Parece salida de una película o una serie de televisión, pero son hechos reales. En los años setenta, cuando tenía 12 años, Jan Broberg fue secuestrada por varios días por un amigo de la familia. Dos años después, el mismo hombre volvió a secuestrarla. Nadie en su familia dijo nada, hasta que Jan decidió hablar, en 2003. La hasta entonces actriz conocida como la enfermera Louise en la serie Everwood, habló. El próximo miércoles 14 a las 22.30 en Universal Premiere se estrena el primer episodio de Parece salida de una película o una serie de televisión, pero son hechos reales. En los años setenta, cuando tenía 12 años, Jan Broberg fue secuestrada por varios días por un amigo de la familia. Dos años después, el mismo hombre volvió a secuestrarla. Nadie en su familia dijo nada, hasta que Jan decidió hablar, en 2003. La hasta entonces actriz conocida como la enfermera Louise en la serie Everwood, habló. El próximo miércoles 14 a las 22.30 en Universal Premiere se estrena el primer episodio de A friend of the family, donde Jan cuenta lo que pasó. Y sobre la serie, su historia y sanar es esta charla.
Jan Broberg demora varios minutos en entrar a la reunión de Zoom, y apenas aparece pide disculpas. Motivos no le faltaban, una tormenta la dejó sin internet por varias horas. “Estoy en mi estudio de podcast en Santa Clara, Utah”, comenta sonriente la actriz y sobreviviente.
—La serie A friend of the family que se estrena en Universal es una revisión a un momento importante de su vida, cuando fue secuestrada cuando era una niña por Robert Berchtold, en dos ocasiones.
—Sí, fue una gran experiencia hacer esta serie porque quería contar a la gente la verdadera historia de cómo los predadores parecen ser personas buenas que parecen quererte, y confías en ellas, pero todo el tiempo están planeando el crimen perfecto. Por eso, para mí, el poder contar mi historia en A friend of the family a través de los nueve episodios, fue una experiencia maravillosa. Está muy bien hecha y es todo verdadero lo que se cuenta. Fue maravilloso ser parte del equipo de producción, estar en el cuarto de los escritores y asegurarme de que fuera contado de esta manera, para que la gente entienda cómo sucedieron los hechos. Y con esta historia quiero ayudar a otras personas a curarse y quiero evitar más abusos de niños.
—¿Qué te implica estar en la habitación de los productores?
—Tuve la suerte de que, cuando se me acercaron a hablarme del proyecto, querían que fuera parte del mismo. Eso fue maravilloso. Sabía que querían contar la historia correctamente, no que sea una cosa sorprendente después de la otra, sino contar y explicar el contexto. Tuve padres maravillosos que pensaron que este hombre era nuestro mejor amigo, así como su esposa y sus 5 niños. Fuimos mejores amigos por casi 3 años, e hicimos cientos de actividades con esta familia. Pero así es como la mayoría de los predadores trabaja. Es alguien que está en tu familia, en tu escuela, en tu equipo de deportes, o alguien que conoces en la iglesia o en tu barrio. No es un extraño aterrador. Tenemos que salir de este estigma y ver de dónde viene el abuso, y por qué le permitimos continuar.
—En muchos casos el delincuente ni siquiera va a la cárcel, lamentablemente también sabe de eso.
—Sí, en mi caso fue por 19 días, y eso fue todo (se suicidó en 2005). Pero antes él estaba afuera, raptando a otras chicas pequeñas. Hubo dos antes de mí, y eso, tristemente, es algo común. La mayoría de los pedófilos, los predadores sexuales de niños, de niñas, adolescentes y también adultos jóvenes, lo hacen una vez, y otra y otra vez. Por eso mi mensaje ha sido: pude sobrevivir. He hecho mucho trabajo para curarme y encontrar mi voz, y ahora voy a contar mi historia para que todos la conozcan. Porque solemos guardarnos esto, como si fuera Cáncer. Si tienes Cáncer, ¿te lo guardas como secreto? No, porque es algo que te pasó. No debes culparte, y no importa cómo vestías, o lo que bebías. Lo que importa es que el perpetrador te puso en la mira, y siendo un niño, tu cerebro no se ha desarrollado como para entender lo que ocurre. Por eso es importante que dejemos de culpar a la víctima, que empezamos a escuchar, a creerles y no nos quedarnos enojados y les cerremos la puerta a lo que tienen para decir. No puede ser que digan “no hablamos de eso”. Ese es un pensamiento erróneo que debemos evitar, debemos escuchar y creer. Esa es la primera y más importante cosa que podemos hacer ante una víctima. Por eso estoy feliz de contar esta historia con actores tan increíbles. Y sé que es todo verdad, porque yo estaba allí ayudando, dando sugerencias y conocer a los actores magníficos. Cosas como esta serie, me ayudan a ser mucho más fuerte y más empoderada. Es lo que quería.
—Fuiste secuestrada dos veces, cuando tenías 12 y 14 años. ¿Cuándo empezaste tu proceso de sanación?
—Creo que empezó cuando tenía aproximadamente 27 años, cuando nació mi hijo. Hasta ese entonces era una persona tratando de actuar normal, y me repetía “todo está bien”, “ya está fuera de mi vida”. Pero caí en la cuenta cuando nació mi hijo. Ahí definitivamente me di cuenta que tenía un trauma, que necesitaba curarme de esa experiencia. Realmente no estaba siendo honesta conmigo misma. Me estaba agotando e ignorando el trauma, había trasladado ese trauma.
—¿Qué hizo?
—Busqué un terapeuta, leí muchos libros buenos, vi a Oprah, hice jornadas de agradecimiento, hice libros sobre el trabajo de la curación, trabajé en mi sistema nervioso central, y todo lo que necesitaba para curarme, al menos lo suficiente. Creo que es muy importante saber que lo que te pasó no es culpa tuya, y necesitas hacer las cosas que te ayudan a curarte. Si intentas curarte de Cáncer, realizarías un tratamiento, en este caso es igual. Las víctimas tenemos que ser tratadas, ese es el mensaje importante. Por eso sabía que podía contar mi historia cuando me volví un poco más vieja. He trabajado en mi curación por muchos años y estoy feliz de decir que no me siento más atrapada por mi historia. Puedo contarla de nuevo y de nuevo. Es casi como si fuera sobre una persona diferente. Estoy muy saludable y agradecida por eso.
—En la serie interpretas a la terapeuta de Jan cuando es niña. ¿Cómo fue hablar con usted misma?
—¡Fue increíble! Soy actriz y hace mucho que actúo y hablo en público, pero para interpretar mi personaje, donde me estaba hablando a mí misma, a la Jan niña y a mi padre que se interpretan McKenna Grace y Colin Hanks, fue como si se completara el círculo. Como si les dijera “va a estar bien”, porque realmente lo estará. Quiero ser una voz de esperanza, de que puedes sobrevivir y seguir con tu vida, que tu vida no tiene que ser un desastre. Pero, si no curas el trauma, muchas cosas desastrosas pueden suceder, porque no has llegado a la causa del problema. Por desgracia somos nosotros quienes tenemos que curarnos, y un desahogo lo encontré cuando escribí un libro junto a mi mamá, La historia de Jan Broberg, que me dijeron ya está disponible su edición en español.