Facundo Pastor presentó su libro "Isabel" y recordó su cruce con Milei: "Me dijo que yo no iba a poder trabajar más"

El periodista de investigación presentó en Enjoy Punta del Este su nuevo libro "Isabel", sobre la vida de la enigmática viuda de Juan Domingo Perón. Se refirió también a la actualidad y calificó al presidente argentino como "caótico".

Facundo Pastor
Facundo Pastor presentó "Isabel. Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta" en Enjoy Punta del Este.
Ricardo Figueredo/Archivo El Pais

Facundo Pastor, periodista argentino de amplia trayectoria que alcanzó popularidad también en Uruguay de la mano de programas de América Tv, publicó su libro más osado. En Isabel: Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta, el autor lleva al límite el género periodístico y propone una novela de no ficción que tiene por protagonista a una de las figuras más enigmáticas de la historia reciente argentina: la mujer que más conoció a Juan Domingo Perón, que quedó viuda y sola frente al país y que pactó con los mismos militares que luego la desplazaron para dar el golpe de estado. Y que, para sorpresa de muchos, todavía está viva. Tras presentar la investigación sobre Isabel Perón en Enjoy Punta del Este, el autor habla de esta revisión del pasado y a la vez revisa el presente con Javier Milei en el timón. "Es un presidente caótico de un gobierno caótico", define.

-En tu reciente libro Isabel: Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta relatás la historia de Isabel Perón, un personaje que pese a estar viviendo en España muchos creían muerta, ¿ella misma quiso convertirse en un fantasma?

-Sí, se convirtió en un personaje maldito o un fantasma de la política argentina. Cuando arranqué la investigación hablaba con fuentes o amigos que les contaba en lo que estaba trabajando y me preguntaban “¿pero Isabel no está muerta?”. Ella vive hace muchos años en Madrid y de algún modo buscó convertirse en un fantasma.

-¿Por qué no volvió a Argentina?

-Ese es uno de los grandes enigmas que plantea la novela. Es un thriller político de no ficción que se lee con mucho vértigo y que deja esa gran duda: el silencio de una mujer que no supo qué hacer con lo que le pasó en la vida y que eligió una suerte de exilio definitivo.

-¿El silencio es voluntario?

-Es voluntario y obligado. Ella calla porque todo lo que podría contar la podría comprometer. Es la mujer que vivió con Perón durante 20 años y la que más lo conoció después de su madre. Su gran amor fue Evita, pero esta mujer fue la que más lo acompañó y la que más sabe sobre él.

-En una novela de no ficción, ¿cómo manejás el rigor periodístico en estos casos?

-Yo vengo de un registro más periodístico, pero en este libro me animé a más y rompí el género periodístico. Es un libro sobre el silencio donde convive la narrativa de un periodista que busca romper ese silencio y un escritor que respeta el silencio de la protagonista. En este libro me animé a incorporar otra capa de relato. Aparece ella misma preguntándose cosas. Yo voy llevando la investigación, por momentos aparece el relato de un observador que mira y cuenta y por momentos está ella.

-La presentás como una mujer atormentada.

-Sí, ese es el concepto. A los 40 años le cae un país encima lleno de violencia, con una inflación por las nubes y un marido que se muere y que había sido muy particular para ella y para la historia argentina. Ella queda sola.

-¿En qué momento estuviste más cerca de ella?

-Cuando viajé a Madrid a buscarla sentí que me acerqué y que de una manera muy particular su voz está en esta historia.

-¿Cómo fue ese viaje a nivel personal y profesional?

-Muy especial. Yo iba a España porque me habían nominado como finalista para la Semana Negra de Gijón por mi libro Emboscada. Viajé solo. Fui a ese festival de literatura maravilloso e hice una escala obligada en Madrid en donde dediqué cinco días a buscar a Isabel. Fue muy interesante.

Facundo Pastor
Antes de "Isabel", Pastor publicó "Emboscada: La historia oculta de la desaparición de Rodolfo Walsh y el misterio de sus cuentos inéditos", "Nisman. ¿Crimen o suicidio? ¿Héroe o espía?" y "El gran arrepentido de la mafia del fútbol".
Ricardo Figueredo/Archivo El Pais

-¿Cómo vive ella hoy?

