Justo después de cerrar la temporada de Mar del Plata en la que lideró la taquilla, Fátima Flórez viajó a Uruguay para protagonizar el evento por el Día de la Mujer organizado por Pedro Konrad. Si de mujeres empoderadas de trata, ella es ejemplo al haberse abierto camino en un universo tan masculino como el del humor porteño, que todavía no tenía una imitadora encabezando un espectáculo. Por otro lado, las vueltas del destino en la jamás monótona Argentina convirtieron a esta actriz que alcanzó la popularidad interpretando a Cristina Fernández en nada menos que la novia del economista Javier Milei, que a la postre se convirtió en el presidente de la nación. En un diálogo mano a mano con El País, para el que ella solicitó especialmente no ser consultada por temas políticos, Fátima habló de su rol ya instalado como cabeza de compañía y del más reciente como pareja de un presidente.
-¿Cómo surgió esta convocatoria de Pedro Konrad para protagonizar una actividad por el Día de la Mujer en Montevideo?
-Surgió al principio de la temporada de verano, cuando Pedro Konrad me llamó para comentarme de la actividad. Me siento muy honrada de que me haya elegido a mí entre mujeres talentosas, disciplinadas, emprendedoras y empoderadas.
-Vos tenés una relación estrecha con Uruguay, donde se suelen presentar tus espectáculos.
-Sí, hace por lo menos diez años que vengo a Uruguay. Siempre agrego funciones y tengo buena recepción por parte del público y de la prensa. Estoy feliz de que cada año crezca más este vínculo.
-Siempre se dijo que tu rubro es especialmente masculino, y de hecho no se conocen muchas otras imitadoras mujeres, ¿vos lo ves así?
-Hace unos años era así. Cuando recién aparecí era un fenómeno raro, no para mí sino para la cabeza de algunos productores de ese momento que decían “las mujeres no hacen reír” o “las mujeres no cortan tickets”. Yo siempre creí en mí y me preparé desde muy chica. Empecé como bailarina, después como cantante y así arranqué a hacer teatro. Todas las herramientas que aprendí las utilizo ahora.
-¿Pero sentís que te costó más que a un hombre?
-Hace 15 años atrás la sociedad no tenía la evolución de hoy, entonces era raro, pero siempre tuve la bendición del público. El primer día que monté mi espectáculo no sabía qué podía pasar. Invertí mis primeros ahorros, me la jugué y me salió bien. Nada es de un día para el otro y a los que empezamos remando desde abajo nos costó más. Lo que siento es que en aquella época a la mujer se le exigía el doble que al hombre. El hombre hacía unos personajes y ya estaba bien, pero a la mujer se la veía con otra lupa. Por suerte los tiempos cambiaron.
-Además de las interpretaciones, tus espectáculos tienen un importante componente de humor.
-Mi responsabilidad con el público es llevarles emociones, hacerlos reír pero también emocionar. En el último espectáculo que presenté en Mar del Plata, 100% Fátima, elegí una serie de personajes con mucho humor que es lo que la gente espera, pero también varios números musicales de estas cantantes que me gusta interpretar como Liza Minelli, Tina Turner, Michael Jackson, Jennifer López. El que me ve en la tele cuando viene al teatro se lleva esa sorpresa.
-¿Cuál dirías que es tu personaje más aplaudido?
-Hoy es Fátima. Uno no le puede mentir a la gente muchos años, se nota cuando la persona es genuina. Y la gente quiere quererme, me siento muy acompañada por el público más allá de la comunicación a través de los personajes.
-¿Y vos con el tiempo también te fuiste sintiendo más cómoda al enfrentar al público sin máscaras?
-Sí, me siento muy cómoda y feliz con quién soy.
-Sos la única artista que trabajó con Gerardo Sofovich, Marcelo Tinelli, Susana Giménez y Jorge Lanata, ¿cómo dirás que son las distintas formas de trabajar de estas máximas figuras de la televisión?
