Redacción El País
Es jurado en la edición argentina de Masterchef y considerado uno de los galanes de la televisión de la vecina orilla. El viernes cumplirá 57 años y es por este motivo que van cinco cosas que quizás no conocías sobre el chef Germán Martitegui.

Además de su rol como jurado en Masterchef Argentina, Germán Martitegui tiene un admirable currículum culinario. Entre 2008 y 2021 fue dueño de Tegui, un restaurante del barrio bonaerense de Palermo que recibió numerosas distinciones. La revista inglesa Restaurant lo catalogó como el mejor restaurante de Argentina en 2013. Al año siguiente, logró posicionarse dentro de los 50 mejores restaurantes latinoamericanos, nuevamente como el más prestigioso de Argentina y el noveno a nivel regional. En 2015, de acuerdo a esa misma revista, pasó a ubicarse entre los 100 mejores de todo el mundo, en el puesto número 83. Lo cerró en 2021 y abrió Marti.

En 2016, durante una entrevista con Déborah del Corral, el argentino sorprendió al revelar la historia del insólito tatuaje que se hizo en la cabeza. “Me estaba quedando pelado y tenía 20 años; dije: ‘No me voy a quedar pelado, me voy a hacer algo en la cabeza’. Fui a Miami y vi un montón de gente con tatuajes y pensé en hacerme unos”, relató. Después de una noche de fiesta decidió hacerse tres delfines celestes al costado de la cabeza y, según dijo, el proceso fue sumamente doloroso. Sin embargo, con el tiempo se arrepintió de su radical decisión y decidió borrar la imagen. No fue un proceso fácil; durante mucho tiempo se tuvo que maquillar la zona para disimularlo y se cubría con boinas en las fotos que subía a las redes sociales.

En 2019 publicó una fotografía en su cuenta de Instagram en la que se veía un vestigio del tatuaje, y eso llamó la atención de sus seguidores que le consultaron sobre la mancha. Actualmente, el tatuaje desapareció por completo, pero la anécdota es imborrable.

El jurado de Masterchef Argentina es padre de dos niños, Lorenzo y Lautaro, que tienen seis meses de diferencia —el primero nació en 2018 y el segundo en 2019— y nacieron por subrogación de vientre. “Hubo un momento en el que dije: ‘Estoy solo, no tengo una pareja, pero a la vez quiero ser padre’. No tengo pareja, ¿tampoco voy a ser padre? No tiene por qué estar atada una cosa a la otra”, le relató a Clarín en 2020.

Ese año, además, ofreció una entrevista con Ciudad Magazine en la que reveló cómo tomó la decisión. “Fue después de hacer Masterchef Junior”, aseguró. “Yo era de esa gente que si me acercaban un bebé y me pedían que lo agarre me negaba rotundamente, no quería saber nada, pero algo cambió en mí con el programa”. Además, dijo que prefiere el título de “papá soltero” antes que el de “papá solo”, porque sus hijos “ya tienen millones de tíos, de tías, de abuelos y abuelas, y todos les llenan sus corazones”.

En 2018, la periodista Sorrel Moseley-Williams elaboró “la lista hot” de chefs argentinos, y organizó un calendario al estilo Pirelli en el que los seleccionados eran fotografiados semidesnudos. ¿El motivo? Venderlo a beneficio de Emiliano Schobert, el cocinero argentino que participaría de la final del prestigioso concurso internacional Bocuse D´Or 2019. Martitegui encabezó “la lista hot” -formada por 12 figuras de la cocina argentina- y aceptó ser fotografiado sin camiseta mientras sostenía una ristra de ajos. Desde entonces y con cada nueva temporada de Masterchef Argentina que lo tiene como jurado, la foto de Martitegui semidesnudo se vuelve a viralizar en las redes, y vuelve a arrancar suspiros.

Desde 2014, Martitegui es jurado del reality show culinario más popular de Argentina. Sin embargo, la exposición trajo consecuencias: en una entrevista con TN reveló que tuvo que dejar de comprar comida hecha. “La fama me arruinó eso”, admitió. “Hay una pizzería muy barata que está cerca de casa y que es lo único abierto cuando vuelvo a las 2 de la madrugada. Antes entraba y pedía comida, pero ahora es diferente. “El otro día me puse un gorro bien hasta abajo para entrar a pedir; pregunté cuánto tardaba y fui a esperarla en el auto. Cuando volví a buscarla, había 30 personas gritando: ‘el de Masterchef come pizza acá’. Salí corriendo con la pizza escondida porque se supone que yo nunca pido comida”.