El periodista Jaime Clara celebra en unos días su primer aniversario al frente de Telenoche (Canal 4), el histórico noticiero de Canal 4. Su debut tuvo lugar un 16 de enero que lo marcó a fuego: “El estudio estaba lleno de gente y eso fue contraproducente. Sabía de memoria lo que iba a decir y cuando se prendió la luz no pude decir nada”, recuerda. Pero a partir del estreno cada día le fue agarrando más el gusto a su nuevo rol al punto de que hoy se siente “como si lo estuviera haciendo hace años”.
La nueva responsabilidad en pantalla no es lo único que convirtió al 2023 de Jaime Clara en un año atípico. A nivel profesional también publicó un nuevo libro de cuentos cortos y se mudó de programa en Radio Sarandí. En el plano personal, puso fin a su matrimonio (tema que prefiere evitar) y se embarcó en una dieta que lo llevó a un radical cambio de imagen. “Los cuellos de las camisas ahora me bailan”, se sorprende. El prestigioso comunicador que se forjó en radio y hoy es una de las principales caras de la televisión hace su balance, reflexiona sobre el año electoral que se viene y le responde a Fernando Vilar por sus dichos contra el noticiero.
-¿Qué balance hacés de este primer año del nuevo Telenoche bajo tu conducción?
-Estamos todos muy contentos. Logramos los objetivos de rating, generamos una propuesta en la que el equipo entero se lleva muy bien y hacemos el informativo que queríamos, mejorando todos los días. En lo personal noto una superación de los nervios y el cagazo del primer día. Ahora estoy contento y cómodo como si lo estuviera haciendo desde hace años.
-¿Qué era lo que identificabas como el mayor desafío cuando te hicieron la propuesta?
-Yo soy un hombre de radio. Telenoche fue un gran desafío porque suponía tener una exposición muy alta en un noticiero de mucho prestigio; había que sostener todos los días la marca y la historia de Telenoche.
-¿Hablaste con Daniel Castro cuando te llegó la propuesta?
-Daniel me deseó suerte. No hablamos de este tema pero nos llevamos perfecto. Tenemos una excelente relación y nos divertimos todo el tiempo.
-¿Qué era lo que te asustaba más al momento del debut?
-La responsabilidad. Había mucha expectativa ese 16 de enero. El estudio estaba lleno de gente y eso fue contraproducente. Yo estaba muy asustado y muy nervioso. Emilio (Izaguirre) y Viviana (Ruggiero) tenían más años de informativo y me dieron tranquilidad, pero yo era el que se estaba integrando y el que estaba siendo observado. Por suerte día a día lo fui superando y me fui adaptando. Toda la redacción trabaja para sacar al aire el mejor noticiero y eso me da una enorme seguridad para salir todos los días.
-¿Cómo te jugó el miedo aquel primer día?
-Me hacía la cabeza, no dormí la noche anterior y preparé mil veces lo que iba a decir. Sabía de memoria todo lo que iba a decir y cuando se prendió la luz no pude decir nada. Me acuerdo que me tranqué, me asusté y me puse nervioso. No tenía nada escrito y creía que lo iba a hacer bien, pero no. Igualmente la devolución que recibí de gente que me interesa fue que el furcio que tuve al aire y el pedido de disculpas humanizó el informativo, que es el formato de códigos más rígidos. El error terminó siendo parte de la fortaleza que marca el estilo que le queremos dar a Telenoche, que es ser nosotros mismos.
-¿Viste el video de tu debut?
-No, nunca. Hablo desde el recuerdo que tengo. Yo lo sentí como que fallé y se me vino abajo la estantería. Pero seguimos. Nunca más nadie lo mencionó.
-¿Pensaste mucho la decisión antes de aceptar o enseguida consideraste que no podías dejar pasar la oportunidad?
-Lo pensé desde el punto de vista profesional. Sabía que era una oportunidad que no podía desechar. Siempre uno critica una cantidad de cosas de los informativos y de la televisión, entonces cuando te dan la chance de hacerlo no te podés quedar en la crítica. Hay que ver qué hacés para cambiar.
-¿En tu caso qué le criticabas a los noticieros desde afuera?
-La extensión me parece exagerada. Ahí es dónde te das cuenta de la importancia del equipo y de la redacción. Generar un informativo de dos horas y veinte minutos todos los días demuestra que la capacidad de trabajo de la redacción es muy buena. La extensión es un tema, pero es lo que hay. Uno no puede hacer solo las cosas en las que cree, sino que esta es la cancha y hay que jugar acá. Con esta cancha hay que rendir todo lo que podamos.
-¿En qué otro aspecto la televisión se ve distinta desde adentro?
-Hay un manejo curioso del vínculo con los televidentes. Una cosa es lo que se verbaliza sobre los contenidos: se dice que se necesitan más programas nacionales, más programas de política, más programas de humor y que la pantalla se pasa de contenidos policiales. Sin embargo después la gente no ve lo que se dice que reclama. Ponés ficción y la gente no la ve. Ponés un periodístico y, salvo excepciones, no son éxitos porque no tenés un Marset todos los días para hacer rating. La gente no los ve. Se dice que la gente no quiere policiales pero después el rating lo desmiente. Lo que sí siento es que hay que ser cuidadoso al momento de dar las noticias y no caer en el sensacionalismo. Creo que lo hemos logrado. Hemos presentado noticias muy duras pero de la forma que había que darlas.