-Tuve la suerte de trabajar con los cuatro popes de la televisión y con todos en momentos de rating altísimos. Tienen distintas formas de trabajar. Con (Jorge) Lanata había mucha química y trabajábamos en base a un guión muy marcado, si bien muchas veces dije que no me sentía cómoda con algo y la producción fue flexible para modificarlo. En Showmatch, en cambio, es salir a improvisar totalmente. Está todo en la interacción con Marcelo (Tinelli), que te puede llevar para un lado o para otro muy distinto al que tenías pensado. Con Susana (Giménez) también había bastante de improvisación. Todos tenían lo suyo. Lo que está bueno es ser camaleónica y aprender de todos.
-En el momento de mayor rating de Lanata imitabas a Cristina Fernández mientras era presidente y lo hacías en un espacio claramente opositor, ¿esto nunca te jugó en contra?
-No. Yo estoy interpretando un rol, en ese caso la presidenta, pero soy una actriz que está trabajando. No tengo por qué sentirme incómoda. Nunca me achiqué ni tuve miedo. Hay gente que me decía “cuidado”, pero yo siempre estuve tranquila con el respeto y profesionalismo que hice mi trabajo. Obviamente no le podés gustar a todo el mundo. Hay gente que dice que lo que hago no le gusta y también está perfecto.
-En 2023 te separaste de Norberto Marcos después de 22 años de relación, ¿cómo fue adaptarte en lo profesional teniendo en cuenta que él manejaba parte tu carrera?
-Estuve 22 años con una persona y eso es mucho. Yo era muy joven cuando empecé con él. Es toda una vida. Para mí fue un desafío porque yo tengo una compañía con 60 familias. No es que yo voy sola y me pongo una peluca. Es un megashow donde hay mucho trabajo detrás de escena. Pero pude hacerlo y con creces. Me fue increíble y vienen muchos proyectos para el año.
-¿Esta ruptura implicó tener que ponerte al frente de negociaciones y aspectos que antes delegabas en él?
-Todo eso no es algo nuevo porque yo ya lo hacía. Yo no figuraba pero ya lo hacía. Toda la vida hice el trabajo de empresaria y de salir a buscar, coreografiar. No vivía en una cápsula de la que solo salía para subir al escenario.
-Hace unos días salió publicado el video de un evento en el que ustedes se cruzaron y aparentemente vos le habrías negado el saludo.
-No, eso no es así. Se ve en el video que no es así.
-¿Cómo está tu relación hoy con el presidente Javier Milei luego de algunos rumores de crisis?
-Estoy bien hoy, ayer y mañana. Estoy muy bien.
-¿Se te cruza en algún momento por la mente que es una relación que te puede alejar del público que no comulgue con él?
-Para nada. Nunca pensé en eso. Lo primero es el amor, conectar con una persona. No es que uno pueda hacer conjeturas o elucubraciones. No entra en mi ADN y nunca entró.
-¿Desde qué lugar conectan?
-Desde lo espiritual y muchas cosas del corazón.
-Hubo mucho debate en torno a si ibas a seguir trabajando después de que él asumiera como presidente, ¿consideraste la posibilidad de dedicarte solo a acompañarlo durante su administración?
-¡Se hablaron tantas cosas! Se decía que no iba a hacer temporada, que no iba a vender entradas, que iba a ser un fracaso y que el 10 de enero me volvía a mi casa. Al final fui la que cerró la temporada de Mar del Plata. Agregamos sillas y se quedaron 400 personas afuera con ganas de comprar el ticket. Nunca se me pasó por la cabeza dejar de trabajar. No sé por qué sorprende tanto. ¿Qué quieren?, ¿que esté tirada en un sillón tomando una cerveza mirando la televisión? Pero una no puede salir a desmentir o enojarse por todo.
-¿Cómo es tu relación con su hermana Karina Milei?
-Muy buena, tengo muy buena onda. Le gusta mucho el teatro, así que ella también me había visto varias veces antes.