al ser invitado en PH Argentina: “Cada cosa que se va es una menos que te queda”, reflexionó, haciendo del pelo un símbolo de lo que logró conservar.

Facundo Arana dio detalles sobre la estrecha relación que tuvo con la uruguaya China Zorrilla en el ciclo Ídolos que emitió La Tele en homenaje a esta leyenda de la actuación. Se conocieron filmando 099 Central, y según contó, la conexión fue inmediata: “Fue caernos bien a primera vista. Nos divertíamos mucho”. En esa tira, China era su abuela y la experiencia fue hermosa: “Hicimos cosas muy lindas, quedamos amigos para siempre”.

En ese tributo, Arana contó que China jugó un papel especial en su vida, ya que fue ella quien bautizó a su primera hija con María Susini. “Cada vez que me veía y durante todo el embarazo, China me decía: ‘¿Cuándo va a nacer esa india?’, incluso antes de saber que sería mujer”. Un día, terminó de hablar con China y le dijo a María: “Nuestra hija ya está bautizada, China le puso el nombre: India”. María se rió a carcajadas y le dijo: “Por supuesto, es India”. Y así quedó.

La pasión por la música lo atravesó desde joven. A los 13 años escuchó por primera vez un solo de saxo en la radio y se sintió inmediatamente atraído por el instrumento. Después de años soñándolo, consiguió que su padre le regalara su propio saxo: “No me lo quería comprar porque pensaba que podría ser un capricho”, dijo en Noche al Dente. Y recordó: “Es el mismo saxo con el que me fui a tocar al subte”. Incluso intentó regalárselo al reconocido saxofonista Oscar Kreimer, quien le respondió: “Lo acepto, es mío, pero tócalo vos hasta el fin de tus días”. La música lo llevó a tocar en las calles y, tras compartir escenario con su ídolo Kreimer, pudo decir: sueño cumplido.

Conocido por éxitos como Muñeca Brava o Padre Coraje, explicó en Mañanísima que la decisión de alejarse de la pantalla chica para pasar más tiempo con sus hijos estuvo influenciada por una conversación que tuvo con su padre antes de morir, en la que este le confesó que le hubiese gustado estar más con su familia.

Arana recordó que su papá, que se dedicó a la justicia y la docencia, le dio a sus alumnos lo que no pudo darle a él como hijo. Por eso el actor, sabiendo que la televisión exige largas jornadas de trabajo, decidió dar un paso al costado y priorizar a sus pequeños: “Soy buen entendedor y me resonó lo que dijo”. Sigue actuando en teatro y logró encontrar un equilibrio entre lo personal y lo profesional.