-¿Haberte convertido en el conductor de uno de los tres principales noticieros del país te da cierto poder?
-No. En todo caso te hace más vulnerable porque estás más expuesto. No podés ni tirar un papel de caramelo en la calle. Hay que ser mucho más cuidadoso. Por otra parte hay una gerencia de noticias, hay productores, coordinadores y en este caso hay un triunvirato con otros dos conductores. Hay todo un proceso antes de que salga al aire la noticia y ser la cara no te hace ser el que decide qué va y qué no. Formás parte de un equipo, sos una pieza en un engranaje. Capaz que los Carlos Giacosa, Neber Araújo, Raúl Fontaina, Omar De Feo tenían otro peso. Hoy no creo que los conductores tengan poder porque no inciden en los contenidos.
-Pero te convierte en un líder de opinión.
-Pero yo no soy opinador. Sé que mi opinión no le importa a la gente. Si hay un tema que merece un comentario lo hago pero no porque mi opinión valga sino porque es algo ante lo que uno no puede quedar indiferente. En la radio cuando leo titulares me veo tentado a decir mil cosas pero las conclusiones las tiene que sacar el público. Mi opinión no vale más que la de un televidente.
-¿Cuánto tuviste que reacomodar tu rutina a partir de este nuevo rol?
-Ceno más tarde. Antes dibujaba a la noche la caricatura del otro día y ahora el fin de semana hago lo de toda la semana. También tuve que dejar Hora de Cierre en la radio, cambié de programa y pasé a Viva la tarde. Hice un reacomodo de piezas.
-¿A nivel personal te afectó?
-Hubo que reacomodar cosas.
-Pero te hiciste tiempo para escribir y lanzaste un nuevo libro de cuentos, Sin Red.
-Me pedí licencia en la radio y lo escribí entre las tres de la mañana y las cuatro de la tarde. Lo hice en 15 días. Estoy contentísimo porque viene funcionando muy bien.
-¿Qué te parecieron las declaraciones del exconductor de Telenoche, Fernando Vilar, que dijo que se alegra cuando les va mal en rating?
-No me cayeron bien. Me parecieron injustas por la gente que trabaja en Telenoche. Hay un montón de gente joven que hace el máximo esfuerzo por sacar al aire el mejor noticiero, entonces desearle que le vaya horrible no me parece bien. También entiendo que Fernando se pueda sentir así y lo respeto. Yo también me he sentido mal en algunos momentos. Cada uno vive estos procesos de forma distinta y puedo entender que él tenga esos sentimientos hacia el canal.
-Este año sufriste un notorio cambio de imagen al perder peso, ¿emprendiste ese camino porque tenías más exposición?
-No. Tengo una doctora adorable que me dijo “tenés 58 años y una vida muy sedentaria, así que tenés que tomar medidas”. Me puso el revolver en el pecho y desde ahí empecé a ir a la clínica de Aldo Mosca. No tiene que ver con el canal, al punto que le generé un problema con los talles de la ropa. Hubo que achicar todos los trajes, incluso los que me hicieron a medida en medio de todo este proceso. Mi meta no era en kilos sino en poder dejar de tomar cierta medicación. Es para evitar enfermedades que llegan con la mala alimentación y el desorden.
-¿Qué te pasó cuando te empezaste a ver más flaco?
-Claro que está bueno verse más flaco. Me cayó la ficha cuando vi la noticia en Tv Show con la foto del antes y el después. Dije “puta madre, cómo se nota”. Me pegó fuerte. Ahora estamos hablando con la gente de marketing del canal para cambiar la foto de Telenoche, porque cuando la sacamos tenía una papada impresionante y ahora el cuello de la camisa me baila.
-¿Cómo te imaginás el trabajo durante el año electoral y la cobertura de esa jornada?
-Así como antes pensaba cómo iba a ser mi primer día en Telenoche, ahora pienso cómo van a ser las jornadas de las elecciones. No lo hemos hablado pero me genera mucha expectativa. Es otra pelea que hay que dar. Son desafíos que te impone el formato.
-¿A nivel político cómo lo estás viendo?
-No me gusta el tono de agresividad que está teniendo la campaña. Lacalle Pou se lo dijo a Orsi, pero él en su entorno también tiene gente muy agresiva. Sería bueno que él tenga el mismo mensaje hacia su interna. Pasa en todos lados, desde los partidos más chicos hasta los más grandes tienen dirigentes que se toman ciertas licencias que los candidatos no pueden tomarse para decir ciertas cosas. Eso se transmite al electorado y las redes no ayudan. Espero que se den cuenta y saquen el pie del acelerador. Si los dirigentes no cumplen con determinadas normas de tolerancia y decoro, no se les puede pedir eso a los militantes.
-Hace unos días tu programa Sábado Sarandí celebró 22 años al aire, ¿qué te produce llegar a esa marca con un ciclo de periodismo cultural?
-Sábado Sarandí es el programa que siempre soñé en la radio en la que siempre quise estar. Por suerte siempre he tenido el apoyo de las autoridades de la radio para hacerlo. Llegar a 22 años me llena de orgullo y me honra. Me hace redoblar la responsabilidad en que cada sábado el programa tiene que dejar una huella en favor de la cultura. Con más cultura en los medios, todos nos transformamos en mejores personas.