ENTREVISTA

Nicolás Lauber

Con una carrera que se extiende por más de dos décadas, James Alexander había trabajado en importantes proyectos para cine y televisión y compartido pantalla con importantes figuras como Laurence Fishburne o Keanu Reeves. Cuando se mudó a Los Angeles para probar suerte en Hollywood, James encontró su primer problema, ya había muchos James Alexander, y tuvo que cambiar su nombre. Ahora conocido como James Gracie, es uno de los protagonistas de Trackers, una gran serie policial de Sudáfrica que se puede ver en la pantalla de HBO y también en el servicio de streaming HBOGo. En esta entrevista exclusiva con el actor sudafricano, Gracie habla de su carrera, su cambio de nombre y de esta serie.

En la serie Trackers, Lemmer (Jamie Gracie) agarra una escopeta en un camión que transporta dos rinocerontes negros. Sabe que su misión va a ser complicada.

Los rinocerontes negros siguen en peligro de extinción debido a la creciente demanda de cuerno de rinoceronte, que ha llevado a la caza furtiva a niveles récord. Un aumento reciente en la caza furtiva en Sudáfrica amenaza con borrar el éxito de los conservacionistas. El aumento se debe a la creciente demanda de algunos consumidores asiáticos, particularmente en Vietnam, de remedios caseros que contienen cuerno de rinoceronte. En 2014, se cazaron un total de 1.215 rinocerontes en Sudáfrica, un aumento del 21 por ciento respecto al año anterior.

La primera ley de Lemmer es: “no te involucres”. Y si bien le ha funcionado en el pasado, tiene varios problemas y el dinero no le vendría nada mal para reparar su casa. Cuando la causa es buena y justa, las leyes pueden violarse. Entonces Lemmer suspira y acepta el encargo que deberá de hacer. Allí es donde conocemos a este personaje en Trackers, serie que emite HBO y donde James Gracie es uno de los protagonistas.

A la postre la idea fue mala, porque en un camino oscuro y polvoriento en Limpopo, le pegan con un rifle en su cabeza. Lo patean y lo golpean, mienten, lo engañan y le roban su arma, la que tiene sus huellas digitales por todas partes. Lo quiere de vuelta. Y él quiere venganza.

Decidido, rastreará a quienes lo emboscaron, dejando un rastro de violencia que se extenderá a lo largo y ancho de un país, y tocará las vidas de distintas personas. Esa es la consigna de esta serie de HBO. La serie entrelaza hábilmente tres hilos de historia en un sofisticado thriller lleno de acción que permea todo el país africano, explotando en Ciudad del Cabo con el crimen organizado, el contrabando de diamantes, la seguridad de estado, rinocerontes negros, la CIA y un complot terrorista internacional.

Alejado de todo ese mundo se encuentra James Gracie, el actor sudafricano que atiende la llamada de Sábado Show. “Estoy en Sudáfrica porque cuando empezó el coronavirus estaba en Los Angeles y estuvimos separados de mi esposa que se había quedado en Sudáfrica. Logré reunirme con ella cuando el gobierno nos permitió entrar de nuevo. Hace un mes que estoy aquí”, dice Gracie.

—¿Cómo te llevas con el confinamiento?

—Comenzó siendo muy estricto, pero ahora no lo es tanto. Lo bueno en Sudáfrica es que no tienes que dejar tu casa, puedes ir al shopping, si tienes cita con el doctor puedes reagendarla también, no es muy estricto el confinamiento. Aquí la curva está empezando a inclinarse un poco, no como en Estados Unidos.

—Hablemos de la serie Trackers, ¿qué te interesó del proyecto para sumarte a la serie?

—Creo que fue el material. Ya había leído los libros de Deon Meyer y cuando me enteré de que se iba a hacer la serie no estaba en Sudáfrica, pero igual me interesé en el proyecto y logré audicionar. Me encanta mi personaje, fue lo primero que me atrajo. Lo segundo fue que HBO iba a estar implicado en la serie, y como un país en desarrollo sabemos que no tenemos los recursos o grandes estudios. Entonces al saber que el canal estaba involucrado, nos permitió ponernos en un nivel de excelencia.

—También permite mostrar a la gente de todo el mundo, el nivel y la calidad audiovisual que hay en Sudáfrica.

—Sí, varias series se han filmado aquí, como la temporada cuatro de Homeland o la serie Black Sails. No siempre se muestra Sudáfrica en esas series, pero fueron realizadas aquí. Eso es maravilloso, finalmente tener el presupuesto y las herramientas para mostrar lo hermoso que es Sudáfrica, con las montañas, las zonas verdes, o también Cape Town. El país tiene muchas texturas y en los países en desarrollo hay muchas texturas por las personas y las culturas. Para mí es uno de los puntos fuertes de la serie poder mostrar estas maravillas que tenemos.

