ENTREVISTA
El periodista de 67 años se reinventó en múltiples facetas luego del final de su ciclo en Telenoche (2015) y más recientemente el abrupto final de De primera mano.
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-Es un año movido en lo laboral para vos. ¿Se viene un nuevo proyecto radial?
-Sí. Yo tenía dos grandes fuentes laborales que eran el canal (conducción de Telenoche) y Radiocero (De primera mano). Al dejar primero uno y luego otro, empecé a sustituirlo por otras actividades. Desde hace tiempo que la radio 1410 AM, del grupo La República, me había propuesto hacer algo con ellos pero en realidad no tenía tiempo material para hacerlo. Ahora se dio la posibilidad y empezamos a hacer el programa “El poder de la palabra”, que va de 8:00 a 10:00. Es más o menos lo mismo que hacía en Radiocero, solo que ya hay un equipo armado y yo me incorporé.
-Estás en Buscadores (VTV y Canal 5) y también en programas relacionados al transporte...
-Así es. Soy el responsable del canal de YouTube de Cutcsa y además, desde que Juan Salgado es el presidente de la Cámara de Transporte del Uruguay, estamos haciendo un programa que se llama “Transporte al día” que va por VTV. Abordamos todo tipo de temas vinculados a esa área.
-¿Te costó esta reinvención tuya?
-Sí. Yo estuve haciendo el duelo después de que me fui de Canal 4 (agosto de 2015) por más de un año. Y en ese tiempo, además, no sonaba el teléfono. Nadie me ofrecía nada. A la larga me di cuenta de que estuvo bien que no haya sonado el teléfono. Porque seguramente hubiera vuelto a hacer lo que estaba haciendo, que era meterme en la vorágine de un informativo. En 20 y pico de años que estuve en el 4 perdí la vida: la salud, el estrés, el crecimiento de mis hijas se me fue como agua entre los dedos, vivía pendiente del laburo y nada más. Hoy, con el duelo ya procesado, a las 19:00, la hora en que empiezan los informativos, suelo estar en el Prado haciendo gimnasia y ganando en salud. Agradezco eso.
-¿Quién fue el primero que te llamó después de tu salida de Canal 4?
-Cutcsa. Con la empresa siempre tuve vinculación. De hecho, el exdirector de Canal 4 Hugo Romay era muy amigo de Juan Salgado. Al tiempo, también se sumó Tabaré Vázquez a ese círculo de amigos. Es más: yo tengo la sospecha de que cuando Vázquez resolvió que hiciera yo aquella famosa cadena de radio y TV lo hizo a sugerencia de Salgado.
-Salgado lo niega...
-Es verdad, lo niega. Pero yo la sospecha la sigo teniendo. Y me encantaría que haya sido así. Se lo agradecería mucho.
-¿Se lo agradecerías en serio? ¿No te metiste en un problema con esa cadena a comienzos de 2018?
-Mucha gente piensa eso, pero para mí fue un orgullo. En el primer gobierno de Sanguinetti trabajé haciendo una cadena de radio y televisión con la llegada de los presidentes de América Latina a una cumbre que hubo en Punta del Este. Cuando la Presidencia de Lacalle Herrera trabajé muchas horas de forma honoraria para Acción Solidaria, una iniciativa de Julia Pou. Cuando un presidente democrático te elige como comunicador independiente para dar un mensaje, yo lo hago encantado. Lo que me dijeron en este caso fue que querían responder a “Un solo Uruguay” de la misma forma en que ellos habían dado su plataforma, a través de un periodista. “¿Te animás?”, me plantearon. Y yo dije: “Por supuesto”.
-Pero en la gente quedó una asociación con el oficialismo que no sé si fue beneficiosa para vos...
-Me indignan esas asociaciones. Ahora que estoy haciendo un programa en la radio de La República, muchos van a preguntarse ‘¿para qué lado renguea?’ Los que están de un lado político van a decir que “soy una foca” y los otros van a decir que soy un gran periodista. Cuando hice aquello para Sanguinetti muchos dijeron que era colorado. Y ahora me dicen que soy del Frente. No, no. Yo trabajo para quien me ofrece el trabajo y si me cierra el trabajo. Soy un profesional.
