Puede que el nombre de Carolina Delsur sea nuevo para muchos espectadores, aunque tiene una carrera de película y de mucho tiempo. Este año se incorporó a Santo y seña como la cantante del programa que conduce Ignacio Álvarez en Canal 4, pero Delsur tiene mucho tiempo entre escenarios y estudios de grabación. Su primer disco lo lanzó cuando tenía ocho años, y es una de las voces que más ha estado en la televisión gracias a los jingles que cantó. También fue cantante durante más de un año, en el programa más visto de Italia, aunque dice que dejó todo por amor.

En esta entrevista con Sábado Show, Delsur habla de su carrera, las paradas obligadas que ha hecho, el retomar, y también de su carrera como empresaria.

—Sos la cantante de la nueva temporada de Santo y Seña, ¿cómo llegaste al programa?
—Estaba cantando en Moby Dick que es un pub de Punta del Este, sería un sábado y Meli (Melissa De León), la novia de Nacho Álvarez me dice que en el programa estaban buscando cantantes. El lunes me llamó Nacho y coordinamos, no humo mucho más trámite, aunque en un momento lo dudé porque yo vivo en Punta y a veces se complica el viaje.

—Sos cantante desde hace tiempo y has cantado en televisión, ¿te costó adaptarte al programa?
—Soy cantante, pero siempre hay cosas para mejorar. Al principio, en Santo y seña me ponía muy nerviosa, porque tenés que cantar un tema y prepararlo en un minuto, lo que no siempre es fácil. Y además las pistas son de karaoke. Me cuesta mucho en el vivo porque tengo que estar concentrada y pendiente de muchas cosas porque donde no le enganches al inicio, la pista sigue, y no podés volver a empezar. Yo estaba mal acostumbrada a cantar con banda y ahí uno hace lo que quiere. Porque la televisión en vivo puede haber algún fallo de sonido, o que una puede estar un poco cansada, porque esto no es un medio de vida, es algo que a una le gusta hacer.

—Empezaste a cantar siendo niña y con ocho años ya tenías un disco.
—Sí, empecé rechiquita grabando jingles. Grabé un montonazo porque cuando era chica eran muy pocos los niños que cantaban. Hoy el arte está mejor visto por los padres, y si mis hijos quieren tocar la guitarra, yo chocha, pero antes era el vago que toca la guitarra. Era otra cosa. También fui a Decalegrón, a lo de Omar Gutierrez, un montón de veces a Punto final con Julia Möller, grabé dos cassettes, colabore con el show de Buenos Días Loly en Canal 12 y con Cacho Bochinche hicimos una canción a dúo. De chiquita hice de todo.

—¿Y por qué paraste?
—El hecho que mis padres se trasladaran a Punta del Este y yo, como era chica, me mudé con ellos, fue lo que me hizo cortar. Y en Maldonado, en esa época, no había nada. No había Internet, ni cable, apenas dos canales de aire que terminaban la transmisión a las 23.00 y tenías que andar moviendo la antena para agarrar la señal. Tampoco había mucho para hacer. No había Conrad, no había Shopping, así que cuando vine acá, como que me tranqué.

—¿Y cómo fue el retomar?
—Retomé porque un primo tiene parientes en Italia, cenamos una vez que vinieron a visitarlo, vieron que me gustaba cantar y Laura Pausini y me dijeron que fuera con ellos. Terminé yendo. Había ido a pasear pero ellos me llevaron a hacer un cásting en Roma, inmediatamente hice otros dos cástings para el mismo programa y quedé trabajando. Estaba en un programa del canal de Silvio Berlusconi que veían ocho millones de personas por día en horario central. Fue impresionante. Me quedé ahí un tiempo, unos siete años, me casé con un italiano (vine a Uruguay a casarme y volví) y después a él lo trasladaron, me fui con él y empecé a perder otra vez lo que era lo mío, cantar. Lo que hace el amor. Después me separé y me volví a Uruguay.

Foto: Gentileza.

—Ahora sí a volver con todo.
—Sí. Empecé a cantar en el Conrad, después empecé a producir, y canté en Blend hasta la pandemia. Con la pandemia se cortó todo y tuve que parar otra vez.