—La serie no muestra el país como un país de narcotraficantes o lleno de violencia, sino todo lo contrario. Presenta el país con sus problemas, pero no como si sólo hubiera traficantes.

—Sí, los países del tercer mundo sabemos lo que es ser mostrados con estereotipos. Pero creo que se debe a que no hemos podido mostrarle esa otra cara al mundo. Uruguay es muy lejos también y los conocemos por su calidad audiovisual. Aquí sucede lo mismo, pero por suerte la televisión está reeducando al público.

—Dijiste que habías leído el libro en el que se basa Trackers. ¿Cómo fue componer el personaje de Lemmer?

—El libro tiene mucha información sobre el personaje. Si bien Trackers no se basa exactamente en los libros de Deon Meyer, hay mucha información allí sobre los personajes. Luego hay que buscar los puntos en contacto entre mi vida y la de Lemmer, para no hacerle una injusticia al personaje. Esas similaridades son muy esperadas de la gente de Sudáfrica y así fue que comenzamos. Pero Deon nos dio todo el fundamento necesario.

—¿Le hiciste un giro a tu personaje?

—Hay mucho en las novelas. No tuvimos 13 episodios para ver todo lo que le pasa a Lemmer. Él no tiene muchas chances de mostrar algo de luz en su vida, es muy sarcástico e irreverente. De haber tenido más tiempo hubiese podido mostrar más sobre este personaje. Igualmente están los mejores momentos del personaje y Deon nos brindó tanto material del cual crear.

—Has trabajado en muchas series y películas con actores de peso como Keanu Reeves o Laurence Fishburne. ¿Cómo es trabajar con esas estrellas de cine?

—Estoy muy agradecido de haber conocido gente extraordinaria en mi vida. Igual, al final del día la gente es gente y trabajar con gente conocida o con gente no tan conocida es igual. Keanu es una de las personas más maravillosas con las que tuve que trabajar en mi vida, pensé que iba a ser más engreído. Y fue tan bueno lo que pude aprender con él que fue genial. Igual, al final del día la gente es gente, igual que uno.

—¿Cuándo y por qué cambiaste tu nombre de James Alexander a James Gracie?

—Lo que pasó es que siempre fui James Alexander toda mi vida en Sudáfrica. Cuando me mudé a Los Ángeles, mi representante me dijo que tenía problemas para encontrarme audiciones porque todo el mundo le decía “conocemos a James Alexander”, pero no era cierto. Entonces me dijo: es difícil conseguirte trabajo y además en el gremio de actores ya hay James Alexander, entonces lo mejor sería que consideraras cambiarte el nombre.

—¿Cómo te lo tomaste?

—Me sentí extraño, porque James Alexander siempre me pareció un nombre fuerte. Además soy pelirojo, un poco rellenito y con una cara redonda. El apellido de mi madre es Gracie y me encantó ese nombre. Gracie es una gran parte de mi vida, y poder homenajearla con el nombre me pareció genial. Además googlée James Gracie y como no encontré ningún actor con ese nombre me alegré. Mi madre quedó contenta con el cambio de nombre. Igual fue extraño, porque cuando comienzo mi carrera como actor internacional, la gente en Sudáfrica me conocía como James Alexander y fue divertido porque tengo ahora un nombre local para Sudáfrica y otro como actor internacional. Mis conocidos se reían de mí porque me había tenido que cambiar el nombre y yo me he dedicado en todas las entrevistas de decir: es por Google. Es una historia divertida y lo bueno de estar en una serie internacional como Trackers es que la gente ya me va a conocer como James Gracie, es más sencillo explicarlo. Igual no entiendo porque cuando escribo James Gracie me aparece como resultado James Alexander, es muy raro todo.

—Al ser un actor extranjero, ¿es más difícil conseguir trabajo en Hollywood?

—Sí lo es. Creo que es el pináculo del cine del mundo y cualquier actor que sabe hablar inglés quiere en algún momento ser parte de este magnífico sistema. Parte del camino es pasar de ser un desconocido a un famoso, y es un país muy chico Sudáfrica, donde he trabajado por 20 años. Ya sé quiénes son los buenos y malos para trabajar. Creo que solo falta tiempo para triunfar en Hollywood y ese es parte de mi camino. Mudarnos con mi esposa para Los Angeles fue salir de la zona de confort, crecer y desde ese punto de vista ha sido increíble. Incluso si nunca llego a “conquistar Hollywood”, ha sido bueno el camino. Ha sido enriquecedor, difícil, pero lindo. Al final del día no depende de mí, puedo hacer todo lo posible para lograrlo, pero al final del día puede ser un éxito para mí, o para otra persona. Es una gran industria para desarrollar tu propia fe. Haces lo mejor que puedes, el resto es cuestión de Dios. Por ahora el haber podido trabajar con Lena Headey, la actriz de Game of Thrones o con Keanu Reeves ha sido un viaje. No todos pueden decir lo mismo y me siento muy agradecido.