-Si en este gobierno, te convocan para una cadena, ¿la harías?
-Claro, con mucho gusto. Yo tengo una relación absolutamente cordial con el actual presidente Lacalle Pou. Le dije hace siete años durante la campaña anterior: ‘Vos tenés que prepararte para ser presidente dentro de cinco años. Eso implica también saber callarse la boca’. Capaz que no se acuerda, pero se lo dije en un estudio de Canal 4 en una previa de una nota que le hicimos en “Uruguay decide”, un programa que tuvimos con Daniel Castro. Él había metido la pata con ciertas declaraciones, pero luego fue mucho más medido. Maduró mucho y se cumplió lo que dije: fue presidente cinco años después.
-¿No crees que en el Interior, o al menos en el seno de “Un solo Uruguay” se generó un rechazo hacia tu figura porque fuiste el vocero del gobierno de Vázquez frente a sus planteos?
-Nunca me plantearon nada. Te digo más: al día siguiente de la cadena, mientras todos hablaban de mí como mensajero, “Un solo Uruguay” respondió al contenido del mensaje. Yo cometí un par de errores porque en algunas ocasiones conjugué mal verbos y dije “hicimos”, “pusimos” o “logramos” lo que no debí haber hecho. Porque no tenía por qué incluirme en supuestos logros de ese gobierno. En la interna yo había apostado con los chicos de Presidencia de que lo grababa de una. Por honrar esa apuesta no quise parar y grabar de nuevo. Pero eso fue claramente un error y me di cuenta en el momento.
-¿Qué te generó el fallecimiento de Tabaré Vázquez?
-¿Sabés una cosa? Tenía una muy buena relación con el Dr. Vázquez porque le había curado el cáncer a mi suegra 30 años antes de la famosa cadena. Cuando era médico solamente. Yo tenía una proximidad con él muy especial. De hecho, cuando asumió su primera Presidencia, a los 100 días de gobierno, le dio una nota a un solo medio y ese medio fue De primera mano, mi programa en Radio Cero. Teníamos un lindo ida y vuelta. Pero no éramos amigos. Su muerte me pareció una ironía muy funesta del destino. Que el hombre que hizo dejar de fumar a los uruguayos se muera de cáncer de pulmón me pareció parte de una película de humor negro.
-¿Te vas a Portugal en grupo? ¿Cómo es eso?
-Está planteado. Surgió como una broma en la radio. Alguien planteó: ¿por qué no organizamos un viaje a Portugal y Vilar va de guía? Una agencia tomó la iniciativa y está organizando el viaje. Creemos que se concreta. Hay cupos todavía y viajamos el 16 de noviembre. En 2007 fue la última vez en que estuve en mi tierra, cuando del gobierno me dieron un premio como portugués destacado en el mundo en el rubro comunicación.
-Viniste a Uruguay siendo niño.
-Sí. Cuando tenía 6 años, mi familia vino a Uruguay. Pero en Portugal tengo tantos tíos y primos que no me alcanzarían tres meses de estadía para visitarlos a todos.
-El final de De primera mano en junio en Radio Cero fue muy abrupto. ¿Cómo lo tomaste?
-Me jodió. Hace un tiempo tuve una reunión con directivos del grupo Carve (vinculado a los nuevos dueños de la emisora) porque había como un ruido en la línea. Yo no tengo nada en contra de ellos, ni ellos en mi contra. Pero en los hechos yo me despedí un viernes hasta el lunes y luego de finalizado el programa me dijeron que no salía más. En el proceso creo que todos hicieron las cosas bien para sus intereses, menos para mí. Los que vendieron se comprometieron a no decir nada para no complicar el negocio y los que compraron no se sentían en la obligación de avisar a nadie. Entiendo las posiciones de cada uno, pero me molestó. Creo que no costaba nada un aviso.
-¿Cómo viviste la pérdida de Hugo Romay Salvo, fallecido en 2016?
