EN EL OJO DE LA TORMENTA
Se separaron en 2020 y actualmente.las partes están enfrentadas en al menos tres juicios por divorcio y pensiones. Los hijos cortaron diálogo con el padre.
Humberto De Vargas ha estado en el centro de la atención pública luego de que fuera detenido por desacato y por conducir bajo los efectos del alcohol. La Fiscalía tomó cartas en el asunto y también el juez de faltas, Jorge Pírez, quien accedió a postergar la primera comparecencia del conductor, por razones de salud y se fijó para el 4 de agosto. El caso seguramente se cierre con una condena de jornadas de trabajo comunitario para el comunicador.
Pero no es este el único asunto judicial que involucra al histórico conductor de Canal 10. Desde 2020, cuando se separó de su exmujer Rosy Alhadeff, Humberto De Vargas ha asistido con regularidad al juzgado de familia por al menos tres causas derivadas de una conflictiva separación.
En este momento, Alhadeff y De Vargas están enfrentados en un juicio de divorcio, que fue planteado por él con la causal de la sola voluntad de una de las partes y otros dos planteados por Alhadeff y que refieren a pensiones.
El comunicador y su exesposa son padres de dos hijos, Facundo, de 22 años y Sofía, de 16. Dado que ella es menor de edad y convive con la madre en estos momentos, De Vargas está obligado judicialmente a pasar el 20% de sus ingresos en concepto de pensión alimenticia.
Allegados al conductor informaron que más allá de que en agosto de 2021 hubo un fallo judicial confirmatorio de ese porcentaje, el comunicador hace las correspondientes transferencias, de forma voluntaria, desde que Alhadeff y sus hijos dejaron la casa familiar, en setiembre de 2020. Estimaron que De Vargas ha girado 2,1 millones de pesos por este concepto.
El último juicio es el más reciente y también fue planteado por ella. Alhadeff reclama a su exmarido una pensión congrua, es decir, un ingreso previsto en el Código Civil para el cónyuge más desfavorecido económicamente de modo que pueda mantener el estilo de vida que tenía durante el matrimonio.
Alhadeff y De Vargas estuvieron casi 25 años juntos. En los últimos tiempos ella no trabajaba y se desempeñaba como ama de casa. De hecho, esta labor generó un picante contrapunto entre las partes cuando ella compartió una reflexión anónima en Facebook en octubre de 2020.
“Ama de casa: el trabajo más pesado, sin horario de entrada, ni salida, sin vacaciones y sobre todo ¡sin sueldo”, había compartido ella en su muro de Facebook y agregó el comentario propio: “Y después de 25 años te dicen que no trabajaste y no tenés derecho a nada”.
Esta publicación generó la reacción de De Vargas, quien rechazó sus dichos. “El trabajo que desarrollaste durante años estando siempre junto a mí, cuando más lo necesité, es invalorable. No solo en el aspecto familiar, emocional, sino también en lo laboral, desdoblándote en los roles de madre, esposa, amante y amiga”, le escribió entonces a través de Instagram.
Por el momento, no hay acuerdo de las partes sobre la pensión congrua y se está a la espera de la resolución judicial. La defensa de De Vargas argumenta que Alhadeff está en perfectas condiciones de acceder al mercado laboral.
Los allegados contaron a Sábado Show que Alhadeff ha enviado al menos dos intimaciones a De Vargas por participaciones que ha tenido en diversos espectáculos como invitado. La exesposa considera que el comunicador pudo haber facturado en tales eventos, por lo que reclama, al menos, el 20% que le corresponde a su hija menor de edad.
La abogada Daiana Abracinskas, especialista en derecho penal y de familia, aseguró a Sábado Show que es habitual, en parejas divorciadas con grandes diferencias en materia de ingresos, que el cónyuge que gana menos solicite este tipo de pensión.
“La pensión congrua se pide cuando en el momento de la separación, uno de los cónyuges tiene un ingreso superior al otro. El objetivo es que se pueda mantener el estilo de vida que se tenía al estar casado”, explicó la letrada.
A diferencia de la pensión a los hijos menores, cuyo porcentaje está establecido por la legislación, en el caso de la pensión congrua, el juez la determina en función de las pruebas presentadas por las partes.
“Quién solicita la pensión congrua debe probar cómo era el estilo de vida: si hacían viajes, a qué productos accedían... de modo de solicitar un monto que permita mantener ese estilo de vida”, dijo Abracinskas, quien añadió que los jueces suelen otorgar este tipo de pensiones cuando están debidamente justificadas.
La letrada añadió que este tipo de pensiones es muy común entre exparejas de exfutbolistas u otros profesionales de alto poder adquisitivo. Se pide por el mismo tiempo de duración del matrimonio.
Quiebre familiar
Humberto De Vargas y Rosy Alhadeff se conocieron en Perú en 1996 y se casaron tres años después. Fueron padres de dos hijos.
La relación se desgastó y para marzo de 2020, cuando estalló la pandemia por coronavirus, el amor parecía extinto. “Yo fui el dejado”, declaró en alguna oportunidad De Vargas.
En un principio, sin embargo, la separación corrió por carriles de diálogo. De hecho, de marzo de 2020 a setiembre de ese año, las partes convivieron en la casa familiar, en la zona de Carrasco Norte. Él vivía en la barbacoa y la mujer y los hijos en la casa principal.
Pero luego de seis meses en esas condiciones, Alhadeff planteó que dejaría la residencia. Desde entonces, De Vargas vive solo en la casa y los dos hijos cortaron diálogo con el padre.
Facundo, quien también es actor y músico, se cambió recientemente su nombre en redes sociales. Cambió el apellido y ahora es Facundo,alh en referencia al apellido materno.
“Yo estoy dando los tiempos que me parece que hay que dar. De nuevo, mi frase es ‘papá siempre está’. Cuando lo necesiten, va a estar. No creo que la insistencia sea buena consejera en estos casos”, declaró Humberto en octubre pasado a Sábado Show.