—Igual no te quedaste quieta, tenés un emprendimiento de moda.
—Sí, en 2019 compré Toque que es una marca de ropa que empezó en Argentina y tiene muchos años en Punta del Este. Gracias a Dios la había comprado porque apenas me quedé sin lo que era la producción como a todos los que trabajan en espectáculos, fue un bajón importante. Ahí me dediqué completamente a la ropa, lo que no fue fácil porque el estilo de ropa que se compraba en la pandemia era para estar dentro de casa, lo que no es mi onda. Me costó hasta que explotó el boom postpandemia, y todo el mundo quería salir. Las mujeres nos queríamos sentir más lindas que nunca y explotaron los brillos y crecimos un montón. Nos mudamos de Gorlero a Calle 20, abrimos en Punta Shopping, en la Barra, en Punta Carretas y Arocena. Un montón.

—¿Y seguiste haciendo música?
—Sí, también grabé temas en el estudio de un amigo en Los Angeles. Es un estudio imponente de doblaje en Hollywood, y el actor, así sea Tom Hanks va y dobla sus partes ahí. Es buenísimo. Ahí grabé el tema, el videoclip lo hice en Punta y no tuvo mucho éxito, pero me gustó hacerlo. Hay que sacarse el gusto, a mi me gustó y a mis hijos también. Lo hice en un momento antes de estar en Santo y Seña. Estoy feliz con los chicos del programa, el equipo detrás de cámara, todos tienen buena onda.

—Eso lo has mostrado en tus redes sociales.
—Son redivinos todos, y no podía creer lo que crecí en Instagram gracias al programa. El otro día le contaba a Nacho que en un domingo crecí 500 seguidores nuevos, es impresionante lo que miran el programa. Yo soy de carácter fuerte, soy de las que en la calle me mando alguna macana y me putean y puteas, y ahora tengo que tener cuidado. No quiero que me digan: “esta es la loca de Santo y Seña” (se ríe).

—¿Ese carácter, lo adquiriste en Italia o siempre fuiste así?
—Ya lo tenía. Se ve que tengo raíces españolas e italianas, tengo carácter. Soy taurina fuerte y mujer empoderada, no feminista que no es lo mismo.

—¿Qué tenías que cantar en Italia?
—Oldies italianos. Yo era muy chiquita, tenía 18 años y era muy pendeja, y caí al programa más visto de Italia, Tira e molla, con el conductor más famoso. Onda Marcelo Tinelli y como yo no conocía nada, hasta me embolaba porque grabábamos tres programas por día. Me acuerdo que perdí el examen de italiano y me fui igual. Así que fui sin saber nada, y en parte fue eso lo que les encantaba: que no entendía ni donde estaba, lo que me decían, y hablaba de una manera muy graciosa. Eso les gustaba. Los participantes tenían que conocer el tema, quién lo escribió, en qué año se publicó, o quién la cantaba. Así tuve que aprender las canciones. Mis compañeras no tenían problema porque eran italianas y los conocían, pero para mi era la primera vez que los escuchaba. Me acuerdo que tenía que escuchar con un grabador de casette que me grababa la jefa y me costaba aprenderl las canciones rápido, pero lo logré. Era un programa muy visto, y había fines de semana que me iba a Paris y cuando nos cruzábamos con excursiones de italianos, nos reconocían. Era increíble.

Foto: Gentileza.

—En el programa, ¿conociste a algún famoso?
—Sí, a un montón. Me acuerdo de Ricky Martin y Lionel Ritchie, la pasé muy bien. Ahora, si quisiera entrar a Cinecittá, no podría, y yo lo hacía con mi pase como si nada. Lamentablemente cuando me vine no había Facebook, nada de redes sociales, y perdí contactos que nunca más voy a recuperar. Hoy, si quisiera hablar con Paolo Bonolis que condujo el programa, no puedo llegar porque es gente inaccesible.

—En Instagram has mostrado que las madrugadas, para volver a tu casa, pueden ser complicadas.
—Sí. Me compré un auto eléctrico, lo que está bueno pero a veces la recarga para volver demora un poco más, pero ya estoy acostumbrada y lo hago muy seguido. Yo paso por los locales y los domingos son los días de Santo y Seña así que le dedico todo el día a eso.

—¿Cómo te llevás con las redes y las críticas?
—Tengo un montón de haters, son todas viejas. Todas mujeres, pero significa que me notan para mal o para bien. Si te vestis mucho porque te vestis mucho, que si tenés mucho brillo, que si poco, que poco tapada, siempre hay algo. Pero también hay mucha gente que me pone cosas relindas.