-Con gran dolor. Porque fue la persona que creyó ciegamente en mí. Yo era la persona de su confianza en el canal, por lo menos en la “planta baja”. Todos los gerentes y los que tenían mando en Canal 4 estaban en el primer piso. Abajo, yo era el hombre de confianza de Hugo Romay, no solo desde lo periodístico o administrativo, sino en cosas de la vida. Me dolió y me hizo pensar en algunas cosas, por ejemplo, que no todo lo comprás con plata. Y que hay que disfrutar más de la vida. Hugo Romay era un animal de laburo: se tomaba 8 días por año de vacaciones. Además, él miraba Canal 4 y al mismo tiempo, no sé cómo hacía, escuchaba Radio Cero y Monte Carlo. Estaba pendiente y al tanto de todo. Los viejos broadcasters eran un poco así. Se los extraña.
-En ese año casi sin trabajar, ¿tuviste problemas económicos?
-No. Hubo que hacer algunos achiques, pero nunca pasé por momentos de zozobra. Siempre fuimos una familia muy gasolera.
-Y al contrario, ¿tuviste momentos de opulencia?
-No. Yo ganaba bien en Canal 4, pero lo normal para tener una casa, un auto, hacer algún viaje cada tanto. Pero no mucho más. Cuando hice el arreglo económico, con Hugo Romay, en el año 1991, puse una cifra que era muy buena y le dije: “Arreglamos esto ahora, pero nunca más le voy a hablar de dinero”. Y así fue. Después de eso, solo hablé de plata para pedir por mis compañeros que consideraba que se lo merecían. Tengo millones de anécdotas de las buenas y de las malas en esos pedidos.
-¿Así que varios te deben el aumento en Telenoche?
-No me deben nada. Yo era nada más que un intermediario para que se lograra justicia. A veces en una empresa grande se necesita de ese tipo de intermediarios para lograr esas cosas.
-Hace un tiempo una encuesta de Cifra estimó que el público de Subrayado es más “de izquierda” y que el de Telenoche es de “derecha”. En tus tiempos, ¿Telenoche era de derecha?
-Esas cosas son mentira. La gente es completamente subjetiva con los periodistas. Habla sin argumento. Si lo ama, ve todo lo bueno y si lo odia, ve todo lo malo. La realidad es que todos los noticieros (Telenoche, Subrayado, Telemundo) tienen sus coordinadores que determinan la agenda de noticias para cubrir y asignan a los periodistas a tal tema. Pero cuando el coordinador manda al periodista, no baja ni media línea y el periodista hace su trabajo. No se puede estar entretejiendo segundas intenciones. Andar diciendo que porque Blanca (Rodríguez) sale con (Mario) Bergara, Subrayado es de izquierda, es una locura. Si fuera así, (Daniel) Salinas no hablaría nunca en Subrayado. Además, me consta del profesionalismo y la integridad de Blanca y de la gente de Subrayado. Es cierto que los directores de los canales como ciudadanos y como empresarios pueden tener una afinidad política. En mi época, por ejemplo, el directorio de Canal 4 era afín al Partido Colorado, pero a la hora de hacer el noticiero se desvivían para que no se notara.
-¿Te sorprendió la salida de Eduardo Preve de la coordinación de Subrayado?
-Sí, me sorprendió. Me encantaría saber la verdad. Hasta ahora yo estoy convencido de que no hubo incidencia del gobierno. Me cuesta creer que haya mediado una presión del Poder Ejecutivo. Si ese fue el modus operandi, en algún momento alguien va a hablar. Porque si hubo una supuesta llamada, alguien ordenó hacerla y después alguien la hizo; del otro lado alguien atendió y después otro ejecutó la orden. En esa cadena, tarde o temprano, alguno va a hablar. Como nadie lo ha hecho y tampoco lo hizo Preve, me inclino a pensar que lo que se dijo en redes sociales fue un bolazo. Es muy común que en Twitter todo el mundo diga cosas sin ningún conocimiento de nada. Además, yo estuve del lado de adentro y nunca me pasó en 24 años que alguien llamara para pedir que echaran a un periodista. Y estuve con gobiernos de todos los pelos.
-Con Jorge Arellano en 1993 se dijo que había pasado algo de eso.
