Redacción El País.
Georgina Martilotta se sumó al panel del programa de espectáculos y farándula Sacate la careta (Fipo TV). Modelo y docente de filosofía de 29 años, inició su camino en la comunicación como especialista en Gran Hermano y cada vez se suelta a diferentes temáticas.

En entrevista, relata un episodio de diferencias que vivió en un liceo con una subdirectora que tenía prejuicios sobre su perfil como modelo.

-¿Cómo se dio tu ingreso a Sacate la careta?

-En redes sociales, yo hacía videos analizando Gran hermano. Sebastián Oreiro, el conductor del programa y a quien conocía por mi trabajo como modelo con Fernando Crsitino, me dijo un día que le gustaba mi perfil y me convocó. La oportunidad me llegó en un momento ideal porque yo estoy buscando salir del modelaje, una etapa que disfruté mucho pero a la que había ir cerrando un ciclo. Quiero enfocarme más en la comunicación.

-¿Qué tal la adaptación de estos primeros meses a un programa como Sacate la careta?

-Aunque poco tiempo, yo había estado anteriormente en un streaming, que fue Ouch TV, con Álvaro Navia y Vanina Escudero. El caso de Sacate la careta es diferente porque es un programa mucho más jugado. Nunca había pensado que iba a estar en el rubro de los chimentos, pero le estoy agarrando el gustito. Soy de las que creo que con respeto se puede hablar de todo. Así que lo que hacemos es comunicar la información que tenemos y si alguien se enoja, como ya me pasó, asumir que es parte de la cosa.

-A Alfa de Gran Hermano, no le gustó un comentario tuyo…

-Sí, pero lo único que hice fue contar una experiencia propia, porque yo lo vi. Por lo menos en dos oportunidades, vi que el contacto de Alfa con sus fans era frío y distante. Conté eso al aire y mucha gente me compartió experiencias similares, diciendo que los había destratado un poco. Yo no digo que sea mala persona, ni nada eso, pero por lo menos es malo con sus fans. Alfa se enojó y le mandó unos mensajes a Sebastián. Yo creo que cuando uno tiene esa escala de popularidad, como tiene Alfa, está expuesto a las cosas lindas y a las críticas. Sí vas a estar enojando con cada cosa negativa que digan, no parece lo mejor.

-¿Qué te parece este Gran Hermano? ¿Te atrapó como los anteriores?

-Sì, me gusta. Creo que el casting que hicieron está bueno porque es muy variado y hay muchos buenos jugadores, estratégicos. El Gran Hermano anterior el foco estaba en Furia. Fue una edición muy violenta, donde destacaba ella y el resto de los personajes eran como muy quedado. Yo aclaro que soy fan de Furia; porque me parece que sacudió el formato. No ganó porque me parece que se pasó de rosca en su juego confrontativo, pero fue una gran estratega. Ahora la casa está más equilibrada e incluso desde que entró ella, no tiene el mismo perfil agresivo que tuvo el año pasado, más allá de que ya está generando disturbios.

-Más allá de tus análisis de Gran Hermano para Sacate la careta, en el programa también hablan de otras figuras, en especial locales, donde se puede generar cortocircuitos más cercanos. ¿Te ha pasado?

-Cuando me tocan temáticas más delicadas, trato de prepararme bien y ser objetiva. Si doy mi opinión, es mi opinión y nada más. No pretende ser la verdad absoluta. Hace unas semanas, abordé las polémicas en Carnaval luego de que acusaran de antisemita una parodia de Caballeros. Recordé un tuit de Petinatti que había sido muy duro, demasiado a mi entender. Para mí ellos estaban haciendo una parodia, porque justamente en eso consiste el Carnaval. No creo que ellos tengan una intención discriminatoria y esa fue mi opinión, más allá de que tenía a casi todo el panel en contra.

-Sos docente de filosofía, ¿estás dando clases?

-Sí. Todavía no me recibo porque me queda un año en el IPA. También estoy dando clases en un liceo extra edad, con alumnos mayoritariamente adultos que depende del Liceo Militar. Me encanta la docencia.

-¿Tuviste alguna dificultad por tu otra profesión como modelo?

-Tuve alguna experiencia desagradable cuando cubrí una suplencia en el Liceo Militar en la modalidad normal, no para adultos. Ahí tuve cuatro cuartos y dos sextos y empecè a tener problemas con una subdirectora. No confiaba mucho en mí y tenía los prejuicios. En algún momento llegó a decirme: “Tendrías que tener un perfil más de profesora porque las fotos que vos subís… no está bueno que los alumnos vean vean eso”. Yo no veía ni veo ninguna contradicción. Si bien trabajo como docente, también en paralelo soy modelo e influencer. Lo que pasa que estamos acostumbrados a que un profesor es profesor y no puede ser otra cosa. Me parece un error. Nos olvidamos que todos podemos ser dinámicos y tener varias actividades, gustos y preferencias.

-¿Cómo se saldó el diferendo?

-Yo estaba haciendo una suplencia. Cuando se hizo el llamado para ser titular, ella no avisó. Claramente, si me presentaba tenía chances de quedarme con el cargo. Además, con los alumnos jamás tuve problemas y ellos veían con naturalidad que fuera modelo. Fue un problema puntual con esta señora, que era mayor y tenía muchos prejuicios. Hoy sigo vinculada a la enseñanza militar, aunque soy civil, en el liceo extra edad.

-Y en lo personal, ¿nunca sentiste una contradicción entre la docencia de filosofía y una profesión como el modelaje, que puede ser considera como frívola?

-En algún momento, sí. Sentía que tenía una especie de doble personalidad. Después, me permití integrarme. El modelaje siempre me cautivó: de chica jugaba a ser Susana Giménez. Eso siempre estaba en mí. Mucho tiempo después, yo trabajaba como telefonista y un compañero me sugirió que me inscribiera en un certamen de belleza. Lo hizo y en ese ámbito conocí a Fernando Cristino, con quien hice temporada y trabajé en varios eventos. Fue como una cosa del destino y me encantó hacerlo. A mis alumnos, en mis clases, siempre les insisto con que desarrollen el pensamiento crítico y cuestionen los establecido. Con esa misma impronta, yo cuestiono que sea incompatible la docencia de filosofía con el modelaje. ¿Por qué no?