-Tiene una vida monacal, austera, silenciosa. Es una mujer de 94 años que hace lo que puede con su vida. Vive en un lugar que se llama Villafranca del Castillo a unos 30 kilómetros de Madrid. Es un lugar muy tranquilo. Me asombró el silencio que había en ese pequeño pueblito, donde hay una pequeña urbanización. Ella vive en un duplex muy cerquita de un supermercado, de una peluquería, de una confitería donde hacen unas galletas muy ricas y de una Iglesia que está muy vinculada con ella.

-¿Está lúcida?

-Tiene los achaques de lucidez una mujer de 94 años, pero tiene los reflejos de seguir queriendo recibir una vicepresidente, por ejemplo, como hizo con Victoria Villarruel.

-¿Qué lugar tiene en la historia?

-Nulo. A lo largo de la historia ha habido un desencuentro entre Isabel y la Argentina, y entre el peronismo e Isabel.

-¿Tiene algún punto en común con Cristina Fernández de Kirchner?

-Cristina tiene un liderazgo distinto al de Isabel. La muerte de Néstor Kirchner pudo haberla atormentado como a Isabel la atormentó la muerte de Perón. La cercanía puede ir por ahí, pero son liderazgos distintos en épocas muy distintas. Cristina construyó un liderazgo con mayor solidez y hoy está pugnando por parecerse a la que alguna vez fue.

-¿Cómo ves el gobierno de Javier Milei y en particular su vínculo con la prensa?

-Es el gobierno caótico de un presidente caótico. Argentina es un país que creo que precisaba otro tipo de liderazgos, pero la democracia se expresó en este sentido. Es caótico en su vínculo con la prensa y con quien piense distinto a él en cualquier cosa. Es caótico con su propio equipo, en el que echaron a más de 130 funcionarios en 400 días. Es caótico como la propia motosierra, que es un elemento caótico y violento.

-Tuviste una pelea fuerte con Milei cuando todavía era candidato presidencial, ¿cómo fue?

-Sí. Dije algo que no le gustó, se enloqueció y cuando me vio en un pasillo del canal se me vino encima. Yo estaba en la empresa para la que trabajo así que mantuve las formas. Le pregunté si esos gritos y esa forma de manejarse tenían que ver con lo liberal y él me gritó que si llegaba a presidente me prepare para correr porque no iba a trabajar en ningún medio más. Yo había contado que en la estructura partidaria de Milei se crecía de dos maneras: o poniendo dinero o teniendo sexo, que es lo que denunciaban algunas militantes jóvenes.

-¿Cómo hubieras reaccionado si el cruce se daba en otro contexto?

-Yo soy un profesional y un hombre pacífico. Yo tengo que hacer el trabajo para el que me pagan que es investigar el poder. Jamás permitiría que me editen o me direccionen una entrevista, por ejemplo. Pero en Argentina hay un juego de grieta que algunos colegas aceptan, lo juegan, lo aprovechan y sacan mucho dinero con eso.

-Te referís a la entrevista de Jonatan Viale a Milei, que fue intervenida por su asesor Santiago Caputo, ¿qué lectura hacés de ese episodio?

-Fue un papelón periodístico y político. Salen los dos muy mal parados y exponen de manera bochornosa lo que la gente por ahí sospecha. Cuando la gente después tiene la mirada que tiene sobre el periodismo político en Argentina no nos quejemos.

-En su descargo posterior a la nota dijo que había periodistas que cobraban dinero en negro de dirigentes políticos e insinuó algunos nombres.

-Que diga los nombres y los denuncie. Si yo los tuviera haría eso. Así se sigue lastimando la credibilidad del periodismo serio en Argentina: generalizar, llamar “ensobrados”. Me sorprendieron algunos detalles con los que describió algunas escenas. Hablaba como si hubiera estado detrás de una columna espiando lo que pasaba, o quizás participando.

-¿Después de que asumió Milei tuviste alguna dificultad para trabajar?

-Para nada. Trabajo en radio y televisión. Tengo mucha libertad para trabajar en los medios en los que estoy. En el gobierno hay una lista negra de periodistas a los que no se puede atender. No obstante, yo logré hacer entrevistas a funcionarios importantes del gobierno que han sido gentiles y se bancaron todas las preguntas. Milei en cambio solo ha tenido intercambios con algunos periodistas, pero no fueron entrevistas.

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