-No. Jorge Arellano cometió un error frente a la empresa. Esa historia la conozco bien. Había un gran consenso para que las imágenes que se habían grabado de un enfrentamiento entre trabajadores del Sunca y la policía no salieran al aire porque eran muy sangrientas. No parecía Uruguay. Canal 4 decidió que se las iba a dar a todos los actores que la pidieran, simplemente tenían que presentarse en el canal y firmar un recibo para llevarse una copia. Pero la noche previa, a las 2:00 de la madrugada, Jorge Arellano, sin decirle a nadie, les dio el video a dos diputados. Como nada es secreto cuando pasan estas cosas, el canal se enteró. Al otro día, le iban a dar una reprimenda fuerte, pero no lo iban a despedir. Cuando Arellano llegó al canal y supo que alguien lo había vendido, montó en cólera. Se plantó ante el directorio: “Si no me tienen confianza, renuncio y quiero que hoy mismo me digan si aceptan mi renuncia”, dijo. Yo lo quise contener pero estaba muy enojado y no me hizo caso. Más tarde cometió otro error. Porque antes de comenzar el noticiero de ese día, que era viernes, exigió nuevamente una respuesta., “Si no, no salgo al aire”, decía. No había nadie del directorio del canal a esa hora así que yo hice una llamada por teléfono y dije: “El señor Arellano pide una respuesta y está de malhumor”. “Vamos para ahí”, me respondieron. Volvieron los del directorio y tuvieron una reunión con él de 30 segundos: “Le aceptamos la renuncia”, le dijeron. Ese día conduje Telenoche por primera vez, muy a mi pesar. Lo que yo quería era conducir Telenoche con Arellano. Para mí fue el mejor presentador de noticias que hubo en Uruguay por lejos. Yo era coordinador en ese momento y él estaba siete movimientos adelante de mí. Había logrado además un dominio del lenguaje televisivo que nadie como él comunicaba las noticias con tanta sencillez y llegada.
-¿Pensaste en escribir un libro?
-Sí, pero no puedo. Si pongo todas las cosas que viví o que supe me tengo que ir del país. Tendría que romper con silencios empeñados o vulnerar la confianza que en algún momento me dieron. Un día hasta soñé con el título del libro: “El poder del poder” se llamaría ese libro que nunca voy a escribir.
-Familiarmente también estás en un momento de cambios: sos abuelo.
-Sí. Tengo dos nietos de mi hija menor: Lucas de 4 y Alejo, de 1. La más grande está dedicada a su profesión. Es la nutricionista de Peñarol y tengo el orgullo de decir que no la recomendé. Es más, me enteré después de que ella había entrado. Ni el presidente de Peñarol sabía porque mi primer apellido es Correia. Supo después que era mi hija.
-¿Qué planes tenés a nivel laboral?
-Seguir trabajando hasta que los huesos me avisen. Tengo 67 años. Me siento vital, con mucha energía. Soy muy ansioso y me encanta trabajar. Mi vida es de una electricidad permanente; no tengo problemas en hacer 20 cosas a la vez, lo que en mis épocas de noticiero ayudaba mucho. Tengo una personalidad funcional a eso. Hoy acepto muchas propuestas laborales por el desafío y para honrar las invitaciones que me hacen y no tanto por lo económico. Se trata también de estar o no estar. Me pasó con mi salida de Telenoche. Yo en el Canal era dios y de un día para otro me convertí en una cucaracha. No pasé hambre ni nada de eso, pero dejás de existir para el mundo en el que te movías. Eso me va a pasar de nuevo cuando me jubile. Capaz que una forma de reducir el impacto es ir dejando de a poco las cosas.
-¿Mirás noticieros?
-No. Es imposible mirar los informativos de hoy. ¿Tres horas? No, ni loco. A lo sumo miro los titulares. Porque después es muy reiterativo. Hacen dos o tres avances de una noticia que se agota en un minuto. Pero la estiran y estiran o le ponen expectativa. A veces me paran en la calle señoras memoriosas y me dicen: ‘Vilar, ¿por qué no vuelve que ahora te dan las noticias en cuotas?’.